De efemérides y huevos


El mensaje conciliador de Evo en Santa Cruz, podría abrir una esperanza pero ya conocemos que sus discursos cambian de acuerdo al lugar donde los pronuncia.

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Opositores al gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, le ofrecen huevos como símbolo de protesta por la “inercia” de su administración. (foto Apg, izq)



A los 185 años de la independencia de Bolivia, se ha constatado que el país está más dividido que antes. Ni siquiera los festejos patrios se salvaron de ser el escenario de una confrontación promovida con fines políticos y con el propósito de mostrar quién es el más fuerte.

El MAS quería demostrar su poder en Santa Cruz y no escatimó recursos ni medios para ello. Desde tempranas horas se trasladó a centenas de habitantes de barrios como el Plan Tres Mil y Primero de Mayo hasta la plaza 24 de Septiembre con el exclusivo fin de ovacionar a Evo Morales y mostrar a una cruceñidad dividida, lo cual evidentemente ocurrió en las narices del Gobernador Costas y del alcalde Percy Fernández.

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A los cruceños evidentemente no les gustó que se hubiera “negociado” a la enseña cruceña por la wiphala. Al final estuvieron las dos presentes, no en el escenario principal sino en los adyacentes y graderías destinados al público; allí los portadores de una u otra bandera reflejaron las dos caras del país. Uno encarnado en el “Estado Plurinacional” y el otro en la “República” a la que si bien el gobierno ya ha marcado su epitafio y cantado responsos, se resiste a morir.

No se trata solo de la presencia de dos banderas a las cuales se puede dar mayor o menor valor. El asunto tiene un enorme significado simbólico. La wiphala encarna ese “Estado Plurinacional” que si bien está consignado en la Constitución no ha llegado a hacer carne en la población; de ese nuevo Estado que se jacta de ser incluyente, respecto a los indígenas, pero que impone una visión hegemónica de una cultura sobre otras y de un partido sobre cualquier otra posición política diferente.

Para el MAS, y principalmente para el abanderado de los radicales, Alvaro García, la tricolor simboliza esa “república colonial” y es seguro que más temprano que tarde se intentará desplazarla como parte de ese prolijo desmontaje de las instituciones democráticas y republicanas que está realizando el gobierno. Ya lo dijeron varios oficialistas, para ellos el seis de Agosto no tiene significado alguno.

La celebración del aniversario patrio en Santa Cruz tiene varios elementos que apuntalan lo que se vino advirtiendo en días previos. El principal objetivo del presidente y del vicepresidente fue mostrar en lo interno quién manda en el país, y hacia afuera exhibir una imagen de que el bastión de la oposición política al régimen de Morales ha sido «conquistado» y para ello están las fotos de los cuatro: Evo, Álvaro, Rubén y Percy. A propósito el alcalde desbordaba de alegría y es de esperar que los abrazos con García Linera flexibilicen en parte las teorías de exterminio contra los cruceños no masistas, que sustenta el Vice.

El discurso de Evo en Santa Cruz, de tono conciliador, de apertura y con una pizca de autocrítica al reconocer los inocultables problemas de su gestión, podría abrir una esperanza pero ya conocemos al presidente, sus discursos y mensajes cambian de acuerdo al lugar donde los pronuncia; si habría estado en el Chapare, Oruro o algún otro de sus bastiones políticos seguramente habría dicho todo lo contrario.

El tema es que ni el gobierno central ni las autoridades de Santa Cruz pudieron culminar con éxito la puesta en escena de estos forzados festejos patrios, ya que el presidente y el Vice no asistieron al desfile cívico ni al Tedeum y el gobernador Costas tampoco lo hizo al acto de promulgación de una ley, con la que Evo quiere relanzar el proyecto del Mutún. Una celebración a medias que lo único que consiguió fue lastimar el sentimiento de Sucre, la capital constitucional, y mostrar escasa solidaridad con el drama que sufre el pueblo potosino que defiende sus legítimos derechos.

En este caso hay que señalar que fue el gobierno central quien impuso su capricho; la  gobernación y la alcaldía de Santa Cruz, tienen cuota parte pero finalmente, tampoco podían rechazar u oponerse frontalmente a la presencia de los  mandatarios nacionales, aunque claro hay voces de parlamentarios cruceños y dirigentes cívicos que aseguran que Costas y Percy se mostraron demasiado condescendientes con el MAS al no defender la bandera cruceña, y de allí que algunas diputadas intentaran regalarles una bolsa con huevos; un gesto cuya connotación dejamos a la interpretación de nuestros lectores.