¿Habrá oposición?

Siguen apareciendo los candidatos de la “oposición”, pero con discursos de seda, alejados de los verdaderos riesgos  que enfrenta el país.

ElNuevoDia Editorial El Día

¿Ha habido oposición en los 43 meses del Gobierno de Evo Morales? La pregunta parece tan tendenciosa como incoherente, pues a juzgar por lo que afirma todos los días el Presidente, los opositores han llegado a extremos del intento de asesinato y del golpe de Estado, pero eso queda en el terreno de la fantasía.



Nadie puede afirmar, sin embargo, que es fantasía la dura pelea que le han dado diversos sectores de la sociedad a los despiadados atropellos que se han cometido en todo este tiempo contra las leyes, la institucionalidad democrática, la propiedad privada y el estado de derecho. Nunca han faltado voces desde la prensa, el movimiento cívico, la Iglesia, algunos sindicatos, prefecturas, gremios empresariales e instituciones de la sociedad civil para denunciar el proceso de desintegración social al que nos está conduciendo la llamada “política de cambio”, que no es más que la concentración del poder en manos de una clase política que le ha entregado la conducción del país al proyecto bolivariano que encabeza el venezolano aspirante a imperialista, Hugo Chávez.

Se dieron genuinos actos de resistencia durante la Asamblea Constituyente; el movimiento autonomista logró imponer una agenda en el país contra viento y marea; se produjeron gestos heroicos para defender a la Justicia y no son pocos los que ofrendaron la vida para enfrentar la avalancha autoritaria en Cochabamba, en La Calancha, Tiquipaya, Pando y tantos otros lugares donde el MAS hizo prevalecer la fuerza de la barbarie.

No alcanzaría este espacio para enumerar el gran valor y la vocación democrática que han demostrado muchos bolivianos para resistir el autoritarismo que busca su consagración final el 6 de diciembre. Es conveniente, no obstante, recordar lo que ha hecho la otra “oposición”, la que permitió la ampliación ilegal de la Asamblea Constituyente; la que ayudó a maquillar una constitución manchada de sangre y de ilegalidad; la que aprobó un referéndum revocatorio amañado y también al margen de la ley; la que traicionó la férrea unidad de las regiones y transó con el revocatorio; la que olvidó a Leopoldo Fernández, un preso político detenido en contra de la Constitución y las normas jurídicas más elementales; la que se ha inventado esa aberración llamada “padrón mixto”; la que se olvidó de los que votaron por la autonomía; la que se queda muda cuando quieren eliminar la libertad de expresión.

Aún no ha empezado la campaña electoral y sobran los candidatos “opositores”. El oficialismo arremete sin piedad con sus intentos de encasillar como “terrorista” y aplastar a todo aquel que en verdad levanta la cabeza para denunciar el autoritarismo. Del otro lado, sólo se escuchan discursos de seda. Se habla de alimentos orgánicos, de litio, de evitar la confrontación y de otros temas que no apuntan al verdadero peligro en el que se encuentra Bolivia. No se escucha la vehemencia con la que deberían defender el padrón biométrico; tampoco se denuncia la vergüenza del Silala o la destrucción del aparato productivo; nadie toca al padre del oprobio que se pretende instalar en el país, ese proyecto denominado Socialismo del Siglo XXI. Elecciones y candidatos va a haber, esperemos que surja la verdadera oposición.