Por Cleve R. Wootson Jr.
Entre las cosas que el diario malasio Sinar Harian consideró oportunas publicar hace unas semanas (un artículo sobre un caro plan gubernamental para evitar la erosión costera, otro sobre un partido de fútbol propuesta entre las selecciones malasias y ucranianas…) había una práctica guía desplegable para detectar a los homosexuales.
Según el rotativo, a los gays, ilustrados con viñetas, «les gusta usar ropa ajustada para mostrar sus abdominales», de acuerdo a la traducción que ofreció The Guardian. Van al gimnasio para trabajar su six-pack, pero también para mirar a los otros hombres. También les encanta «dejarse barba, bigotes y lucir ropa (de marca)».
Las lesbianas, por su parte, «disfrutan abrazándose y agarrándose de la mano», y pueden ser detectadas por los lectores porque «odian a los hombres y disfrutan menospreciándolos».
Esta polémica resonó en todo el mundo y generó protestas entre los defensores LGBT provocando una oleada de temor entre los malasios que no son heterosexuales.
En Malasia, una persona puede ser enviada a la cárcel para cumplir una condena de hasta 20 años por ser gay gracias a una ley de la época colonial . Y la gran antipatía heterosexual del país hacia los homosexuales ha provocado reacciones de todo tipo.
El país, por ejemplo, paralizó el lanzamiento de La Bella y la Bestia debido a «un momento gay» en la película, según un informe de The Associated Press. Los censores del gobierno ya habían aprobado la película después de que apareciera el primer personaje gay de Disney.
El flagelo de la película se produjo años después de que los censores de Malasia revisaran las restricciones sobre el contenido religioso y sexual de las películas, pero, de acuerdo a informaciones de AP, aún promovía una visión negativa de las personas LGBT. Las nuevas reglas «permitieron la representación de personajes homosexuales, pero solo si muestran arrepentimiento o se retratan bajo una luz negativa».
En junio, el Ministerio de Salud de Malasia patrocinó un concurso en el que ofrecía hasta USD 1,000 a los jóvenes que producían videos sobre «prevenir» la homosexualidad, según informó la BBC.
El Irish Times también dio a conocer que el año pasado, un estudiante de 18 años fue golpeado y quemado hasta la muerte por compañeros de clase que lo etiquetaron de «maricón». Unos meses más tarde, una mujer transgénero de 27 años fue apuñalada y disparada dentro de su floristería.
A raíz de esos incidentes violentos, algunos pidieron suavizar la retórica antigay en el país, según informó The Guardian.
Pero el artículo de Sinair Harian podría allanar el camino para otra ola de ataques homosexuales en el conservador país de mayoría musulmana. Arwind Kumar, un activista que es una de las mayores estrellas del país en las redes sociales, advirtió que el artículo podría desencadenar una cacería de brujas que provocaría la muerte de personas.
«Hay asuntos mucho más importantes en este país que deben abordarse», dijo Kumar. «Si realmente quieres educar a la sociedad, entonces explícales los rasgos de un pedófilo, un abusador, un asesino, un secuestrador… personas que realmente ponen en peligro la vida de otros. ¿Cómo demonios una persona gay puede poner en peligro tu vida?», se pregunta.
En su opinión, los estereotipos generales tampoco tienen sentido. Además, recuerda que algunos de los líderes religiosos del país, a menudo, tienen barbas tupidas y las estrellas de cine y de la música de Malasia podrían mostrarse como sospechosas.
«Eso es estúpido», agregó al respecto.
Fuente: infobae.com