La expresidenta Jeanine Áñez cuestionó duramente la movilización liderada por el también exmandatario Evo Morales y sugirió que las víctimas de las masacres de Senkata y Sacaba, en los conflictos poselectorales de 2019, se inmolaron.

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La otrora senadora reapareció con un mensaje en el adjuntó la fotografía del presidente Luis Arce sentado en un salón del Ministerio de Educación en el que esperó, el viernes, una posible reunión con Morales.

Primero, Áñez se refirió al presidente Luis Arce, a quien le dijo que Morales “no es un hombre de diálogo”, luego de la convocatoria del Gobierno a un diálogo previsto para el viernes pasado.

El llamado del Gobierno incluyó a cinco miembros del entorno del líder del Movimiento Al Socialismo (MAS) y, a pesar de que la convocatoria fue difundida públicamente, el exmandatario dijo no conocer la invitación.

“¿Ahora ve lo que es enfrentar a un cobarde que incita a la violencia, que no le importa inmolar a sus partidarios, como en Senkata y Sacaba, con tal de desconocer la democracia que protestó contra el fraude (electoral) de 2019?”, publicó Áñez en sus redes sociales.

Criticó de Morales su anuncio de retiro de la marcha y dijo que es un “cobarde”. Comparó su retiro de la movilización con la renuncia y salida del país, el 12 de noviembre de 2019, rumbo a México, trasladado en un avión de las Fuerzas Armadas de esa nación.

Morales había renunciado a la Presidencia el 10 de noviembre de ese año en medio de una fuerte crisis social y política, que cobró fuerza con un motín policial y la sugerencia militar para que dimita al cargo.

“Evo Morales no solo es un cobarde, también canalla, cínico, manipulador y delincuente. Desde México, siguió organizando y ejecutando su plan siniestro una vez descubierto el fraude. Mandó a matar y a morir”, agregó Áñez.

Y siguió su alusión a Arce: “Ahora sabe lo que es tener que tomar decisiones para proteger al pueblo boliviano de los bloqueos violentos, de los grupos armados irregulares, del dictador que quiere imponerse a cualquier precio con total impunidad”.

De esa manera, comparó la actual situación con los hechos de 2019. Entonces, sendas movilizaciones de campesinos en Sacaba, el 15 de noviembre, y vecinos Senkata, el 19 de noviembre, terminaron en masacre, como calificó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).

A través del Decreto Supremo 4078, del 14 de noviembre, que eximía de responsabilidades a militares y policías por un eventual excesivo uso de la fuerza, intervino las protestas, cuyo saldo, sumando ambos casos, de 20 manifestantes fallecidos por impactos de bala.

Entonces, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo que, en el caso de Sacaba, los campesinos se mataron entre sí. Y su colega de Defensa, sobre Senkata, afirmó que del Ejército “no salió ni un solo cartucho”.

Áñez fue sentenciada por el caso Golpe de Estado II (relativo a su proclamación presidencial del 12 de noviembre de 2019) e imputada por las dos masacres, además del caso Golpe de Estado I (de los hechos precedentes a la caída de Morales).

Apuntó a Arce: “Ahora sabe lo que es tomar decisiones para proteger al pueblo boliviano de los bloqueos violentos, de los grupos armados irregulares, del dictador que quiere imponerse a cualquier precio con total impunidad”.

“¿Le parecería justo que por toda esa violencia generada por Evo Morales sea usted el que esté preso en el futuro? ¿Le parece justo tenerme presa desde hace tres años por culpa de Evo Morales?”, elucubró Áñez.

La llamada “Marcha para salvar Bolivia”, promovida por Morales y sus seguidores, partió de Caracollo, Oruro, el martes y pretende llegar a La Paz el lunes 23 de septiembre.

La otrora senadora reapareció con un mensaje en el que adjuntó la fotografía del presidente Luis Arce sentado en un salón del Ministerio de Educación en el que esperó, el viernes, una posible reunión con Morales.