Uranio para Irán

Ahmadinejad-Evo-Morales-Bolivia1 El descubrimiento de un mega-yacimiento de uranio en Coroma viene a confirmar lo que sospechábamos desde hace tiempo y que fuera desmentido en reiteradas ocasiones por el gobierno: Bolivia es un potencial gran exportador de ese material radioactivo. El lunes, tras la conferencia de prensa conjunta brindada por el presidente Evo Morales y el embajador de Irán, a la ministra de planificación Viviana Caro se le escapó el dato de que esa república islámica cooperará para que Bolivia tenga una Carta Geológica, “no por algún mineral en particular”. Las entrelíneas en el discurso de la ministra dicen claramente: “uranio”. Está claro: Irán hará prospección mineralógica en todo el territorio boliviano, 300 mapas en total para ser más precisos. El gobierno insiste y profundiza en una de las líneas más peligrosas de su política exterior, que lleva al involucramiento en un conflicto internacional ajeno, como ya se intentara también a través del envío de un barco con bandera boliviana a la Franja de Gaza.

Descalabro estratégico

Dice el ex aliado de Evo Morales, Juan del Granado, que el gobierno va de error en error. Y tiene razón. Llama la atención el descalabro estratégico de una administración que en su primera gestión se caracterizó por “no dar puntada sin hilo”, avanzando en una meticulosa agenda de copamiento institucional, poniendo en marcha una efectiva maquinaria propagandística y desestabilizando adversarios mediante la movilización planificada de organizaciones sociales. ¿En qué medida influye la desarticulación del equipo comunicacional oficialista? ¿O habrá que buscar la raíz en una lectura soberbia de los resultados electorales de diciembre? ¿Se ha desarrollado una mentalidad de “casta dominante” que provocó una desconexión con las bases sociales?

Destituir o someter

La postura del diputado del MAS Lucio Marca, quien convocó a dejar sin efecto la comparecencia de Rubén Costas ante una comisión de la Cámara Baja, es un ejemplo de la diferentes posiciones al interior del oficialismo en torno a qué hacer con el gobernador cruceño. Una de ellas, liderada por el vicepresidente García Linera, procura la inhabilitación de la autoridad departamental, mientras que la segunda, encabezada por Evo Morales, prefiere continuar con la política del “palo y la zanahoria”, mezclando amenazas y gestos conciliatorios para terminar de alinearlo o someterlo a la línea gubernamental.



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