La droga enfrenta a dos comunidades de Cochabamba

Los pobladores de Charingo acusan a sus vecinos de Pantipata de estar inmersos en el narcotráfico. Los acusados cortaron agua a sus detractores.

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Las medidas. Este camino que conduce a Pantipata fue bloqueado en varias ocasiones en rechazo al narcotráfico.



La Razón

La ilícita actividad del narcotráfico enfrenta a dos poblados en Cochabamba. Los habitantes de Charingo decidieron bloquear y evitar el ingreso de precursores a la población de Pantipata, que en represalia cortó el suministro de agua a sus vecinos, afectando, principalmente, sus cultivos.

Este conflicto, empero, no es reciente, pues ya tiene antecedentes desde hace año y medio. Doña Rosa, comunaria de Charingo, denunció que el agua que reciben de Pantipata se encuentra contaminada por los precursores que se usan en esa población para la fabricación de droga.

“Ellos no aceptan que ahí arriba hacen droga. Con pichicata trabajan y ya no siembran. Esto contamina el agua que llega desde las alturas (cerro), pues es de color verde y lo que sembramos se pudre con esa agua”, denunció la comunaria.

Pantipata se encuentra en la parte alta de un cerro, mientras que Charingo está en sus faldas. Los habitantes afectados por la contaminación bloquearon el camino hacia el poblado vecino con el objetivo de evitar que, explicaron, ingrese gasolina y otros químicos para fabricar cocaína.

Los denunciados respondieron evitando el paso del agua a la parte baja del cerro. “Ellos dicen que somos narcos, pero no es así. Producimos papa, cebolla, arveja, maíz, que se perdió por el bloqueo”, explicó el dirigente Pedro Cosme, que admitió que “hay lugares vacíos, áreas verdes en atrás (del poblado) donde esa cosa hacen (droga)”.

Un operativo de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) encontró el miércoles en Pantipata 14 fábricas de droga. Un acuerdo puso fin al bloqueo el jueves.

Se inició el trabajo de reposición de las cañerías para llevar agua a Charingo, que fueron “cortadas” hace un año en represalia a un bloqueo de la carretera de ese entonces. En el tema de la contaminación, se decidió encomendar el análisis del agua y de la tierra para ver el nivel de degradación.

El comandante de la Policía de Cochabamba, coronel Carlos Quiroga, corroboró el hecho de que algunos habitantes de la zona, ubicada en el municipio de Vinto, facilitan terrenos para labores de narcotráfico, como lo demuestran los resultados de los operativos de la FELCN.

Quiroga reveló que es riesgoso incursionar en esta zona porque son recibidos, en muchas ocasiones, con disparos de armas. “Los testigos o vecinos de Charingo dicen que cuando salen los policías, ellos (narcotraficantes) vuelven”, señaló.

En 15 días se entregará un módulo policial en la zona.
Redacción Cochabamba

Condiciones para los narcos

La población de Pantipata es propicia para la fabricación de droga, pues cuenta con bastante agua. Además, su ubicación permite a los narcotraficantes tener un control visual de la zona y escapar si detectan un operativo antidrogas, informaron fuentes de la Policía.

“Esta población está ubicada en las alturas del Tunari, a 25 kilómetros de la ciudad. Está en la cordillera y es un lugar que tiene bastante agua, necesaria para fabricar droga”, explicó el comandante de Cochabamba, coronel Carlos Quiroga.

La Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN) incursionó en la zona y destruyó 14 fábricas de cocaína. Uno de los dirigentes de Pantipata admitió que en este poblado existe esta ilícita actividad, aunque negó que los campesinos participen.

“Como sindicato hemos hecho un acuerdo para controlar y para evitar los problemas. Esa es mi palabra, no puedo decirle más porque estoy ocupadito”, respondió el dirigente de Pantipata, Pedro Cosme, al ser consultado sobre la situación del narcotráfico en esta población de Cochabamba.

Suman quejas por efectos de la droga de Pantipata

PROBLEMA | Los agricultores exponen las bajas en la producción, aparentemente por causa de los químicos

Por Vásquez Katiuska – Los Tiempos – 26/09/2009

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Una de las factorías de droga en las alturas de Pantipata, el miércoles. – FELCC Agencia

La mortalidad de aves se duplicó en las granjas de Vinto próximas a los ríos Charingo y La Llave por la contaminación de agua con residuos del narcotráfico; el ganado vacuno sufre de diarreas crónicas; los cultivos se secan y producen menos; los alfares parecen desiertos y las flores se marchitan, aseguran los agricultores que combaten las fábricas de pasta base de cocaína, asentadas en las alturas de Vinto cerca de las laderas de los ríos contaminados. 

Desde que se detectó la contaminación del agua, los avicultores dicen haber perdido unos 2 mil pollos listos para salir al mercado por galpón. Habitualmente crían 10 mil aves en cada galpón y se espera una mortandad del 3 y 4 por ciento. Sin embargo, el daño ambiental subió la mortalidad al 7 y 8 por ciento.   

Los granjeros advierten que la contaminación también afecta a los productores de la parte baja de Vinto, donde hay una agricultura intensa o se usa el líquido para el consumo doméstico. En poblaciones como Charingo, varios agricultores retiran su producción de mercados, por el riesgo de afectar la salud de los consumidores, según dirigentes.

El bloqueo que interrumpió el camino de Charingo a Pantipata desapareció tras el acuerdo entre las dos comunidades, pero aún resta que ambas partes cumplan los siete puntos del convenio, entre éstos que Pantipata repare la cañería de agua potable destrozada presuntamente por lugareños en represalia por la construcción de un módulo policial que controlará el paso de precursores para el narcotráfico.

A más tardar en 20 días se inaugurará el primer módulo policial en Charingo. El Comando de la Policía anunció que destinará al menos cinco efectivos para vigilar el tráfico de precursores y el desvío de coca para el narcotráfico.

Mientras que el jefe de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, Elvin Baptista, anunció que los operativos en las regiones estigmatizadas por los traficantes serán continuos.

Más gente arriba

En Pantipata hay más habitantes y menos agricultura. Los lugareños dicen que desde hace tres años la comunidad aumentó de 60 familias a unas 180. La fiebre poblacional va acompañada de una migración de gente de Chapare y del regreso de comunarios que se fueron hace unos cinco años al trópico.

Por ahora están de moda los matrimonios entre pantipateños y chapareños, como lo reconocieron en el último encuentro sostenido en la Prefectura, el jueves pasado. Pero en esta última población dicen que los migrantes de Chapare llegan también a Charingo.

Aunque Pantipata es la comunidad que más creció es la que menos está produciendo. Su agricultura ha mermado en un 80 por ciento aproximadamente. Hay pocos cultivos de papa y avena, que eran los productos tradicionales de la zona. La disminución se atribuye al incremento del narcotráfico.