Evo Morales y el reinado del terrorismo jurídico (9). Joaquino, alcalde suspendido de Potosí, sostiene que el problema es el hostigamiento al aparato productivo del Oriente boliviano por cuestiones ideológicas.
El Gobierno adquiere alimentos y los entrega bajo subsidio a la población. El precio de productos básicos registró aumentos, elevando la inflación en el país.
ABC, Asunción, Paraguay
Roque González Vera, enviado especial
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
POTOSI, Bolivia. René Joaquino, alcalde suspendido de Potosí, sostiene que Bolivia está viviendo en una burbuja, gracias a los elevados precios de los minerales. El problema, según explicó, es el hostigamiento al aparato productivo del Oriente boliviano por cuestiones ideológicas. Lamentó el dogmatismo que se traduce en falta de previsión en materia económica.
En el año 1545 comenzó la explotación del Cerro Rico. En tiempos de la colonia, la ciudad de Potosí fue una importante metrópoli.
La altura y el clima hostil no fueron suficientes para detener la avaricia de los conquistadores españoles; detrás de ellos, sacerdotes católicos con la cruz en la mano.
Potosí llegó a ostentar el título de Villa Imperial. En el año 1625 su población era de 160.000 habitantes, por encima de París o Londres e incluso Sevilla, en España.
Potosí, junto con México, alcanzó el privilegio de imprimir monedas de plata para el imperio. La Casa de la Moneda, convertida actualmente en museo, es uno de los grandes atractivos de la ciudad.
Potosí llegó a ser asiento de 32 órdenes religiosas. La bonanza y el infortunio de la ciudad se dieron bajo la sombra del Cerro Rico, el mayor yacimiento de plata del mundo.
Década en crisis
La década de 1990 fue dura en extremo para Potosí, por el bajo precio de los minerales: el estaño se cotizaba en 0.5 centavos de dólar, mientras que la plata tenía un costo de 0.94 centavos de dólar la onza.
En este momento el estaño se vende a 13 dólares la libra, mientras que la plata se comercializa por 30 dólares la onza.
A estos se suman otros minerales, como el cobre y el litio, también de buena cotización en el mercado internacional.
René Joaquino, alcalde suspendido en funciones, por imputación del Ministerio Público, recuerda que Potosí debió luchar sola en la prolongada década de crisis.
“Llegamos a tener filas de tres o cuatro mil personas por día pidiendo algo para hacer en la alcaldía, lo que sea para comer en la jornada”, dijo.
Potosí no existía en el escenario económico boliviano. “Teníamos que sobrevivir con aquello que teníamos a mano, porque nuestra producción tenía un precio tan bajo que ni siquiera lograban recuperarse los costos”, agregó.
Viviendo en una burbuja
Esta situación cambió radicalmente con la buena cotización del estaño y la plata, así como el cobre y el litio.
Empresas privadas y del Estado compiten por obtener licitaciones. Con respecto al Cerro Rico, se prohibió explotaciones a niveles superiores a los 4.500 metros de altura, pero resulta difícil contener a los mineros.
“Bolivia está viviendo una burbuja de bonanza, el gobierno de Evo Morales se ufana de los ingresos que generan los minerales, pero esto es simplemente una coyuntura. En cualquier momento puede cambiar”, explico René Joaquino.
Joaquino, imputado por el Ministerio Público por haber ahorrado dinero de la alcaldía en la compra de maquinaria vial, señala que la economía del país no puede estar pendiente del precio de los minerales.
Al respecto dijo: “Por cuestiones ideológicas, el gobierno de Evo Morales persigue a los departamentos del Oriente boliviano y busca desarticular unidades de producción que considera oligarcas”.
“Por destruir a los oligarcas terminaron dañando al país. Las consecuencias se pueden ver en la calle, con la falta de alimentos básicos como el azúcar, el arroz y la harina”.
Largas colas
El arroz, la harina y el azúcar tuvieron un importante incremento en los últimos 15 días. En procura de demostrar sensibilidad social, el Gobierno adquirió grandes partidas de estos productos que comenzó a vender a un precio menor que los comercios.
Al final, el Gobierno impuso un monopolio: concentró en sus manos el comercio de la producción disponible, vendiendo a menor precio.
El resultado son largas colas en procura de ahorrar unos pesos, pero al poco rato la gente cuestionó el sacrificio de formar filas y reclamo la posibilidad de comprar en cualquier comercio.
No hay que olvidar que hacer filas en Bolivia implica soportar temperaturas heladas y la gente duerme en su puesto, en procura de no perder su turno.
La producción de alimentos disminuyó en Bolivia porque el mismo gobierno de Evo Morales se encargó de acosar a los productores, destruyendo la capacidad del país para fabricar sus propios alimentos.
René Joaquino resaltó la estupidez que reina en el gobierno de Evo Morales: “Hablan del estatismo como el modelo adecuado, olvidando que a lo largo de nuestra historia se demostró el fracaso del sistema”.
Agregó que “el mito de refundar Bolivia surgió de una fuerte influencia de intelectuales de la izquierda europea, sobre todo francesa”.
Finalizó diciendo que “el resultado tenemos a la vista: Evo Morales es tan popular que hasta los muertos lo votan, según demostró el último padrón electoral”.
Próxima nota: Escuela Militar, con dinero iraní