Problema. La sobrexplotación minera está ocasionando serios deterioros en la estructura del cerro. La Unesco tomó cartas en el asunto y un equipo técnico evalúa las posibles soluciones.
Descontrol. Los hundimientos que presenta la estructura del cerro hacen temer la paralización de las actividades mineras en el lugar. La gráfica es elocuente
El Deber, Carmela Delgado. Potosí
Hundimientos, deslizamientos e inestabilidad reflejan la incesante explotación minera subterránea y superficial que por más de 500 años se efectuó en el Cerro Rico de Potosí, un Patrimonio Cultural de la Humanidad y patrimonio nacional, que en este momento enfrenta serios deterioros que se intentan corregir.
En sus laderas y socavones se han contabilizado más de 200 hundimientos hasta la fecha, la mayor parte registrados en los últimos diez años.
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La visita de seis expertos de la Unesco durante una semana a Potosí ha movido a las autoridades locales y nacionales a poner nuevamente entre las prioridades algunas acciones que se deben tomar para preservar el histórico cerro. La gente espera que esta vez se hagan proyectos serios que permitan no sólo conservar esta riqueza natural, sino también garantizar la fuente de trabajo de al menos un 70% de los potosinos que vive de la actividad minera.
Se aguarda resultados de un estudio que se está haciendo y el informe final de la Unesco, pero por ahora se ha identificado que existen dos motivos que provocan la inestabilidad; el principal es la extracción descontrolada de minerales y el otro son factores naturales. Las recomendaciones preliminares de los expertos es reforzar las zonas más débiles y brindar mayor apoyo técnico a las cooperativas que operan en el cerro.
En este momento la empresa Gecoh está realizando un estudio geofísico que permitirá tener una radiografía del cerro de arriba hacia abajo. Según el ingeniero geofísico Renee Rodríguez, el trabajo está orientado a ubicar zonas de riesgo. Están trabajando en seis zonas. El hundimiento más grande que han observado es de 1.000 metros por 50. Hay otros que han sido tapados. “Permitirá ver hacia dónde va el hundimiento”, enfatizó. Este trabajo comenzó el 2 de abril y tiene previsto concluir el 2 de julio. El avance de este estudio también fue proporcionado a los expertos de la Unesco.
Este cerro constituye uno de los depósitos más ricos del mundo, pero los estudios, como el que realizó el año pasado el Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas (Sergeotecmin), arrojan datos alarmantes, porque señalan que en los últimos años se puede notar un deterioro en el cerro, producto de la explotación minera que ha ido modificando la estructura morfológica. La explotación del cerro comenzó con la llegada de los colonizadores pertenecientes la corona española en 1545.
Este estudio de Sergeotecmin determinó cinco zonas de riesgo, donde establece que la degradación del cerro con la erosión, meteorización física, combinados con la topografía y la actividad del hombre, está dando lugar a la deformación del cerro. Para determinar estas situaciones se realiza un estudio geotécnico de la superficie y el interior de la mina, además de un mapeo geológico.
El estudio señala que las cooperativas tienen su sistema de explotación que han aplicado de acuerdo a sus posibilidades económicas y técnicas, por lo general casi nunca han desarrollado sus labores siguiendo recomendaciones emanadas de departamentos técnicos especializados, produciendo de este modo una explotación no controlada ocasionando principalmente comunicaciones entre desarrollos horizontales, explotaciones ascendentes como descendentes. Un 90% de los cambios superficiales se han producido a partir del año 2.000, según la prensa nacional e internacional.
Para evitar más deterioro, se suspendió las operaciones mineras en la superficie por encima de la cota 4.400. El presidente de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras, Julio Quiñones, dijo que ellos están respetando esta prohibición, aunque la comisión minera del Comité Cívico Potosinista asegura que hay algunas actividades por encima del nivel permitido.
Quiñones asegura que ellos están preocupados por el deterioro, pero cree que es producto de la explotación irracional durante la época de la colonia, la republicana y durante la nacionalización. “Sacaron lo mejor del cerro”, indicó.
Los cooperativistas ingresaron a trabajar de forma periódica desde 1985. En 2009 firmaron contratos de arriendo por 20 años, dijo Quiñones. En este momento 39 cooperativas trabajan en el Cerro Rico, según Fedecomim.
El dirigente cooperativista asegura que también el cambio climático ha tenido mucho que ver en este problema del cerro. Recuerda que hace unos cinco años en la cúspide del cerro había hielo, pero el calentamiento lo ha hecho desaparecer. “Era como una masa que cubría las rocas, pero ahora que no tiene se han abierto grietas”.
Estas grietas afectan la actividad minera cuando hay lluvias, porque ingresa el agua.
Por eso tienen dos propuestas: una es el relleno hidráulico, que consiste en utilizar el material salido del mismo cerro y mezclarlo con cemento y fierro para cubrir todo el cerro por su interior, con un presupuesto de al menos $us 2 millones. El otro es el ‘plan hormiga’ propuesto por un arquitecto argentino, que tiene un costo de $us 3,5 millones, que ofrece protección en forma de panal sin dejar la actividad minera.
Unesco dio conclusiones provisionales
José María Mata, coordinador de la misión de la Unesco que llegó a Potosí, indicó que las conclusiones que presentaron este viernes son provisionales, porque las finales la tendrán en 10 días y las harán llegar a su institución matriz para que las hagan conocer a las autoridades nacionales. Entre las recomendaciones se contempla reforzar las zonas débiles utilizando material del mismo lugar y brindar más asesoramiento técnico a los mineros que operan en el cerro.
El costo preliminar de la reparación es de $us 800.000, indicó el secretario de Minas de la Gobernación, Arnulfo Gutiérrez.
Los expertos observaron los hundimientos y se reunieron con los mineros, cooperativistas y autoridades. Estuvieron en Potosí entre lunes y viernes y observaron el deslave de enero, que tiene 30 metros de diámetro.
El equipo estuvo conformado por dos doctores en minas: Enrique Orche, de la universidad de Vigo, España, y Jorge Molina, de la universidad de Medellín, Colombia, además de tres geólogos, Francisco Escandora, de México, Jordi Marrturria, de Barcelona, y Josep Mata, que es doctor en geología, de Barcelona, y un ingeniero en geotecnia de Ecuador, Miguel Ángel Chávez.
La gente pide explotación justa y racional
La minería mueve la economía potosina. De eso están conscientes los pobladores y por ello no se atreven a pensar en el cierre definitivo del Cerro Rico y sus actividades extractivas, aunque sí piden que se introduzcan normas que permitan una explotación racional para evitar que desaparezca este patrimonio de Bolivia y el mundo.
En este momento son más de 15.000 mineros que trabajan en el cerro, pero hay otras actividades que depende indirectamente de esta industria, como el comercio.
Saturnino Ortega es miembro de la cooperativa 21 de Diciembre. Lleva trabajando 33 años en la mina, comenzó ganando Bs 1 por día, y ahora su jornal está entre Bs 60 y 120. A sus 49 años afirma que es fiel testigo de los cambios que ha tenido el cerro. En años anteriores trabajó en la parte alta del cerro y asegura que hay bastante hielo, que considera que con los años va ir desapareciendo y eso hará ceder más, pero cree que no es posible un cierre porque muchas fuentes de trabajo dependen de los minerales que de allí extraen.
Muchas personas aseguran que el cerro da y también quita. Eso lo sabe Blanca López, que trabaja seleccionando los minerales que se extraen de las minas. Ella gana Bs 60 el día para mantener a sus cinco hijos, porque su marido murió sepultado en una mina hace ocho años. Ella, como muchas otras viudas, no recibió ninguna indemnización por la pérdida de su esposo, por lo que las condiciones laborales es otro tema de debate.
Johnny Nogales es chofer, no trabaja en la mina y considera que el patrimonio se debe preservar y que el deterioro es producido por la mano del hombre. Por eso pide controlar la explotación.
La misma posición tienen otros ciudadanos como Lucio Catata, Víctor Rocha y María Lourdes Ibarra. Ellos creen que el cerro es la base de la economía, por lo que hay que cuidarlo y explotarlo con mayor control.
Arnulfo Gutiérrez, secretario de Minas de la Gobernación, dijo que se tomarán en cuenta las propuestas de la Unesco, pero descartó el cese de actividades mineras a corto plazo porque es el principal sustento de las familias potosinas.
Recomendaciones
– Restricción de explotación minera en áreas propensas a procesos de movimientos en masa.
– Códigos para la explotación minera, lo que permitirá una explotación planificada y conducida sin perjudicar al cerro.
– Mediciones físicas (drenaje, modificaciones en la geometría de la pendiente) para prevenir o controlar los movimientos en masa.
– Desarrollo de sistemas de alerta.
– Base de información técnica adecuada sobre amenazas y riesgos.
– Intervención municipal, departamental, gubernamental e internacional.
– Ciudadanía que apoye un programa para la preservación y mitigación de procesos de hundimientos.
– Identificar y controlar la explotación indiscriminada por parte de los cooperativistas.
– Controles periódicos y sistemáticos en forma mensual de todos los avances que se realizan en las operaciones mineras.
– Se recomienda realizar medición de los vacíos abandonados con el apoyo de brigadas de topografía que realicen esta labor en todas las minas en operación, información que debe ser completada con el desagüe o explotación de antiguos taqueos.
Historia y cifras
– Nominación. El Cerro Rico de Potosí lleva también por nombre Sumaj Orcko que en quechua significa montaña majestuosa. Tiene forma de un cono, originado por la influencia magmática; sin embargo, a través del tiempo, su relieve ha sido cambiado por la mano del hombre con la actividad minera, provocando desmontes que se han acumulado en todos sus vértices.
– Altura. El cerro tiene una elevación de 4.786 m.s.n.m. Por la imponente naturaleza y el afán de preservación, el 26 de julio de 2007, el Ministerio de Minería y Metalurgia, Prefectura potosina, Comibol, Sergeotecmin, empresa minera Manquiri y Fedecomin de Potosí suscriben un convenio interinstitucional con el objeto de identificar y estudiar los riesgos referidos ala morfología y estabilidad del cerro.
– Sustento. El Cerro Rico es el núcleo vital de la existencia de Potosí, que históricamente fue una de las ciudades más ricas de la colonia del imperio español. Está ubicado en el cantón Concepción de la provincia Tomás Frías del departamento de Potosí, a 1,5 km de la ciudad.
– Cooperativas. La explotación ha sido intensa desde entonces. En el siglo XVI se explotó plata, y durante el siglo XX estaño y zinc, asimismo cobre y plomo. Según la Comibol en este momento 32 cooperativas están trabajando. Fedecomin señala que son 39.
– Nacionalización. En 1952 se produjo la nacionalización de las minas y la creación de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). En 1981 cayeron los precios de los minerales y la explotación decayó derivando en la migración de parte de la población.
– Patrimonio. En 1987 el Cerro Rico fue incorporado al Patrimonio Cultural de la Humanidad. El 9 de noviembre de 1980, de acuerdo a ley 1197, se declara monumento nacional.