Los documentos aportan datos de la fuerte cooperación entre el grupo terrorista y la Guardia Revolucionaria iraní, y de la estadía de familiares del jefe yihadista en suelo persa
El gobierno de Estados Unidos publicó hace algunas semanas archivos secretos sobre la vida de Osama bin Laden, el fallecido líder del grupo terrorista Al Qaeda. Pero con el correr de los días y las semanas, nuevos reportes salieron a la luz. Y la gran mayoría de ellos aportan más evidencias respecto a la estrecha relación entre Irán y la organización extremista.
Los lazos entre las dos partes eran tan estrechos, en especial con la Guardia Revolucionaria iraní, que Al Qaeda consideró la posibilidad de establecer oficinas en el país persa para recibir y despachar combatientes a lugares extranjeros, según consigna Al Arabiya, que tuvo acceso a los documentos.
Incluso familiares de Bin Laden vivieron durante un tiempo en suelo iraní. Los archivos incluyen cartas que revelan nombres y detalles sobre dónde se alojaba el entorno más íntimo del jefe terrorista.
Las comunicaciones generalmente se realizaban mediante Abu Sahl, coordinador de Al Qaeda con la Guardia Revolucionaria, quien pasó siete años en Irán.
En una de sus cartas, Abu Sahl proporcionó un informe detallado sobre el viaje de la familia de Bin Laden y de varios miembros de alto rango de Al Qaeda a Irán y cómo vivían allí. El informe fue enviado de acuerdo con las órdenes del comandante de la organización terrorista, Abu Saeed.
El coordinador se centró en informar a Bin Laden de lo que sucedió después de que su hijo fuera asesinado en un ataque con drones en Afganistán, luego de haber escapado de Irán. También mencionó detalles sobre la investigación de los iraníes sobre su escape.
«Saad vivía en Yazd, en el mismo lugar que Saif al-Adel, Othman, Mohammed, Hamza, Laden y sus familias, además de Um Hamza (esposa de Bin Laden), su hija Eman y la familia de Saad. Después de que escapó, los iraníes lanzaron una investigación rutinaria sin presionar a nadie y los acusaron de ayudar a Saad a escapar. También restringieron su movimiento, en términos de visitas médicas e ir al mercado. Antes de la fuga de Saad, iban al médico y al mercado casi a diario», escribió Abu Sahl.
Detalló, además, cómo Hamza se mudó a Teherán para tomar lecciones religiosas con Abu Hafs Al-Mauritani y al-Zayyat, que estaba esperando que sus hermanos se reunieran con él.
Un año después de que la familia de Bin Laden y los oficiales de Al Qaeda se establecieron en Yazd, se mudaron a Teherán. El régimen iraní, según los documentos, prometió a Um Hamza, la esposa de Saad y la hija de Bin Laden, de que los trasladarían a Waziristán. Sin embargo, eso quedó en la nada con excusas de que el camino era peligroso y se cerraron los pasajes.
Señaló también que los iraníes permitieron que Bin Laden y los comandantes de Al Qaeda usen Internet dos horas a la semana, pero sin enviar ningún mensaje a nadie.
Abu Sahl aportó datos de Eman, una de las hijas de Bin Laden, y cómo recurrió a la ayuda de la embajada de Arabia Saudita en Teherán en 2009 para irse del país. En ese entonces el régimen persa pretendía reunir a Eman con su familia a través de la embajada iraní en Siria.
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Fuente: infobae.com