Tras expulsión de narcos, empresarios se animan a invertir en las favelas de Río

favelas Bancos, firmas de servicios y telecomunicaciones intentan captar un mercado de más de 100 mil personas en la barriada Alemao. En los próximos años, un millón de brasileños ingresará a la economía formal.

El inicio de la presencia de firmas privadas en los barrios pobres de Río estuvo marcado por el árbol de Navidad que una entidad financiera entregó al gobierno de Lula da Silva para que lo coloque en la favela recuperada a fines de noviembre.

El incentivo para las compañías es contundente. Y un ejecutivo en telecomunicaciones lo explicó sencillamente: de la noche a la mañana había aparecido en el centro de Río de Janeiro una pequeña ciudad de clientes.



Si bien los símbolos de la vida moderna como tarjetas de crédito, celulares e incluso televisores de alta gama se han vuelto comunes en esos sectores de la ciudad, el acceso de los residentes a los servicios y al empleo se vio perjudicado por la falta de seguridad y el hostigamiento de las bandas armadas que, durante años, controlaron la zona.

El reciente renacimiento económico de la antigua capital de Brasil -los precios de las propiedades se están disparando y la ciudad se prepara para un auge petrolero – recibirá otro empuje cuando aumente el número de cariocas que paguen cuentas e impuestos.

Andre Urani, economista del Instituto de Estudios sobre Trabajo y Sociedad en Río, aseguró que "los beneficios de la integración de las favelas son exponenciales". Puso como ejemplo los costos energéticos. La empresa Light pierde 200 millones de dólares al año por el robo de su energía, lo que provoca que el suministro sea más caro que en el resto del país. La normalización de las favelas le permitiría reducir sus tarifas y hacer que Río sea más atractiva para que las firmas inviertan.

El árbol de Navidad de Alemao fue financiado por el Banco Santander, una de las varios entidades que están planeando desarrollarse en la la barriada. Bradesco y la estatal Caixa Economica también operarán por primera vez allí.

A ellos se suma la firma de telecomunicaciones Oi que invertirá 8,8 millones de dólares para extender sus servicios de telefonía, banda ancha y televisión.

Días atrás, el presidente inauguró el sistema de trolebús y aseguró que "la gente estaba entendiendo que el Estado no es algo distante". "Cuando pacifiquemos el complejo y todas las favelas de Río de Janeiro y Sao Paulo, Brasil será un país diferente", afirmó.

Sin embargo, persistente entre los habitantes el temor de que el gobierno y la Policía abandonen el lugar y los dejen en condiciones de vulnerabilidad ante las represalias de las narcobandas.

Ante ese resquemor, las autoridades remarcan que el Estado ha llegado para quedarse. Eso también es requerido por las empresas para ingresar a los barrios. Urani indicó que es vital que el gobierno dé seguimiento a las medidas de seguridad con una segunda ola de inversiones.

Infobae – Buenos Aires