Evo discrimina a los periodistas bolivianos

Grande fue la sorpresa de los periodistas cuando vieron que sólo se les permitía escuchar las respuestas que daba Evo Morales a los representantes de medios internacionales…

image Editorial La Prensa.

El Presidente cuyo capital político se construyó sobre la base del rechazo a la discriminación que durante siglos sufrieron los pueblos indígenas, el Mandatario cuyo discurso político se sustenta en la lucha contra la exclusión social y política de las mayorías, ahora se ha puesto a la tarea de dejar de lado a los periodistas bolivianos en un hecho que no tiene precedentes en la democracia moderna. Es que se trata de un hecho autoritario, a la mejor usanza de los caudillos dictatoriales que alimentaron la triste historia de la intolerancia en América Latina.



El mejor ejemplo se dio el martes 7 de abril en el Palacio de Gobierno, cuando se convocó a una conferencia de prensa con la prensa internacional, y también con los comunicadores bolivianos. Grande fue la sorpresa de los periodistas que participaron en el evento cuando vieron que sólo se les permitía escuchar las respuestas que daba Evo Morales a los representantes de medios internacionales, mientras los bolivianos no podían hacer preguntas.

Por “órdenes superiores”, los funcionarios de la Oficina de Prensa y Comunicación del Palacio de Gobierno no permitieron que los periodistas bolivianos se anotaran en la lista de personas interesadas en formular preguntas al Presidente de la República, el primer funcionario público del Estado.

Ése fue un acto discriminatorio que viola cualquier ordenamiento nacional e internacional, que atenta directamente al corazón de uno de los valores fundamentales de la democracia: la libertad de expresión. ¿A qué preguntas le teme Evo Morales? ¿A que le pregunte por la galopante corrupción que afecta a su Gobierno? ¿A que le consulten por las fallas enormes de su gestión? ¿A que le cuestionen por su creciente autoritarismo que lleva a la democracia boliviana a una dictadura tal como funciona en Cuba y Venezuela?

La “represalia” de Evo Morales contra los medios de comunicación surge a partir de la información —sustentada en documentación elaborada por su propio Gobierno y en cartas elaboradas por un grupo de delincuentes que sostuvieron conversaciones con su persona y con sus ministros de Estado— que La Prensa publicó el 9 de diciembre sobre el caso de los 33 camiones cargados de contrabando en el departamento de Pando. ¿A qué le teme Evo Morales? ¿A las preguntas que no puede responder por sus conversaciones con este grupo de personas?

Morales debería saber que uno de los pilares de la democracia es la prensa libre e independiente. Ésa que molesta, que critica, que urga en los intersticios del poder. El problema es que un poder autoritario como el suyo no quiere una prensa libre e independiente. No es “funcional” a ese modelo de país. El trabajo fundamental del periodismo —en Bolivia como en cualquier parte del mundo— es hacer preguntas. Y no nos vamos a cansar de hacerle preguntas. La comunidad internacional ya lo ve con preocupación y alarma. Vamos hacia un proceso totalitario y los periodistas lo vamos a denunciar, pese a quien le pese.