Paz Zamora y Fujimori, olvidados

Paulovich

paulovich-scketch Mi comadre Macacha no conocía el mar y un día, con lágrimas en los ojos, a orillas del Rocha River, me pidió que se lo describiera después de haberme escuchado decir que “yo era un viejo lobo de mar”. Recuerdo que en aquella oportunidad y luego de encender mi pipa, le conté haber navegado por los siete mares, pero que me era imposible describir con palabras cómo es el mar, aparte de decirle vulgarmente que es una enorme extensión de agua salada.

Ella disculpó mi falta de expresividad y me dijo: “Me parece que no eres un viejo lobo de mar, sino un viejo lobo de bar, pero yo imagino que el mar es mucho más grande que la laguna Cuéllar que conocí en mi niñez y quisiera conocerlo algún día”. La suerte fue que nos enteramos a tiempo del viaje del presidente Evo a la población peruana de Ilo para entrevistarse con el presidente de Perú, Alan García, y nos dirigimos allí utilizando mi motocicleta Harley Davidson conducida por la cholita cochabambina en un raid que llamamos Polleras al viento.



Llegamos antes que las comitivas presidenciales con nuestras banderas bolivianas y las agitamos frente al mar para que recibieran brisas marítimas en la playa llamada Boliviamar, lo que conmovió a mi comadre cochabambina, que es más mediterránea que yo porque tiene su casa en pleno centro de Cochabamba. Tímidamente me preguntó si podría bañarse en las aguas del océano Pacífico y yo le respondí afirmativamente, confesándome que no había llevado malla, que es como llamamos los bolivianos al bañador.

Para alentarla en su primera incursión en la playa, la tomé del brazo y la conduje hasta las aguas vestida de cholita cochabambina, con sus polleras recogidas y el sombrero blanco que la protegía del sol. Se internó en las aguas y se mojó sólo hasta las rodillas, regresando a la playa feliz de haberse dado un pediluvio en el mar.

Ése fue el momento en el que recordé las imágenes fotográficas en la prensa cuando el presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, y el presidente de Perú, Alberto Fujimori, sumergieron sus calcañares en las aguas que Perú había cedido a Bolivia durante 99 años.

Eso fue allá por los años 90 y así se lo conté a mi comadre casi 20 años después. Las crónicas periodísticas no mencionan a estos personajes olvidados, pero yo lo mencioné en la oreja de mi comadre porque ella jamás olvida lo que le digo, como tampoco olvida el dinero que me prestó en febrero y que no le puedo devolver hasta ahora.

No fuimos testigos de las ceremonias oficiales que se realizaron y ni falta hizo, porque dentro de 20 años recordaremos que fueron los presidentes Evo Morales y Alan García los que desempolvaron ese viejo proyecto, seguramente lo perfeccionaron y, lo más importante, lo realizarán y le darán la verdadera proyección que tiene.

Macacha ya conoce el mar y yo he visto las rodillas de mi comadre.

El Deber – Santa Cruz