Cárcel de San Pedro está cada vez más ‘vip’

Leopoldo Fernández y Santos Ramírez son vecinos en La Posta. A los pobres los espera el pozo de Los Álamos.

Reclusión. Leopoldo Fernández, Santos Ramírez y los hermanos Córdova son vecinos de las áreas La Posta y Chonchocorito en el panóptico paceño. Allí se compra el derecho a la celda

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Caro. Una celda con comodidades puede llegar a costar hasta $us 15.000. Uno la puede mejorar a su gusto y posibilidades

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EL DEBER

Marco Chuquimia. La Paz

Es jueves, día de visita en la cárcel de San Pedro, y un periodista ingresa a la sección Posta, cuyo acceso está sobre la calle Cañada Strongest. La revisión y el control, a cargo de la Policía, no es tan riguroso como el que se realiza para las otras secciones, así que es fácil colarse y mirar dentro de este vetusto edificio, levantado en 1895, que fue calificado como la cárcel más loca del mundo por el escritor Rusty Young.

En esta parte del penal están los reos condenados o detenidos preventivos que tienen más dinero o el suficiente para pagar una celda que puede costar entre $us 3.000 y 15.000. Es por tanto la sección ‘vip’ de la cárcel. Entre La Posta y Chonchorito se reparten unos 100 prisioneros, los únicos que pueden costearse esos lujos.

El patio es una cancha de fútbol de salón que parece más pequeña de lo habitual. Aquí es donde se paran las visitas los jueves y domingos. Pese a que acoge a menos del 10% de la población penitenciaria, La Posta y Chonchocorito son los que más visitas reciben. Y ahora se han vuelto más ‘populares’, desde la llegada de Leopoldo Fernández y Santos Ramírez, además de los hermanos Córdova, reconocidos ‘empresarios’ de la noche paceña, hoy acusados de matar a Jorge O’Connor.

Mientras Fernández y Ramírez son vecinos en La Posta, los hermanos Ernesto y Fernando Córdova Santibáñez están en Chonchocorito.

Cada uno realiza sus propias labores y tiene sus visitas particulares. Los hermanos Córdova, por ejemplo, como son propietarios de lenocinios conocidos en La Paz, tienen visitas que ‘endulzan’ los ojos al resto de los presos. Este jueves, Fernando y Ernesto departen alegremente con tres muchachas, mientras los dos detenidos se alimentaban de una nutrida mesa, intercambiaban risas, comentarios y miradas desconfiadas en todos lados. Están en una celda histórica, ya que perteneció al dirigente mirista Óscar Eid.

Uno de los hombres de confianza de los hermanos Córdova confiesa que fueron ellos los que lograron que Lucio Lazo, que era empleado de Ernesto y fue capturado con $us 132.000 en su poder, fuera trasladado al otro sector carcelario, a Chonchocorito. El propósito es claro, Lazo cumplía labores de seguridad en el local El Caballito de propiedad de los Córdova y no había motivo alguno para que no continúe con su trabajo en San Pedro. Los dos hermanos -afirman los detenidos- tienen un problema con otro interno por un proceso judicial por estafa. En el penal, los reos más avezados y violentos son contratados en Chonchorito y La Posta como seguridad.

Un ‘taxi’ se aproxima y ofrece su servicio. Cuando se le pide localizar a Santos Ramírez, se dirige hasta el fondo de la cancha con el nombre del visitante bien anotado para luego desaparecer por un estrecho callejón. Volvió rápido a pedir paciencia, ya que el ex presidente de Yacimientos estaba con visitas. ‘Pase’, ordenó a los pocos minutos, y tras pagar al ‘taxi’ apareció el otrora segundo hombre del MAS, ahora más delgado, con una chamarra verde y una gorra deportiva. Cuando reconoce que su visitante es periodista grita un ‘no’, seco, agita la cabeza de un costado al otro y cierra la puerta de su habitación.

Al salir del estrecho callejón, al frente, Leopoldo Fernández, que acaba de recibir a dos de sus parientes antes de ingresar a su celda, porque desaparece rápido por una puerta más baja que él.

Luce una polera blanca y acaba de jugar billar en el salón del primer piso. Ése es el principal punto de encuentro del área vip de San Pedro y el prefecto detenido de Pando pasa la mayor parte del día allí, jugando o atendiendo a sus visitas en alguna mesa.

En esta sección también se encuentra el ex presidente del Comité Cívico de Tarija Reynaldo Bayard y el dirigente yacuibeño Felipe Moza, pero la presencia de ambos es más discreta y pasa desapercibida. Sus compañeros de encierro cuentan que ambos matan el tiempo entre la celda y el billar.

Los minutos pasan y Santos no ha vuelto a sacar la cabeza de su celda. El que regresa es el ‘taxi’, apurado junto a otros dos reos que buscan la zona de ingreso e increpan a los guardias. “¿Por qué dejan entrar a periodistas?”, gritan y el alboroto pronto hace el ambiente poco propicio para seguir la ‘reportería’.

La Policía debe ingresar al patio, cosa que muy rara vez hace, para evitar que los presos agredan al periodista descubierto, mientras desde todos lados llueven papeles y escombros como castigo por haber ingresado sin pedir permiso.

Desde que Leopoldo grabó un mensaje dentro de la cárcel y el escándalo por los turistas extranjeros que visitan el penal, la palabra ‘prensa’ está vetada en San Pedro. Y aquí es mejor ser obedientes.

   Entre rejas   

– La Policía no tiene presencia dentro del penal. Los reclusos organizaron su cuerpo de seguridad, que está conformado por los propios reos y pueden realizar ‘detenciones’ de algunos de sus compañeros que están ebrios y ocasionan problemas. Incluso sus trajes se asemejan mucho a los denominados ‘hombres de negro’ que custodian centros comerciales céntricos de la ciudad de La Paz.

– Los reos llegaron a elaborar sake, que es un vino hecho de arroz. El ingreso de la materia prima es sencillo: los niños que viven en el penal salen y entran con un control mínimo. Además, los familiares que llegan de visita los jueves y domingos ingresan con grandes bolsa de arroz, que pronto es procesado en pequeños alambiques caseros en los que los presos logran ‘refinar’ la famosa bebida de los samurais.

– Son 10 secciones que tiene el penal de San Pedro, la población se encuentra en las secciones Alamos,  Cancha, Cocina, Guanay, Palmar, Pinos, Prefectura y San Martín; mientras que las dos secciones privilegiadas son La Posta y Chonchocorito. Las celdas miden entre dos a seis metros cuadrados. El tamaño de éstas condiciona su precio. No se sabe quién se queda con el dinero de las ventas de espacio.

– Los ‘taxis’ son reos que sirven como guías para los visitantes. No es trabajo voluntario. Los ‘usuarios’ deben pagar entre Bs 1 y 5 por el servicio, todo depende de la cara del cliente. Cuando la visita ingresa al penal, se acerca un ‘taxi’ le pide el nombre del familiar o amigo que quiere ver y lo lleva hasta la sección correspondiente. Es un mundo tan pequeño que todos saben dónde vive el compañero.

– Las visitas para los detenidos son registradas en libros extensos donde se anota el nombre del visitante y del visitado. Eso no pasa con los reos de los casos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y Porvenir. Para ellos hay hojas especiales, que fueron habilitadas por la Policía para registrar a las personas que ingresan a entrevistar a Leopoldo Fernández, los dirigentes cívicos de Tarija o a Santos Ramírez.

A los pobres los espera el pozo de Los Álamos

Reclusión. A Jorge Melgar Quete ‘le hicieron una recepción’, ya que los reos estaban molestos por los insultos contra los andinos. Los turistas extranjeros ingresaban a la zona más peligrosa

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Comercio. El penal paceño es un barrio amurallado lleno habitaciones diminutas. Los reos ponen negocios dentro del reclusorio para poder mantenerse

Si Leopoldo Fernández o Santos Ramírez pueden tener acceso al sector privilegiado de San Pedro, no es el caso de otros dirigentes detenidos después de septiembre en el oriente boliviano. Ahí está Jorge Melgar Quete, el presentador de televisión de la localidad beniana de Riberalta que guarda detención preventiva desde octubre del año pasado, está detenido en la sección Prefectura que colinda con Chonchocorito, pero no tiene ‘los lujos’ de la zona vip. A ambos sectores los separa un grueso muro de ladrillos que   el 27 de febrero cedió al peso de los años.

El ingreso del presentador al penal no fue nada grato. Sus comentarios sobre la ‘raza maldita’ en tiempos de movilización contra el Gobierno no eran desconocidos para sus compañeros de celda. Los ‘jilakatas’ le organizaron una recepción, que incluyó una disculpa a través de los altoparlantes y una estadía en el ‘pozo’ que está en el centro de la plaza de este sector. Se trata de un hueco con agua helada en la que ‘bautizan’ a los recién llegados. El ‘bautismo’ de Melgar fue más largo de lo habitual.

En el otro extremo, en la sección Álamos, se encuentran los dos acusados de ser los autores materiales del asesinato del empresario Jorge O’Connor D’Arlach, Michael Rodríguez Caero y Rufino Rodríguez. La permanencia en esta parte del penal es más dura y más compleja, con códigos establecidos por los propios internos.

Junto a los delincuentes viven sus hijos, unos 150 niños que entran y salen del penal sin el menor control. Es esta parte de la cárcel que está ‘abierta’ al turismo extranjero y la que ya le ha costado el cargo a dos gobernadores. Está justo al frente de la plaza San Pedro, aunque los turistas ingresaban por La Posta, con la venia de los policías.

   Cuentas y cifras   

– La posibilidad de habitar una celda puede costar entre $us 100 y 15.000, todo depende de las comodidades que se busquen. Las más lujosas tienen hasta televisión.

– Con el dinero suficiente es posible conseguir compañía femenina. Esto causó la protesta de las esposas de los reos, que pidieron al Gobierno no dejar que ingresen las prostitutas al penal a prestar servicio.

– Es posible elegir la comida en San Pedro. Los más pobres deben conformarse por el rancho, pero se pueden conseguir platos, como ají de fideo, por Bs 2. También hay restaurantes para gustos más exigentes.

– Hasta la semana pasada, el turismo carcelario pagaba entre $us 100 y 200 para conocer la muy publicitada cárcel más loca del mundo.