Como una suerte del destino, en la sala Armonía del velatorio Las Misiones, rodeado de flores blancas y un retrato pintado por uno de sus ocho hijos, yace el cuerpo de don Godofredo Núñez Chávez… Murió ayer en la clínica Cristo Rey, después de una serie de dolencias propia de sus 93 años (nació en Montero, el 29 de julio de 1917).
Pese a ser uno de los artistas más prolíficos de la historia musical boliviana, con más de 500 canciones escritas, sus familiares lamentan que don Godofredo no haya tenido “todos los reconocimientos que merecía, porque él merecía más… Dio su vida por la música, por la cultura. Nos duele mucho su pérdida”, afirma su hijo Eberth Núñez. Él y su tío Pastor Núñez rememoran los últimos días del ‘maestro’, días que pasó entre su casa en el barrio Hamacas, el hospital y el geriátrico.
El autor de El camba, El Penoco, Cachafaz, En la fiesta de Porongo y Jumechi comenzó a padecer de problemas cardiovasculares, cerebrales y óseos. Un par de fracturas en la pierna, en diferentes ocasiones, lo llevó a someterse a operaciones y a guardar reposo. La familia buscó apoyo en un geriátrico. “Allí estaba muy bien, pero nuevamente sufrió otro accidente. De ahí en adelante fue decayendo”, dice Eberth.
Pasó varios meses internado en una clínica privada hasta que, don Godofredo, uno de los maestros de la composición de la llamada ‘época de oro’ del folclore oriental, dejó de respirar. “Y durante el tiempo que estuvo en la clínica, ninguna autoridad lo visitó, lo olvidaron”, insiste Eberth y su tío agrega: “Después de la muerte de su esposa, hace más de diez años, él quiso vivir solo. Pero hasta los 92 años, Godofredo estaba bien”.
Sus seres queridos aseguran que este músico, que vivió de su jubilación como maestro, fue un hombre feliz, que siempre disfrutó de lo que más le gustaba: la música, la guitarra, los amigos, las fiestas…“Pero como todo, se fue terminando de a poco. Con el tiempo dejó de componer y de dar clases”, acota Pastor, que es uno de sus nueve hermanos.
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Su hija Lenny Núñez pinta un detalle más de la personalidad de su padre: “Le gustaba la soledad”. Pero eso no quitó que sus hijos (algunos vivían en Estados Unidos) disfrutaran de la compañía de este bohemio, que heredó de su padre (Isaac Núñez Soliz) el gusto por la música.
El municipio cruceño es consciente, sin duda, del valor de este artista que dio mucho a su terruño; por ello, hoy, después de la misa de cuerpo presente, que se realizará a las 9:00 en Las Misiones, será trasladado a la Casa de la Cultura. Después de un justo homenaje, familiares, artistas, autoridades y amigos lo acompañarán hasta su última morada.
Se fue marchitando en la tristeza
Según los amigos de Godofredo Núñez, el alma del gran maestro, hinchada de música, se fue marchitando hasta desaparecer triste y solitaria.
Su amigo Aldo Peña cree que Núñez deja muchas creaciones sin difundir y que murió en el olvido al igual que la mayoría de los músicos nacionales. “Los reconocimientos se deberían hacer en vida, cuando se pueden disfrutar”, expresó el músico Wálter Añez. Por su parte, Arturo Molina cree que la situación de músicos que han quedado en malas situaciones económicas se debe a la inexistencia de un sistema que proteja sus obras y que cobre por su derecho de autor.
Al respecto, la cantante tarijeña Enriqueta Ulloa, directora de Sobodaycom, expresó que don Godofredo Núñez había dejado de cobrar sus cheques en los últimos meses, pero que la institución siempre estuvo pendiente de su salud.
Repercusiones
Zulma Yugar
Ministra de Culturas
Con Godofredo nos unió una amistad muy entrañable. Como ministra y como amiga quiero expresar el dolor que me causa esta pérdida que es parte de la historia boliviana. Se nos está yendo la camada más importante de músicos y esto nos llama a volcar los ojos hacia lo nuestro para dignificarlos y honrarlos en vida. Él deja una valiosa herencia.
Aldo Peña
Cantautor de música popular
Los carnavales de Godofredo Núñez son exponentes de la alegría del cruceño y éste autor entregó su vida a la música oriental. Como todos los músicos nacionales, se fue con el alma repleta de música, con música que no había sido difundida y eso lo fue marchitando. Tuve el placer de trabajar con él y puedo decir que era el alma del carnaval.
Enriqueta Ulloa
Directora de Sobodaycom
Siento en lo más profundo esta gran pérdida que sufre el país con el fallecimiento de alguien que contribuyó tanto a la música y que también ayudó a formar a muchas personas. Sobodaycom lo reconoció como Gran Maestro, que es la máxima distinción. Tuve la suerte de popularizar muchos de sus temas como La fiesta de Porongo.
Armando Terceros
Líder del trío Los Cambitas
Fue uno de los cinco compositores más importantes que hubo, al igual que Percy Ávila, Nicolás Menacho, Susano Azogue y José René Moreno. Mi grupo grabó más de 70 de sus composiciones, sobre todo carnavales, chobenas y taquiraris. No hay nadie que no conozca La fiesta de Porongo o Choco guatoco.
El Deber – Santa Cruz