Arzobispo dice que la Constitución de Evo Morales es ‘totalmente atea’

Porque no reconoce al catolicismo como la religión oficial del Estado, según. Las relaciones de Morales y la Iglesia Católica han sido tensas desde la llegada del mandatario al poder en 2006.

image Masivo: el Santo Sepulcro y centenares de paceños avanzan por las calles de la ciudad en Viernes Santo, fue en abril de 2010 (Foto La Prensa)



La Paz, EFE.- El arzobispo boliviano René Fernández dijo el jueves en un acto religioso que la Constitución del Estado promulgada por el presidente Evo Morales en 2009 es «totalmente atea» porque no reconoce al catolicismo como la religión oficial del Estado.

Fernández, que es arzobispo emérito de Cochabamba (centro), se refirió al asunto en la homilía de una misa ofrecida a propósito de unos actos por el Día de la Madre en Bolivia y a los que el presidente Morales llegó con retraso, según medios de la región.

«Hoy día nuestra Constitución Política es totalmente atea», dijo el arzobispo y explicó que esa es una consecuencia de que no reconozca a la religión católica como la oficial del Estado.

La Constitución que está vigente en Bolivia desde el 2009 proclama la libertad de cultos y creencias y declara al Estado independiente de la religión.

Tras la homilía, el secretario general de la Gobernación de Cochabamba, el dirigente oficialista David Herrera, dijo que ésta fue una muestra de que «algunos jerarcas de la Iglesia sangran por la herida».

La semana pasada el presidente Morales, que se ha declarado católico, visitó al Papa Benedicto XVI y acusó a la jerarquía eclesiástica de su país de alinearse con la oposición.

A su retorno, Morales señaló en La Paz que en su entrevista con el Papa se estableció que el Estado no debe «meterse» en los asuntos de la Iglesia, pero que ésta tampoco debe hacerlo en los del Estado.

Las relaciones de Morales y la Iglesia Católica han sido tensas desde la llegada del mandatario al poder en 2006.

En su visita al Vaticano, el mandatario boliviano también pidió al Papa abolir el celibato, el acceso de la mujer al sacerdocio y la «humanización y democratización de la estructura clerical».