Cinco vidas, cinco derechos

susana-selemeSusana Seleme Antelo – Semanario UNO

¿Qué habrá más importante que la vida para los seres humanos? Nada, pues la vida es el más importante de todos los derechos: el derecho a existir, el derecho a ser. Ante todo soy, luego pienso y conozco para demandar y exigir todos los demás derecho humanos, entre otros, el derecho a la libertad, a disentir y al pensamiento crítico.



Las cinco vidas y los cinco derechos del título se refieren a cinco personas con serios problemas de salud, imputadas en el complot terrorismo-separatismo del MAS contra Santa Cruz y sus profesionales. A las violaciones, arbitrariedades y abusos cometidos en el montaje terrorista-separatista contra todos los imputados, con esas cinco personas, el gobierno que se dice de ‘cambio’ ha violado la Declaración de Naciones Unidas sobre los impedidos, firmada el año 1975; la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad y la Ley 4024, promulgada el 15 de abril de 2009 por Evo Morales, en concordancia con aquella Convención.

¿Qué dice la misma en su Artículo 13: Acceso a la justicia? 1. “Los Estados Partes asegurarán que las personas con discapacidad tengan acceso a la justicia en igualdad de condiciones con las demás, incluso mediante ajustes de procedimiento y adecuados a la edad, para facilitar el desempeño de las funciones efectivas de esas personas como participantes directos e indirectos, incluida la declaración como testigos, en todos los procedimientos judiciales, con inclusión de la etapa de investigación y otras etapas preliminares. 2. A fin de asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso efectivo a la justicia, los Estados Partes promoverán la capacitación adecuada de los que trabajan en la administración de justicia, incluido el personal policial y penitenciario.”

Morales, firmante de ese texto, violó e hizo violar los derechos de esos 5 imputados en el complot ‘terrorismo-separatismo’ y su saga Rózsa-el asesinado y Sosa-el inefable fiscal asignado al caso. Luego de dos años de prisión para muchos, persecución para otros, forzoso exilio político para algunos y zozobras familiares a granel, se llegó a la imputación: 39 personas, y a la primera audiencia conclusiva en Cochabamba -a 2800 metros de altura-, a mediados de abril pasado. En esa ocasión, Torres y Castedo tuvieron que ser trasladados de urgencia a un hospital, con signos de insuficiencia cardiaca y respiratorias. La segunda conclusiva, el 17 de mayo, será en La Paz a 4000 metros sobre el nivel del mar. ¿Los obligarán a ir hasta allí? Con el MAS todo es posible, pues lo menos que les interesa es el derecho a la vida, como ya lo tiene demostrado.

Las imputaciones en este complot terrorista-separatista-Rózsa-Sosa parten de ilegítimas y dudosas declaraciones de testigos como el ‘Viejo’, obtenidas bajo presión según declaró el mismo, soborno incluido y filmado. Dichas imputaciones contra los dirigentes de una entonces sólida institucionalidad -hoy dispersa y herida, por dentro y por fuera para regocijo del MAS, ¡que pena!- presentan la ‘siembra’ de adulteradas o inventadas evidencias, nunca vistas o comprobadas, como las armas de los supuestos terroristas. El fiscal de marras dijo que ‘fueron destruidas, dada su alta peligrosidad’. Solo con ello, todo el andamiaje carece de pruebas y debiera ser declarado nulo, no en vano el ya sustituido juez René Sarmiento, le devolvió al ‘servidor’ fiscal Sosa los obrados, lo que le valió su salida del caso.

La renuncia del ‘servil Sosa’ fue un show mediático distractivo para contra restar el bochorno de Cochabamba, pues sigue de fiscal fortalecido. Tan fortalecido que seguirá sin tomar en cuenta el archiconocido video-soborno al Viejo en el que aparece el mismo Sosa con funcionarios no menos delictivos como el mismo. Hay otros videos de igual factura delictiva con otros funcionarios de gobierno y abogados afines vinculados al complot contra Santa Cruz. Tampoco dice nada Sosa, sobre lo que ya parece una verdad fehaciente: que los asesinatos al húngaro boliviano, Eduardo Rózsas, al irlandés Michel Dwyer, y al también húngaro Arpad Migyarosi no fueron perpetrados en el hotel Las Américas, aquel 16 de abril de 2009, sino en otro lugar. ¿Dónde? También se sabrá más temprano que tarde: la verdad no muere, ni matándola, pues también se sabe que eran infiltrados del gobierno en filas cruceñas autonomistas. Aún siendo mercenarios y aventureros, tenían derecho a la vida y a un juicio justo.

Seguirán siendo derechos de todos los imputados, el derecho al juez natural, es decir el juez del lugar donde se habría producido el presunto delito y no donde le pudo placer al verdugo Sosa, ‘servidor’ de sus mandantes. También el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a un juicio justo y el derecho a la igualdad en la administración de justicia. Los mismos derechos les corresponden a todas las víctimas de ese otro complot perpetrado contra Pando, Leopoldo Fernández y sus colaboradores,. Los mismos derechos de todos los jóvenes cruceños imputados con familias rotas, y algunos de ellos exiliados políticos, como Branko Marinkovic, joven agroindustrial exitoso, autonomista de origen croata, ‘presa favorita’ para los psicópatas racistas y anticapitalistas de pacotilla del MAS.

Los mismos derechos de otros empresarios y otros políticos exiliados, en razón a que “donde no hay justicia, es peligroso tener razón”. Lo dijo el agudo Francisco de Quevedo, víctima de los rigores del absolutismo monárquico español de los Felipes, tres centurias antes de que se promulgara la declaratoria Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948. La Bolivia de Morales está como aquellos ‘absolutos colonizadores’ a pesar de tanta cháchara ‘descolonizadora’.

Cínicos inventos de jacobinos represores, como el ‘Vice’ que si tuvo juicio justo, a raíz de su aceptada y confesada práctica terrorista, allá por los ’80. Hoy disfruta del derecho a la vida con su Robespierre criollo, Evo Morales Ayma, mientras uno y otro atentan contra la vida de cinco personas enfermas, y le ensombrecen-endurecen la vida a 40 personas más entre presas, perseguidas, exiliadas, imputadas, aun sin condena.

Entre tanto, los ‘absolutos’ Morales y García Linera, le dan al país más circo que pan, gritando ‘MAR O MUERTE’, la gestión económica tampoco goza del derecho a una mejor vida y las encuestas los aplazan sin contemplaciones.