Melgarevo

melgarevo Aunque Evo Morales aspire al Premio Nobel de la Paz, es mucho más probable que ingrese al Libro Guinness de los Records por su inagotable capacidad de generar frases y expresiones, memorables por su desatino. Junto a sus consejos médicos y gastronómicos, ocupan un lugar destacado los sarcasmos a los que ha sometido a los periodistas bolivianos, a quienes ha comparado sucesivamente con pollos y vuvuzelas. Cada vez resultan mayores sus similitudes con el general Melgarejo, célebre por sus dichos y hechos tan trágicos como ridículos. Esperemos que no repita también los desastres de la política exterior de aquel dictador del siglo XIX, entregando agua y gas a Chile a cambio de las migajas de un régimen de libre tránsito, o poniéndole El Mutún en bandeja a Venezuela.

Compitiendo con Mesa

A partir de la Cumbre de Tiquipaya, el gobierno comenzó la distribución internacional de un libro que reúne todas las intervenciones y discursos de Evo Morales, brindados tanto en Bolivia como en otros países. Al parecer, el mandatario cocalero no quiere quedarse atrás del ex presidente Carlos Mesa. Con el tiempo, el libro se convertirá en un instrumento imperdible para el registro de todas las “evadas” regadas por el planeta.

Estatutos y Constitución

La nueva etapa en la lucha autonómica que parece abrirse en los próximos meses es la “compatibilización” de los Estatutos y la Constitución. Una de las alternativas que surgen en el horizonte, sustentada tanto por el partido de gobierno como por corrientes conformistas dentro de la oposición, es la de ajustar sin más los Estatutos al texto constitucional, obviando olímpicamente la voluntad popular expresada en los referendos. La otra alternativa pasa por impulsar una corriente de opinión nacional tendiente a hacer cambios tanto en los Estatutos como en la Constitución, buscando una ampliación de las competencias departamentales y municipales. Por supuesto, esto exige cintura estratégica para la apertura de un diálogo con otras regiones del país, alcaldías, pueblos indígenas, organizaciones sociales y actores de todos los colores políticos. Una acción despolarizadora y periférica, que construya alianzas transversales contra el centralismo.



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