Un suceso impensado se vivió en un vuelo con destino a Ámsterdam, que se desvió a Portugal por el extraño olor de un pasajero
Un vuelo de Transavia fue desviado a Faro debido al intenso olor corporal de un pasajero
Fuente: infobae.com
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
El 29 de mayo de 2018, un vuelo de Transavia Airlines desde Gran Canaria con destino a Ámsterdam experimentó un incidente inesperado y particularmente desagradable que dejó a los pasajeros y a la tripulación en una situación complicada. La aeronave tuvo que desviarse a Faro, Portugal, debido al intenso olor corporal de uno de los pasajeros, quien posteriormente sería identificado como el músico ruso Andrey Suchilin.
Su condición, desconocida al momento del vuelo, resultó ser mucho más grave de lo que se sospechaba, desencadenando un conjunto de circunstancias que llevaron a la tripulación a tomar medidas extremas para manejar la situación.
El incidente en el vuelo de Gran Canaria a Ámsterdam
El vuelo comenzó sin mayores complicaciones, pero poco después del despegue, el fuerte olor de uno de los pasajeros empezó a causar malestar entre otros viajeros. La situación pronto escaló: varios pasajeros experimentaron náuseas e incluso vomitaron debido al olor. Según el testimonio de Piet Van Haut, un pasajero a bordo, el hedor era tan intenso que “hacía pensar que el hombre no se había lavado en semanas”. La incomodidad en la cabina aumentó rápidamente, obligando a la tripulación a buscar una solución para aliviar el malestar de los pasajeros, aunque sin éxito.
La tripulación intentó mitigar el olor corporal sin éxito, provocando un desvío a Faro
Medidas de la tripulación para mitigar el olor
Al percibir que la situación escapaba a lo normal, los asistentes de vuelo intentaron reducir el impacto del olor corporal. Para ello, pidieron al pasajero afectado que se desplazara al baño con el fin de minimizar la exposición de los demás al hedor. Sin embargo, esta acción no logró disminuir lo suficiente el olor en la cabina. Ante esta situación, la tripulación decidió suspender el servicio de alimentos y bebidas, ya que el ambiente no era apto para consumirlos. Como última medida, el capitán decidió realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Faro en Portugal, aproximadamente a mitad del trayecto hacia Ámsterdam. Allí, el pasajero fue escoltado fuera de la aeronave y trasladado a un centro médico.
La condición médica del pasajero: necrosis y su trágico desenlace
Después del aterrizaje en Faro, Andrey Suchilin fue llevado a un hospital, donde los médicos confirmaron un diagnóstico de necrosis, una grave condición médica caracterizada por la muerte prematura de células en los tejidos vivos, lo cual generaba el mal olor que afectó al vuelo. Este tipo de necrosis, generalmente provocado por infecciones o falta de circulación, fue tan avanzada que Suchilin debió permanecer en el hospital donde, a pesar de varios procedimientos quirúrgicos, su condición empeoró. Eventualmente entró en coma, y su esposa, Lidia Tikhonovich, confirmó su fallecimiento semanas después.
Tras el aterrizaje de emergencia, Andrey Suchilin fue diagnosticado con necrosis (REUTERS)
Reacciones y consecuencias para los pasajeros
El incidente afectó gravemente a los pasajeros, quienes sufrieron tanto síntomas físicos como un retraso en su llegada. Además de las náuseas y el malestar, varios de ellos intentaron cubrirse la nariz durante el vuelo, aunque pocos métodos resultaron eficaces dada la intensidad del olor. Van Haut, en declaraciones a la prensa, describió el vuelo como una experiencia difícil y mencionó que la demora de casi tres horas hasta Ámsterdam fue de “lo más incómoda y prolongada” debido al olor persistente en la cabina, que ni siquiera la retirada del pasajero logró disipar por completo.
Otros incidentes similares en Transavia Airlines
No es la primera vez que un vuelo de Transavia Airlines se ve envuelto en un incidente inusual relacionado con olores ofensivos. Apenas unos meses antes, en febrero de 2018, un vuelo de Dubai a Ámsterdam también realizó un aterrizaje de emergencia cuando un pasajero fue acusado de “romper constantemente el viento” a pesar de las reiteradas peticiones de los demás viajeros para que se detuviera. La situación derivó en una pelea a bordo, y finalmente, tanto el pasajero en cuestión como otros involucrados en la disputa fueron retirados del avión. Este incidente también generó una demanda de dos pasajeras contra la aerolínea, quienes alegaron que su expulsión fue injusta y basada en un supuesto perfil racial.
Un incidente similar ocurrió en un vuelo de Transavia meses antes en ruta a Ámsterdam (REUTERS)
La respuesta de Transavia Airlines
En ambos incidentes, la aerolínea de bajo costo Transavia Airlines tuvo que defender sus procedimientos y decisiones ante las circunstancias. Tras el caso de Suchilin, emitió un comunicado en el que confirmó que el aterrizaje se realizó por “razones médicas”, aunque se abstuvo de detallar las causas exactas del malestar alegado en la cabina debido a restricciones de privacidad. En sus declaraciones, Transavia subrayó que la tripulación actuó conforme a los protocolos y que en situaciones como estas, su prioridad es siempre la seguridad y comodidad de los pasajeros, dentro de las limitaciones propias de cada contexto.