Los hutíes de Yemen lanzaron un misil dirigido a Tel Aviv este viernes que fue interceptado por el sistema de defensa antiaéreo israelí. Con este ataque, los rebeldes han reiterado su apoyo a Hezbolá, como parte del denominado “Eje de resistencia» chiita, impulsado por Irán.
Los rebeldes hutíes “no dudarán en apoyar a Líbano y al Hezbolá”, anunció el jueves el líder de la milicia yemenita. Y es que tanto los hutíes yemenitas como el Hezbolá libanés, forman parte de lo que Irán, enemigo jurado de Israel, denomina el “eje de la resistencia”, que incluye a Hamás y que va de “Teherán a Palestina, pasando por Bagdad, Saná, Damasco y Beirut”.
Consideradas aliadas no estatales del régimen iraní, estas dos milicias chiitas podrían ser objetivos de Israel que, de esta forma, evitaría un enfrentamiento directo entre Estados y el estallido de una guerra regional.
El movimiento político militar Hezbolá, clasificado como terrorista por Washington, es la bestia negra de Israel desde la ofensiva de 2006 que se saldó con más de 1.200 muertos en el lado libanés y 160 en el costado israelí.
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Los rebeldes hutíes, por su parte, controlan desde 2015 la capital de Yemen, Saná, tras derrocar al presidente Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, que se refugió en la ciudad costera de Adén, convertida entonces en la capital provisional del país. Una coalición miliar de países árabes, liderada por Arabia Saudita, ha intentado desalojar a los hutíes de Saná, sin éxito.
Desde 2014, Hezbolá proporciona entrenamiento militar a los hutíes, según el Centro de Lucha contra el Terrorismo, instituto militar de investigación estadounidense. Saudíes y estadounidenses acusan a Irán de armar con misiles a la milicia hutí.