FAO dice que medidas del Gobierno de Evo causan escasez, éste lo desmiente

La FAO advirtió hace seis meses que se venía una nueva alza de precios. Desaconseja prohibir ventas al exterior porque se reducen los incentivos para producir alimentos.

image Pelea. Efectivos policiales intentan controlar la venta de azúcar a las amas de casa por parte de Emapa en la ex Estación Central, donde hubo largas filas.

La Razón



FAO: Tres medidas del Gobierno provocaron escasez de alimentos

La Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) dijo que tres medidas implementadas por el Gobierno hace tres años para controlar la inflación contribuyeron a generar en la actualidad escasez y alza en el precio de los alimentos.

Así lo afirmó ayer el representante asistente de la FAO en Bolivia, Gonzalo Flores, quien señaló que las restricciones a las exportaciones, el control de precios y la intromisión del Estado en la producción de aceite “generaron un efecto boomerang” que ha desincentivado la producción de alimentos en el país.

Entre el 2008 y el 2009 se enfrentó una alza de precios en el país por la inflación importada, escasez por desastres naturales y “ciertas medidas de política que se pensó que en ese momento eran buenas: prohibición de exportaciones, control de precios y entrar a la producción de aceite”, puntualizó Flores.

“En ese momento esas medidas surtieron efecto porque permitieron abastecer el mercado interno. Pero siguieron rigiendo y han generado un efecto boomerang muy delicado”, precisó y dijo que esta situación se agravó por “la inseguridad alimentaria crónica” del país.

Indicó que Bolivia es un país que se las arregla para vivir, “aunque una gran parte de su población no tiene acceso a los alimentos suficientes para mantener una vida saludable”. Flores dijo que entre el  22% y 25% de niños menores de cinco años en el país tienen retraso en la talla por desnutrición.

También recordó que la institución advirtió hace seis meses a los jefes de Estado del mundo de que era inminente una nueva alza de precios de alimentos como ocurrió entre 2008 y 2009. “Este peligro fue avisado”, aseveró Flores, quien fue entrevistado por la Red Uno. El 26 de enero, Richard China, director de la División de Apoyo a la Elaboración de Políticas y Programas de la FAO, señaló:

“Las restricciones a las exportaciones, por ejemplo, aplicadas por algunos países productores con excedentes alimentarios, agravaron la situación de los mercados mundiales de alimentos durante la crisis del 2007/2008. La FAO desaconseja firmemente este tipo de medidas, ya que a menudo provocan una mayor incertidumbre y disrupción de los mercados mundiales y empujan a alzas mayores de los precios a nivel global, al tiempo que hacen disminuir los precios a nivel doméstico, reduciendo así los incentivos para producir más alimentos”, subrayó.

Flores añadió que hace un par de años las restricciones surtieron efecto porque permitieron garantizar el abastecimiento interno, pero siguieron rigiendo y generaron un efecto “boomerang” delicado. “Los productores de maíz, de arroz y otros granos fueron desincentivados porque plantaban con una expectativa de rentabilidad, sabían que podían exportar una parte de lo que producían, pero al no poder exportar hacen un uso alternativo de su dinero y lo colocan en otros rubros, principalmente construcción de bienes inmuebles”, remarcó.

De acuerdo con el experto, esta situación explica, por ejemplo, la caída en la superficie plantada de maíz que, posteriormente, obliga a su importación.

El presidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo), Demetrio Pérez, dijo en declaraciones a la Red Erbol que “los empresarios limitaron sus inversiones debido a la inseguridad jurídica propiciada desde las políticas del Gobierno”.

Las autoridades “aprobaron las leyes de acuerdo a su iniciativa, como ellos quisieron, sin adecuarse a la realidad del sector”, cuestionó. Recordó, por ejemplo, que la exigencia de la Función Económica Social (FES) para las tierras productivas, establecida en la Ley de Recondución Comunitaria de la Reforma Agraria, implica una limitación para las inversiones.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), desde 2007 el Gobierno aprobó más de 13 decretos supremos para restringir las ventas al exterior de la carne de pollo, aceite de soya y girasol, maíz, trigo y otros.

El representante asistente de la FAO también mencionó como causas del déficit en la producción de alimentos y alza de precios la contracción de la inversión pública y privada en agricultura en el mundo en un 26% y a las políticas proteccionistas de Estados Unidos y Japón, entre otras.

‘Alza puede derribar gobiernos’

En el reciente Foro Económico Mundial de Davos (Suiza),  Nouriel Roubini, profesor de Economía de la Universidad de Nueva York,  sentenció: “Esto es algo que realmente puede derribar sistemas de gobierno, como lo hemos visto en el Medio Oriente”, al referirse al alza de precios, dice una nota de prensa del IBCE.

Piden revertir tierras no cultivadas

El director del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria (PASA), Remy Gonzales, pidió que el Gobierno revierta las tierras que no cumplen una función social para enfrentar la escasez de alimentos. En Bolivia existen aproximadamente 700.000 unidades productivas, 697.000 corresponden a pequeños productores y 3.000 a productores agroindustriales que tienen el 55% de la superficie cultivable de Bolivia, indicó.

“Esos 3.000 productores son los que han ido comprometiendo la seguridad alimentaria del país”. La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) “ha reconocido que ha dejado de producir el 28% de la superficie productiva (…). Ahora hay razones, el Ejecutivo debería tomar y hacer uso de esas tierras”, dijo.

Agregó que la agroindustria fue favorecida “durante décadas” con la subvención a los combustibles, el acceso a créditos y la condonación de deudas. “Ellos lo primero que hacen es mirar sus bolsillos y exportar, sin preocuparse por el abastecimiento del mercado interno”, sostuvo.

Es falso decir que crisis alimentaria se debe a restricciones de exportaciones

imageTeresa Morales

Entrevista. La titular de Desarrollo Productivo, Teresa Morales, recibió ayer en su despacho a La Razón.

La Ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural dice que no se ha llegado a prohibir las exportaciones, sino en casos extremos. Al contrario, indica que en Bolivia se ha aplicado una política de “dosificación” de exportaciones. Pide a los empresarios que sean más patriotas y que primero abastezcan con su producción al mercado interno. A cambio, el Gobierno promete apoyarles con créditos y con programa de apoyo técnico y de mejoramiento de suelos.

— La FAO señala que las políticas implementadas por el Gobierno, como las restricciones a las exportaciones, han provocado escasez de alimentos. ¿Esto es evidente?

— (…) Es totalmente falso atribuirle la crisis alimentaria a una política de defensa que muchos Estados han puesto en marcha, que es la restricción de las exportaciones, es una cosa totalmente impertinente (…). Es demasiado sesgado culpar a una causa que tiene que ver con políticas económicas (y que) en el caso boliviano se demuestra palpablemente: la dosificación de exportaciones. Porque no se ha llegado a prohibir las exportaciones, sino en casos extremos. Tampoco ha ocasionado un desincentivo para la producción, porque está presente el mercado mundial, que para el grano tiene un precio internacional interesante (…).

— ¿Continuará esta política, que usted llama de ‘dosificación’ de las exportaciones, o se la va a liberar un poco más?

— Esto no se lo puede ver sólo como política de comercio exterior, se lo tiene que ver en el marco de la nueva Constitución. La nueva Constitución señala que la alimentación es un derecho humano fundamental, a diferencia de la anterior Constitución y, por lo tanto, es un imperativo constitucional el precautelar el derecho a la alimentación de la población (…). Tenemos que precautelar que lo que se siembra en Bolivia primero sirva para alimentar a los bolivianos y si sobra poderlo exportar. No es que se va a prohibir la exportación en el sentido más absoluto de la palabra, sino que se va a intentar asegurar de que lo que se produce en Bolivia, en plena crisis mundial, lo consumamos primero los bolivianos y no haya hambruna en Bolivia (…).

— Los empresarios  se quejan de que los precios en Bolivia no son reales. ¿No sería mejor sincerar los precios de los alimentos básicos o dejarlo a las fuerzas del mercado para que ya no haya contrabando?

— Es una posibilidad y la otra es poner los precios donde deben estar. Una cosa es ponerse al precio de un mercado mundial especulativo y otra cosa es poner el precio a un porcentaje sobre el costo (…). Entonces definitivamente una cosa es sincerar los precios en el sentido del precio del especulador internacional y otra cosa es sincerar el precio que debe suceder en Bolivia, en un Estado de Derecho, donde el derecho humano a la alimentación es vital. Entonces tiene derecho pues el empresario de ganar, pues para eso está, no es una empresa sin fines de lucro, se la respeta y se la protege, tiene  derecho a una utilidad, pero a una utilidad razonable (…).

— ¿Qué está haciendo su ministerio para fomentar la producción tanto en el occidente como en el oriente del país?

— Aparte de lo que ya hace Emapa, en el caso particular del azúcar los ingenios han presentado un plan que creo que suma $us 100 millones para cinco años, o sea $us 20 millones por año. Ese plan lo estamos analizando para hacer un programa especial para mejoramiento técnico, de suelos y de la calidad de la caña de azúcar (…). En Bolivia nunca nos ha faltado azúcar y a buen precio. Los ingenios, o sea empresas privadas modernas, siempre han sido capaces de darle alimento a los bolivianos en términos de azúcar y de exportar el resto, que es lo que se tiene que hacer y siempre se debería haber hecho. Por tanto, el Estado no consideraba adecuado meterse a regular ningún precio ni a subvencionar nada, porque eso funcionaba perfectamente. El problema ha sido que la voracidad del empresariado boliviano ha hecho que vayan exportando atraídos por el precio internacional (…). Tenemos que ser bolivianos patriotas y abastecer primero nuestro mercado, y lo que sobre (de la producción) les vamos a ayudar (a los empresarios) con millones y millones (…).

— Ministra, ¿en Bolivia se vive una crisis alimentaria?

— Por supuesto que sí, lo vemos todos los días. Yo he recibido una gestión de ministerio que tenía dificultades de abastecimiento de azúcar, leche, etc. (…). El mundo está en una crisis mundial de alimentos. Pero tenemos una estrategia muy clara para librarnos de este azote que le está dando a todos los países.

Miguel Lazcano – La Paz, La Razón