Carlos Romero, exministro de Gobierno y figura clave del sector «evista» del Movimiento al Socialismo (MAS), lanzó duras críticas contra el gobierno del presidente Luis Arce y su equipo, enfocando su ataque en la canciller Celinda Sosa y el estado actual del país.
Fuente: Gigavisión/eju.tv
Romero acusó a Sosa de «mentir» a la comunidad internacional al denunciar al expresidente Evo Morales por supuestas acciones golpistas y alegar su inhabilitación para las elecciones de 2025, afirmando que dichas acusaciones son falsas.
En un tono desafiante, Romero calificó a la canciller de «mediocre» y «fracasada», además de servil al presidente Arce. El exministro también denunció una «anomia estatal», refiriéndose a la falta de liderazgo y dirección en el país. Según Romero, Bolivia atraviesa una crisis económica severa y enfrenta una grave situación medioambiental, problemas que, a su juicio, el gobierno ha sido incapaz de afrontar.
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Romero aprovechó su intervención para destacar lo que llamó una «gigantesca marcha evista» de 20 kilómetros, realizada en defensa de Morales y con el objetivo de «salvar Bolivia». Agradeció el respaldo recibido en la ciudad de El Alto y denunció la violencia sufrida por los participantes de la marcha, atribuyéndola a grupos que describió como «mercenarios, palomillos y drogadictos» supuestamente vinculados al gobierno de Arce. En una escalada retórica, calificó al presidente como «cobarde, traidor, soberbio y testarudo», además de incapaz de resolver los problemas del país.
En cuanto a las expectativas de diálogo, Romero señaló que su sector exige la entrega de los responsables de los actos de violencia contra la marcha. En caso de que estas condiciones no se cumplan, anunció que este jueves se llevará a cabo una reunión en Cochabamba para discutir posibles acciones a tomar.
Finalmente, Romero denunció una «cacería de brujas» dirigida contra los dirigentes evistas que participaron en la movilización, varios de los cuales se encuentran detenidos. También insinuó que el ministro de Gobierno podría no estar en pleno uso de sus facultades mentales, sugiriendo que podría estar bajo los efectos de alguna sustancia.
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