Acuerdo busca preservar la punta del Cerro Rico de Potosí

Se elabora proyecto de decreto para normar la explotación de plata en el yacimiento. Mujeres y niños viven en condiciones precarias en el Cerro Rico.

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PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD • En la foto, la parte superior del Cerro Rico de Potosí, explotado hace 500 años.



La Razón

Cívicos y cooperativistas mineros de Potosí elaborarán un proyecto de decreto a objeto de normar la explotación de plata en el yacimiento.

Cívicos y cooperativistas mineros acordaron preservar la estructura cónica del Cerro Rico de Potosí. Para ello elaborarán, de forma conjunta, un perfil de decreto que normará la explotación del yacimiento de plata, entre la cota (la punta) 4.400 y la 4.700, y que será remitido al Gobierno para su consideración.

En principio, el Comité Cívico potosino había fijado un plazo para que el Gobierno derogue el Decreto Supremo 27787, aprobado el 4 de octubre del 2004 por el ex presidente Carlos Mesa. La norma autoriza la explotación interna y externa del Cerro Rico, entre las cotas 4.400 y 4.700.

“Hemos logrado un acuerdo base (con los cooperativistas) que nos va a permitir reunirnos nuevamente el jueves para elaborar una propuesta que permita al Gobierno central emitir una normativa legal sobre la preservación del Cerro Rico”, dijo a La Razón el presidente del ente cívico, Celestino Condori.

El dirigente cívico adelantó que una de las alternativas que se abordará mañana es la posibilidad de cerrar los caminos de acceso a la punta del cerro, a partir de la cota 4.400.

En cuanto a la demanda de derogación del Decreto 27787, Condori manifestó que los cooperativistas “quieren conservar el decreto y hacer algunas modificaciones a los artículos referidos a la explotación de mineral en los niveles superiores”.

El viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, Gerardo Coro —que participó como mediador en el conflicto—, dijo que la preservación de la morfología del cerro pasaría por fijar límites técnicos para la actividad minera entre las cotas 4.400 y 4.700. Explicó que esa tarea estaría en manos de profesionales topógrafos.

El director general de Minería, Freddy Beltrán, afirmó que el ministerio apoyará el acuerdo al que lleguen los cívicos y los cooperativistas, aunque éste defina la paralización momentánea de las operaciones mineras en las cotas superiores del cerro.

Explicó que internamente, el yacimiento argentífero es explotado por cerca de 40 cooperativas que firmaron contratos de arrendamiento con la Corporación Minera de Bolivia. En la superficie, las operaciones están a cargo de la empresa Manquiri, que produce lingotes de plata a partir de la remoción y procesamiento de los desmontes (residuos superficiales de antiguas operaciones mineras). Ambos, acotó, realizan trabajos en los niveles superiores.

Sin embargo, el secretario general de la Federación de Cooperativas Mineras de Potosí, Benedicto Llano, aseguró que de los ocho mil mineros que trabajan a la fecha en el cerro, ninguno lo hace arriba de los 4.400 metros sobre el nivel del mar. “No estamos hundiendo el cerro”, acotó.

Condori denunció que es la empresa Manquiri la que “está trabajando en exceso la punta del cerro y deformando su forma cónica”. En ese sentido, el director de Minería de la Prefectura de Potosí, Carlos Corque, indicó que existen informes que dan cuenta que la compañía está explotando la roca dura del cerro, algo que no permite su contrato.

Según Beltrán, la empresa ha estado explotando muy cerca de esa área, por lo que ya fue advertida con una posible recisión de su convenio con el Estado.

La Razón intentó conocer la versión de Manquiri; pero el encargado de Comunicación, Erick Cortez, indicó que cualquier entrevista debe ser previamente solicitada de forma escrita.

Experto cobrará $us 156 mil

El estudio iniciado en agosto sobre la estabilidad del Cerro Rico continuará en una segunda y última fase. Con ese fin se prevé contratar a un consultor en geotecnia por un monto de 156 mil dólares, informó a La Razón Roberto Alfaro, director de Geología del Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas, entidad a cargo del proyecto.

Dijo que así lo contempla el plan presentado para el financiamiento de la segunda fase del estudio, que prevé un costo total de $us 233 mil. “No podemos conseguir en Bolivia gente de la especialidad de geotecnia”.

Explicó que el estudio, que se inició en agosto del 2008 con un presupuesto de $us 190 mil, tiene un avance del 54% y podría concluir en diciembre. Precisó que el experto a contratar interpretará las mediciones realizadas en el yacimiento para determinar los niveles en los que la explotación de plata debe detenerse y aquéllos en los que se deben hacer tareas de relleno para preservar la estructura.

Desde el Ministerio de Minería se indicó que existe el dinero para encarar la segunda etapa.

Mujeres y niños viven en condiciones precarias en el Cerro Rico de Potosí

Periódico Opinión

Potosí/Erbol. Mujeres y niños continúan viviendo y trabajando en el Cerro Rico de Potosí en condiciones infrahumanas y no existe sensibilidad por parte de las autoridades departamentales, según la información proporcionada por el Centro de Promoción Minera (Cepromin).

La responsable de esta entidad, Jacqueline Pinto, manifestó que la realidad de estas familias es muy triste, ya que no cuentan con servicios básicos y los niños consumen agua contaminada por tóxicos mineralógicos, lo que causa infecciones estomacales y también desnutrición.

«Es gente que no tiene ningún tipo de servicio elemental, como ser agua, alcantarillado. Ellos consumen agua de pozo y posiblemente contaminada, que es la causa fundamental para muchas enfermedades que se han diagnosticado en los niños y mujeres del cerro», sostuvo.

La circunstancias de estos sectores no mejoró en nada con relación a años pasados, por el contrario empeoró porque sus ingresos económicos han bajado y en algunos casos es prácticamente como hacerles un favor a estas mujeres, puntualizó Pinto.

Lo peor es que las autoridades departamentales, acotó, no hacen nada para solucionar esta situación de pobreza por la que atraviesan niños y mujeres en el Cerro Rico y vivir en condiciones inhumanas y sin la posibilidad de surgimiento a nivel personal y familiar.