El Pando de J.R.

Todos los que llegan a Pando no pueden evitar esa sensación de que algo muy raro está pasando en ese departamento. Cuando el ex ministro de la Presidencia, Juan Ramón(J.R.) Quintana prácticamente se apropió de ese departamento anunció que lo que se haría es “sentar la presencia del Estado”.

imagePero como suele ocurrir en forma cada vez más frecuente en el actual gobierno una cosa es el discurso y otra muy diferente, la realidad. Sucede que Pando se ha convertido en una tierra de nadie donde la presencia de la autoridad, si es que esta se da, es simplemente decorativa. Que un camión del Ejército sea sorprendido transportando madera de forma ilegal no es un detalle menor.

De igual forma, Puerto Evo, llamado así en homenaje al presidente del Estado Plurinacional se ha convertido en un emporio del contrabando. Existe infinidad de productos chilenos como cigarrillos, licores y otros artículos que llevan la leyenda: para comercialización exclusiva en Cobija.



Muchos opinan que el verdadero poder en Pando es Juan Ramón Quintana quien ha establecido toda una estructura a su servicio que se estaría dedicando a actividades muy lucrativas a vista y paciencia de las autoridades militares y policiales, que lo que menos quieren es enemistarse con el poderoso cacique de las fronteras.

Cancún: Presidente “al hielo”

Los elogios que le lanzan sus adulones son música para sus oídos pero Evo Morales a cada paso se tropieza con una realidad que dista mucho de parecerse a aquella que se ha formado en su estructura mental.

imageFoto: Evo Morales y su portavoz, Iván Canelas, en Cancún

Le dijeron que es un líder de talla mundial destinado a salvar al mundo de una inminente catástrofe debido al calentamiento global como una consecuencia de repudiables prácticas capitalistas y se creyó el cuento. Sin embargo otros mandatarios no llegan a semejantes niveles de credibilidad.

La Cumbre de Cancún resultó un tremendo chasco para Evo quien ya se veía siendo proclamado como el redentor del mundo pero la cosa no fue así y fue abandonado hasta por los amigos en quienes más confiaba. Es así que tuvo que despertar muy bruscamente a la realidad y percatarse de que su pretendido liderato no es más que un mito creado para su propio consumo, una creación ficticia que acabará intoxicándolo.

Esa doble moral con la que actúa respecto de la problemática del calentamiento global ya fue cuestionada en la reunión de Tiquipaya pero parece que la dosis no fue suficiente y tuvo que confrontar el “hielo” al que lo pusieron todos los países, y por más que su inoperante embajador Solón se rasgue las vestiduras y amenace con demandar ante La Haya el Acuerdo de Cancún, lo cierto es que muy pocos presidentes tuvieron que soportar un aislamiento de esta magnitud.