Sin duda, este año, al igual que el anterior, la política del Pdte. Evo Morales ha favorecido al incremento del narcotráfico en Bolivia.

Los números cantan: La superficie cultivada de coca en Bolivia se encuentra aproximadamente en treinta mil hectáreas, alrededor de tres mil hectáreas más que el 2006. La erradicación de 6300 hectáreas al 2007 sigue en un nivel menor que el aumento de las nuevas áreas cultivadas, que son aproximadamente 10.000 hectáreas a nivel nacional.

Con esto, la capacidad de producción bruta de cocaína es de 112 toneladas, 20 toneladas más que el 2006.

El gran esfuerzo de la FELCN se verá reflejado con un valor de 17 toneladas de droga incautadas en el 2007, con lo que la cocaína neta potencialmente producida quedara en 95 toneladas de droga a nivel nacional. El 2006 la capacidad neta era de 79 toneladas de droga, lo que implica un 20% más de droga neta producida a nivel nacional el 2007. La incidencia del trabajo policiaco se encuentra próxima al 15% de la droga bruta producida.

Las incautaciones de coca ilegal son menores del 1% del movimiento total de coca ilegal. Cabe recordar que la coca legal en el 2006 que ingreso a Villa Fátima y Sacaba fue el equivalente a la producción de 10.000 hectáreas de cultivo de coca. Con los cambios ilegales, negativos para el mejor control interdictivo, introducidos en los reglamentos de circulación y comercialización de la hoja de coca podemos inducir que es casi nulo el trabajo del GECC, dependiente de la FELCN.

La resolución multiministerial en contra de la ley vigente y sin fundamento técnico de aumentar a 20 mil las hectáreas cultivadas de coca termina de rematar el esfuerzo de una política de estado que ahora estuviera por cumplir 20 años: se promueve el cultivo de coca y se impide el control de la coca hacia los mercados ilegales.

Economía: Movimiento generado será entre 365 y 816 millones de dólares año, lo que sin duda genera ganancias principalmente para los cocaleros y narcotraficantes. Y genera una presión inflacionaria para el país afectando principalmente a los sectores pobres.

En lo social, sin duda han disminuido los conflictos porque los permisos para producir y comercializar coca están a la orden del día y además hay una vista gorda de parte de los controles, porque son juez y parte. Además las fronteras de los cultivos siguen aumentando. Ya están en Santa Cruz y Beni. Se están formando nuevos sindicatos cocaleros y resultantemente se fortalece el brazo político cocalero porque tienen más y mejores ingresos, producto del narcotráfico y para empezar a tomar muy en cuenta, producto de la corrupción estatal y de los ingresos provenientes de Venezuela.

La ambigüedad mostrada en la última declaración del Departamento de Estado de Estados Unidos ha contribuido a mostrar la cada vez más débil influencia americana en la gravitación antinarcóticos.

Los más afectados con la situación del narcotráfico de Bolivia son los drogadictos, quienes tienen más materia prima. En el caso de Bolivia, se encuentran desamparados porque no existen políticas y peor resultados a su favor en prevención y rehabilitación.

Gracias al padrinazgo cocalero gubernamental, el narcotráfico y su corrupción imperan en Bolivia sin contraparte, convirtiendo lamentablemente a nuestro país en un paraíso latinoamericano para la producción y tráfico de droga.