La llegada de miles de inmigrantes a Lampedusa exacerba el debate político en Francia

El arribo de más de 8.500 personas a la isla italiana en los últimos días provoca ásperos cruces entre los dirigentes políticos franceses. Mientras unos denuncian una “invasión”, otros cuestionan el “tratamiento político xenófobo” de la situación migratoria.

Cientos de personas esperan en el "Hotspot", el centro operativo de gestión de migrantes de la isla de Lampedusa, el 14 de septiembre de 2023.
Cientos de personas esperan en el “Hotspot”, el centro operativo de gestión de migrantes de la isla de Lampedusa, el 14 de septiembre de 2023. © YARA NARDI / REUTERS

Fuente: RFI

 



Entre el lunes y el miércoles de la semana pasada, unas 8.500 personas -más que toda la población de Lampedusa- llegaron en 199 embarcaciones, según la agencia de migración de las Naciones Unidas.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo este lunes que su gobierno prepara una serie de medidas más duras, como un aumento del periodo máximo en que pueden encerrar a los migrantes en centros de detención de extranjeros, de 135 días hasta 18 meses. Hasta 127.000 personas migrantes llegaron este año a territorio italiano, lo que representa más del doble que los 66.200 del año pasado.

Esta situación ha puesto a prueba la capacidad de acogida de la isla, ha generado una onda expansiva política en Italia y ha reabierto la espinosa cuestión de la solidaridad europea en materia de acogida y distribución de los solicitantes de asilo, para apoyar a los países en primera línea de estas llegadas.

En Francia, las reacciones políticas no tardaron en llegar.  “Debemos aplicar las normas europeas”, aseveró el ministro del Interior, Gérarld Darmanin. Francia podrá “acoger” a personas perseguidas “por razones políticas”. Pero en el “60%” de los casos, “proceden de países como Costa de Marfil, Guinea y Gambia”, donde “no hay ninguna cuestión humanitaria”.

“Debemos proteger las fronteras exteriores de la Unión Europea y, sobre todo, examinar inmediatamente las solicitudes de asilo y, cuando no cumplan los requisitos, devolverlas a su país”, recalcó.

“Invasión” o “xenofobia”

Mientras tanto, la extrema derecha cuestionó a Meloni, afirmando, como hizo el diputado de Agrupación Nacional, Sébatien Chenu, que la primera ministra “no fue capaz o no quiso, lo que es una decepción absoluta, poner en marcha sus promesas de campaña”.

“Cuando miles de hombres -porque la mayoría son hombres- llegan a una pequeña isla (…) no se llama inmigración, ni siquiera se llama sumersión, se llama invasión. Y o se detiene una invasión o hay que someterse”, declaró el ex candidato a la presidencia francesa Eric Zemmour.

Para el ex candidato ultraderechista, “estas personas no son víctimas. Son empresarios en el exilio. Son personas capaces de pagar 5.000 euros, 10.000 euros por el pasaje… porque eso es muy caro, como usted bien sabe (…) Tenemos que dejar de victimizar a estas personas … Estas personas son invasores”.

Desde la izquierda, la diputada ecologista Sandrine Rousseau fustigó estos cuestionamientos.

“Presentar la llegada de migrantes de Lampedusa como una ‘crisis’ ya es un tratamiento político xenófobo”, escribió el lunes en X (antes Twitter) la diputada ecologista Sandrine Rousseau.

“Europa ha acogido a varios millones de ucranianos, y eso está muy bien. Los pocos miles de migrantes en Lampedusa no son nada”, añadió la diputada parisina.

En el mismo sentido se sumó el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon. “Todos debemos implicarnos” en la acogida de los miles de inmigrantes que han llegado declaró Jean-Luc Mélenchon el domingo en BFMTV.

Francia es “capaz de acoger a 250 personas procedentes de Lampedusa y pedimos a los demás que hagan lo mismo (…) La mayoría de los países europeos necesitan inmigración”, declaró el candidato no elegido a la presidencia.

“Si gobernara, empezaría por una oleada masiva de regularizaciones” de inmigrantes, aseguró.

 Al debate se sumará seguramente el papa Francisco, quien visita esta semana Marsella (sureste de Francia). Se espera que haga un llamamiento a la compasión con los migrantes que arriesgan su vida en el Mediterráneo para alcanzar Europa.