Príncipes de Hannover, ¿La dieta del ayuno incluye a Carolina?

Hace meses que duermen separados y Carolina se ha instalado sola en Mónaco. La crisis matrimonial amenaza con quebrar el ánimo del nuevo Ernesto, abstemio gracias al Ayurveda, una técnica a base de dieta, masajes y enemas.

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El nuevo ‘look’ de Ernesto de Hannover



ROSALÍA SÁNCHEZ / BERLÍN

Ernesto de Hannover (54 años) y la princesa Carolina (52) de Mónaco están tomándose un «tiempo de reflexión». Hace meses que no comparten lecho conyugal y la última vez que se les vio juntos fue el pasado 20 de julio en Bonifacio (Córcega), con motivo del décimo aniversario de la pequeña Alexandra, que ha pasado todo el verano en la casa familiar de Saint-Rémy de Provence, en compañía de su madre, mientras el príncipe de Hannover se desplazaba a Salzburgo para asistir en solitario al festival de ópera.

A él se le ha visto en buena forma y muy rejuvenecido después de un proceso de desintoxicación que le ha llevado años. Hasta ahora, había conseguido volver a tomar las riendas de su vida, influenciado por filosofías naturistas indias, como el Ayurveda. Pero el frágil equilibrio del príncipe de Hannover amenaza con romperse de nuevo. Por vez primera, desde 1999, el año de su matrimonio, la pareja ha veraneado por separado y comienza el curso con agendas diferentes.

Carolina ha retornado al díscolo Mónaco y ha dejado Fontainebleau, localidad cercana a París donde los Hannover tenían su residencia familiar. Mientras, Ernesto asistía a los estrafalarios fastos organizados en Trípoli (Libia) en honor a la llegada al poder del tirano Muammar Gaddafi. Sin embargo, los rumores de desavenencias en la pareja son frecuentes desde hace varios meses. «Antes de verano ya se sabía que discutían continuamente», afirma un amigo íntimo del príncipe alemán.

Otro dato que parece indicar que la separación principesca sería inminente es la noticia que se publicó en el semanario monárquico Point de Vue. «Nunca publicaríamos nada de los Grimaldi si no lo tuviéramos totalmente verificado», afirma un redactor de la revista que eviscera los cuerpos regados por sangre azul. Algo lógico considerando la dureza de las leyes francesas contra la publicación de informaciones no contrastadas.

SIN ALCOHOL

Pero ¿alterará su crisis matrimonial el equilibrio de humores del príncipe de Hannover? La nueva vida de Ernesto comenzó en abril de 2005, mes en el que volvió a nacer tras conseguir recuperarse de una pancreatitis aguda que le había llevado a la clínica Princesa Grace, de Mónaco, donde llegó incluso a entrar en coma.

El arzobispo de Mónaco evocó entonces la maldición de los Grimaldi, una leyenda que data del siglo XIII. Cuentan los monegascos que una gitana, raptada y violada por Rainiero I en el campo de batalla, lanzó una maldición contra él y contra todos sus descendientes que impide, desde entonces, que sean felices en sus matrimonios. Quizá por eso, o quizá por la larga e ininterrumpida carrera de excesos que emprendió a los 17 años, el príncipe de Hannover estuvo a punto de dejar viuda (y sería la segunda vez) a Carolina de Mónaco.

No fue una recuperación sencilla ni exenta de dolor. Coincidió, además, con un momento extraordinariamente duro para toda la familia, como fue la pérdida del príncipe Rainiero. Según él mismo confesó, ver a su esposa destrozada por la muerte de su padre, y al mismo tiempo ver tan desconcertada a la pequeña Alexandra Sophie, la hija de ambos, de seis años, a punto de perder al suyo, fue lo que le dio fuerzas suficientes para decidirse por un cambio radical de vida: «No puedo morir ahora», dijo en las primeras entrevistas, «tengo que ver crecer a mi hija».

El primer paso de su recuperación fue reconocer y hacer frente al problema de fondo en toda su crudeza: «Mi problema es que no sé decir que no: cuando alguien me llama y quiere que tome unas copas con él lo hago. Ahora tengo que aprender a hacerme menos habitual en esos ambientes. Entonces ya no me llamarán y viviré más tranquilo».

Se trasladó a una lujosa clínica en el pueblo alpino de Schruns, para pasar un periodo de convalecencia en un ambiente sano, retirado y bucólico. Asesorado por los médicos, decidió valerse de terapias alternativas, que le proporcionasen otro equilibrio vital. Es así como el príncipe de Hannover entra en contacto con las técnicas de ayuno y con el Ayurveda. En primer lugar, el alcohol ha desaparecido por completo de su entorno y su lugar ha sido tomado por el ejercicio físico, que ahora practica a diario.

Además, anualmente se somete a curas de abstinencia basadas en dejar al organismo alimentarse de las reservas durante un periodo de tiempo en que el individuo se concentra en la conexión entre cuerpo, alma y mente.

El diario alemán Bild Zeitung, ha señalado la clínica de abstinencia del doctor Otto Buchinger, en Bad Pyrmont, como el lugar donde Ernesto de Hannover practica estas terapias. La ayunoterapia, según el Dr. Buchinger, se distingue del ayuno absoluto (dieta cero calorías) por el aporte cotidiano de zumo de frutas, caldos de verdura, miel y, según la necesidad de cada paciente, de otros complementos dietéticos.

GRAN FORTUNA

Bild Zeitung, además, señala el centro de Salud F.-X.-Mayr, en Ostseebad Baabe, como la otra clínica en la que Ernesto alterna tratamientos de mantenimiento. En este caso se trata de un exclusivo centro en la tranquila costa del Mar Báltico. Está situada a 300 metros de la playa, y eso permite a los pacientes largos paseos por la arena.

Estas curas intensivas tienen lugar, preferentemente, en primavera. Es por eso que a principios de este verano, cuando apareció en Hildesheim para la vista del juicio por agresiones al dueño de una discoteca en Kenia, sus rasgos fisonómicos sorprendieron: no sólo había perdido unos 20 kilos, sino que además su gesto y su articulación de las palabras eran visiblemente más relajados y serenos que de costumbre. Los paparazzi habituados a seguir a Ernesto de Hannover, al que han apodado el príncipe de las palizas, apenas podían creer que se tratase de la misma persona. Pero el Ayurveda había producido otros efectos: se mostraba sonriente, seguro y consiguió convencer a quienes le escuchaban de que él no había propinado una paliza a aquel hombre, sino que solamente intercambiaron un par de puñetazos.

El Ayurveda es un tipo de medicina natural que procede de India y que implica toda una filosofía de vida. Esta técnica consiste en terapias con masajes de aceite caliente, purgación y el uso de enemas. Todo ello acompañado de una terapia psicológica que invita al desapego por los bienes terrenales y las relaciones pasajeras: un nuevo estilo de vida.

Esa nueva filosofía ha tenido consecuencias, no solo en su apariencia física, sino en la gestión de sus bienes. Un año después de superar la pancreatitis tomó algunas decisiones que afectaban a la gestión del patrimonio familiar (estimado en 500 millones de euros, una fortuna similar a la de su mujer) y que no fueron bien recibidas por alguno de sus hermanos. Como jefe de familia de los Welfos, corresponde a Ernesto de Hannover dirigir la gestión de la principal residencia del clan, el fabuloso castillo neogótico de Marienburg, situado en el valle del Leine, con 600 habitaciones. Pues bien, Ernesto decidió ponerlo en funcionamiento: permitir visitas y convertirlo en una atracción turística sobresaliente en el norte de Alemania. Mauritz von Reden, el administrador de la Casa de los Welfos, asegura que la inversión total del proyecto ascendía a varios millones de euros, y para darle liquidez, el príncipe optó por una subasta de tesoros de su dinastía, que enfadó a parte de su familia. Con ello consiguió recaudar más de 15 millones de euros.

No se trataba, en cualquier caso, de un problema de liquidez porque la Casa de Hannover, con Ernesto a la cabeza, ha realizado en las últimas décadas una brillante gestión de su patrimonio inmobliliario, cuyas piezas más emblemáticas son: el castillo de Lamu, en Kenia; Le Manoir du Mee, (París); el palacio de Auerlach/Grunau (Austria); y la mansión de Calenberg, su domicilio oficial, en Alemania. La familia de Carolina estaba encantada con los cambios.

Ernesto había pasado de ser un problema de protocolo a un recurso valioso. En la cena de gala de la Cruz Roja de 2006, fue el encargado de arropar socialmente a Charlene, a quien sentaron a su lado dando a entender que el noviazgo con Alberto de Mónaco era ya totalmente aceptado por la familia. ¿Destrozará Carolina el cuerpo que salvó el Ayurveda?

FAMILIA NUMEROSA

LOS HANNOVER-CASIRAGHI. Aunque cada uno estudia, vive o se divierte en un sitio distinto, Carolina logra, de cuando en cuando, reunir a sus hijos. En ocasiones puntuales, la hija de Grace Kelly consigue alejar a su hijo Andrea de las discotecas, se trae a Carlota de algún campeonato de hípica y manda el jet a buscar a su hijo Pierre a Milán, donde el joven estudia Económicas. De la pequeña Alejandra de 10 años no tiene por qué preocuparse, por ahora. Todos ellos formarían la imagen que se tomaría durante una cena familiar en casa de los Hannover-Casiraghi. Sólo falta el patriarca, Ernesto. El padrastro de Andrea, Pierre y Carlota, se casó en 1999 con la madre de los tres y pasó de la soltería a conformar una famila de seis. Seguramente tanta responsabilidad no le ayudara a superar sus problemas con el alcohol y la excesiva fiesta. / B. Velasco

EL DÍSCOLO

ANDREA CASIRAGHI. Licenciado en Artes Visuales, está llamado a ser el sucesor de su tío Alberto, pero el primogénito de Carolina es más conocido en los locales nocturnos que en los pasillos del palacio de los Grimaldi. / CORDON

LA GUAPA

CARLOTA CASIRAGHI. Sus amigos la tachan de discreta y callada, pero su estilo va por delante de su personalidad. La joven de 23 años mezcla belleza e inteligencia. Se licenció en la prestigiosa Sorbona de filosofía hace dos años. /

EL FORMAL

PIERRE CASIRAGHI. Es el menos conocido de los hijos que Carolina tuvo con Stefano Casiraghi. Intenta pasar desapercibido y ocupar el menor número posible de páginas del cuore, ese rol prefiere dejárselo a sus hermanos mayores. / CORDON

LA MIMADA

ALEJANDRA HANNOVER. Ha cumplido 10 años en junio y sigue al amparo de sus papis. La niña mimada de Ernesto podría convertirse en princesa de Hannover. Por sus venas corre más sangre real que por la del resto de sus hermanos. / CORDON (elmundo.es)