“…¡Me la paso por las pelotas!…”

imageEstilo, descontextualización y recontextualización del lenguaje periodístico

Juan Marcelo Columba Fernández* – juanmarcelocolumbafernandez.wordpress.com

“… hasta que no salga oficialmente esa ley, me la paso por las pelotas… ” – Carlos Valverde



Las palabras corresponden al “franco hablar” del periodista cruceño Carlos Valverde durante la emisión de su programa televisivo denominado “Sin letra chica” el 13 de septiembre de 2010. La labia del mencionado periodista y la calidad del periodismo de investigación de su programa, ha despertado la simpatía en amplios sectores de la sociedad boliviana pero, al mismo tiempo, ha generado el rechazo de una audiencia de castos oídos cuya sensibilidad ha sido herida por el original “estilo Valverde” donde la comunicación no recurre a la lengua especializada e inaccesible de otros programas de opinión. Valverde habla a su audiencia con palabras cotidianas, es cierto, condimentadas por una enfática adjetivación, inusual en las emisiones televisivas bolivianas. Esta característica le ha permitido una insospechada y efectiva expresividad en la difusión sus críticas al gobierno de turno, últimamente orientadas al cuestionamiento de su carácter totalitario y las falencias de la recientemente promulgada ley anti-racismo.

Recientemente, se ha difundido de manera profusa un spot propagandístico gubernamental que lleva la rúbrica de Dinacom (Dirección Nacional de Comunicación), defendiendo la ley contra el racismo y señalando que ésta no viola la libertad de expresión. El mismo spot indica textualmente que la ley “sanciona” casos como el de Valverde y ejemplifica esto presentando el rostro y el nombre del periodista acompañado del audio de la frase “OFICIALMENTE ESA LEY ME LA PASO POR LAS PELOTAS”, escrita en mayúsculas, sin comas ni puntos suspensivos. Detalles que no son banales si consideramos que marcas del lenguaje como los puntos suspensivos, en una citación textual, indican que existe un “contexto adicional” a las palabras extraídas de una declaración. En el mismo spot, la frase de Valverde es introducida entre otras que contienen alusiones claramente raciales como “collas malditos”,  “raza maldita” y “collas malparidos” correspondientes al radialista cruceño Arturo Mendivil y al comunicador riberalteño actualmente encarcelado, Jorge Melgar. La frase de Valverde se inserta como una tercera entre estos “ejemplos” de frases racistas de comunicadores en el spot de Dinacom.

A inicios de esta semana, Valverde ha denunciado públicamente en su programa televisivo, la descontextualización de sus palabras y la tergiversación de su opinión sobre la ley anti-racismo. El periodista cruceño indica haber criticado, antes de su promulgación, la pésima redacción de la ley en cuestión y las amenazas a la libertad de expresión que esto implica, pero esto lo hizo con el enunciado “… hasta que no salga oficialmente esa ley, me la paso por las pelotas…” y no con aquel presentado, después de la aprobación de la ley, en el bombardeo propagandístico gubernamental. Valverde evidencia así, la manipulación informativa de la Dinacom, mediante la omisión de la referencia temporal de la frase “… hasta que no salga…” en el spot pro-gubernamental.

Este “recorte” arbitrario, devela no sólo la intensión manifiesta de la Dinacom de manipular la opinión del periodista mediante la descontextualización temporal, sino también brinda pistas sobre la forma por la cual los entes gubernamentales realizan la “interpretación del racismo”. Una lectura pausada y lejos del “petardismo” utilizado en el spot permite preguntarse ¿La frase de Valverde es verdaderamente racista? ¿En qué sentido? ¿Por qué esta frase se incluye como un caso que puede “sancionar” la ley anti-racista? ¿Hacer referencia a “las pelotas de alguien” es racismo? ¿Es una frase racista por expresar descuerdo con la ley? ¿Por qué se incluye esta frase descontextualizada en una serie de enunciados explícitamente racistas? Lo que queda cada vez más claro, es que la visión plurinacional interpreta un hecho del lenguaje como racista, cuando la opinión expresada o, en su defecto, el “enunciador” es contrario y crítico a la ideología dominante. Si la ley “sanciona” casos como este, puede confirmarse el criterio de “interpretación política del racismo” de los gobernantes plurinacionales: los que están en contra nuestra son racistas.

Otro aspecto importante a destacar, desde una perspectiva enunciativa del lenguaje, es la “recontextualización” de las expresiones racistas vertidas por Mendivil y Melgar en la propaganda gubernamental. Las divagaciones subjetivísimas de estos personajes, explícitamente racistas e indefendibles, al momento de ser extraídas o “recortadas” del contexto de las declaraciones de estos dos individuos, dejan de pertenecer a sus enunciadores originales y son asumidas, enunciadas y recontextualizadas por los autores del spot quienes reutilizan estas expresiones. Las frases periféricas de Mendivil y Melgar, quienes se hicieron famosos gracias a la propaganda gubernamental, tienen la función de construir un contexto racista e incorporar al mismo a un enunciador ajeno como Valverde, quien no expresa propuestas racistas en la frase citada. Las palabras de Valverde, exentas de alusiones raciales, se “recontextualizan” entre enunciados racistas para desprestigiar al periodista.

Este trabajo de recontextualización, a la manera de la construcción de un “periódico mural” en la escuela primaria, tiene un autor y un responsable específico. El spot gubernamental, que extrae frases descontextualizadas y las integra en una propaganda pro-gubernamental, es producido por la Dinacom. Esta entidad es la autora de un spot que “difunde ideas racistas” y viola el propio artículo 16 de la citada ley que intenta defender. Un contra-sentido donde, la propia maquinaria propagandística gubernamental utiliza y asume impunemente frases racistas en mensajes supuestamente anti-racistas; “curiosamente” las personas involucradas con el racismo son todas nacidas en el oriente boliviano.

En este contexto de lucha política y frente los múltiples intentos de silenciamiento las voces disidentes, es necesario demostrar la manipulación propagandística del gobierno. El desenmascaramiento y desestructuración de los mecanismos del lenguaje totalitario, deben encontrar el apoyo militante de todas las personas comprometidas con la lucha por la reconquista democrática, por la restitución de los principios de igualdad republicanos y por la vigencia de la libertad de expresión en Bolivia.

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*Lingüista. Profesor Universitario