Defensor: “Sin claridad en la preselección de la Asamblea no habrá credibilidad”

Línea. “Cuando los poderes tienden a ser absolutos son muy peligrosos”, según el Defensor del Pueblo. Advirtió sobre riesgos en el proceso de elecciones judiciales.

imageRolando Villena, Defensor del Pueblo (der) con Javier Viscarra, editor de opinión. Foto: Wara Vargas / Página Siete

En seguimiento al proceso que vive el país, hacia las elecciones judiciales, Página Siete entrevistó esta semana al defensor del Pueblo, Rolando Villena, sobre éste y otros temas de su responsabilidad.



Página Siete.- Nuestro diario ha publicado una encuesta en la que 73% de la población desconfía de la elección de candidatos a jueces en la Asamblea. ¿Cree usted que se corre el riesgo de que sea una elección politizada?

Claro, habría ese riesgo de politizarla, eso es muy cierto.

El tema de la justicia en nuestro país es un tema central, estructural. La desconfianza que tiene la gente en la justicia es profunda. Entonces, de una u otra manera, si no hay claridad en cuanto a los mecanismos que permitan, por ejemplo, la preselección, selección (de candidatos) e información y que solamente se dé una sola lectura y no otras para que hablen de los candidatos a esos altos cargos, evidentemente se le quita credibilidad. Nuestra meta debe ser llegar a una justicia donde todos los bolivianos puedan aplacar esta sed de justicia que se tiene desde diferentes estratos. Si vamos a llegar a ese objetivo entonces vayamos por el camino correcto.

No es cuestión de repetir lo que siempre se ha dicho, que el fin justifica los medios, aquí los medios tienen que justificar también el fin, para que la transparencia inspire a la gente, el entusiasmo de decir “vale la pena votar”, además conociendo por quién voy a dar mi voto.

Página Siete.- En ese escenario, si el Defensor del Pueblo en el futuro –pregunta hipotética– detectara que la mayoría de los candidatos tiene una inclinación política oficialista, ¿lo denunciaría?

Sí, evidentemente. Porque tenemos que llegar a que la independencia de los poderes sea otro de los pilares fundamentales de esta democracia que tanto ha costado construir.

Hay mecanismos perversos que en el pasado reciente nos han demostrado que esto no se ha superado, las cosas siguen más o menos con las mismas características.

Página Siete.- Pero esa elección con dos tercios del MAS para apoyar candidatos para el sistema judicial ha sido la misma fórmula que se utilizó para la elección suya como Defensor del Pueblo; ello generó que se presuma su cercanía con el Gobierno. ¿Qué opinión le merece esto?

Bueno, eso es lo que todo el mundo comentaba, hasta me han crucificado antes de conocerme y por eso dije que era mejor que nos conozcan en el camino, no antes. A la gente no la vamos a convencer con posiciones teóricas o cuestiones demagógicas sino siendo parte de la construcción de este nuevo Estado.

El actual contexto en el que nos encontramos es muy complicado. Una relación de fuerzas en la que todo pasa por los dos tercios. En la Defensoría del Pueblo, como línea de estrategia, la formación desde la concepción de los derechos humanos. Es importante que todos actuemos desde los diferentes escenarios, como verdaderos sujetos políticos con discurso, con sentido crítico; así los liderazgos son más sostenibles. En ese sentido nosotros estamos, claro, un poco contra la corriente, como el salmón que siempre tiene que nadar contra la corriente.

Página Siete.- En la construcción de esta nueva Justicia, que podría ser funcional al Ejecutivo, ¿no cree usted que una forma de manifestar el descontento de algún sector sea votar en blanco o nulo? ¿Cómo ve esto?

Bueno, eso sería catastrófico. Nuestro pueblo tiene mucha sabiduría y madurez democrática y está esperando ser alimentado con lo mejor que se pueda dar, para que la participación en las urnas sea verdaderamente consciente y masiva, sabiendo que tiene elementos para discernir, para decidir sobre el perfil real de los candidatos.

El voto nulo sería lo peor que nos pudiera suceder, porque hemos llegado a niveles muy altos de participación de los electores, creo que somos a nivel latinoamericano uno de los países más altamente ponderados por la masiva participación del pueblo en las urnas.

Página Siete.- ¿Qué opinión le merece que algunos abogados sean excluidos del proceso eleccionario por haber defendido a personas acusadas de separatismo, terrorismo y narcotráfico?

Es un tema muy complejo que ameritaba mayor reflexión y establecer criterios precisamente para no pensar que lo que se dice desde el Gobierno es el único criterio y el absoluto. Cuando los poderes tienden a ser absolutos son muy peligrosos.

Todo esto nos hace preguntarnos, quiénes van a ser los que serán elegibles y, bueno, uno puede preguntarse a qué tendencia o línea van a responder.

Página Siete.- Al respecto del poder absoluto que usted menciona, hay mucha gente que piensa que el Gobierno está rumbo a un modelo autoritario. ¿Cuál es su opinión?

Evidentemente hay algunas características, hay rasgos que preocupan mucho. De ser repetitivos podría conducir (al autoritarismo). Pero creo que estamos todavía a tiempo de evitarlo.

Quienes nos ven desde afuera nos dicen que a nosotros los bolivianos nos gusta estar siempre en la cuerda floja, pero no caemos, siempre hacemos algo. Hay una genialidad única en medio de la crisis que nos permite que las cosas se planteen de otra manera. Y esto tenemos que apoyar, dar mensajes para no polarizar más sino para decir “todos somos parte de esto”.

Página Siete.- ¿Cuál es la relación que tiene el Defensor con el Gobierno?, ¿es tensa?

En momentos es tensa y en momentos no. No quiere decir que sea todo el tiempo una relación difícil. Quienes estamos metidos en la Defensoría con este nuevo discurso de los derechos humanos desde el Estado, entendemos que ser parte de esto es ser parte de un proceso y que la lectura del proceso no solamente debe ser entendida como una visión desde el Gobierno.

La crítica al Gobierno es que si bien ellos se han constituido en un instrumento político que va a llevar adelante el proceso, no son el único actor. Cuando trabajamos con las entidades públicas a veces hay mucha susceptibilidad y lo que decimos pareciera ser siempre contrario al Gobierno, pero no es así.

Los cambios estructurales no se dan con medidas de corte jurídico, mediante un decreto, son procesos históricos, profundos.

Página Siete.- ¿Cuál es la situación del caso del subteniente Grover Poma, que murió por una golpiza en Sanandita?

Luego del informe de la Defensoría se produce un apresto del Alto Mando Militar para que terminado el sumario informativo, el caso pase al tribunal militar. Y esto es parte del debate que debe generarse.

El tema es en qué escenario se va a dirimir el caso Poma. Nosotros hemos argumentado, desde el punto de vista jurídico de la jurisprudencia, de los derechos humanos, que los bienes jurídicos protegidos están dentro de la justicia ordinaria. Por lo tanto, los acusados no pueden tener fuero militar, deben ser juzgados por la justicia ordinaria.

Esto no puede ser algo que vaya a dirimirse en un fuero especial. El texto constitucional dice que el Estado no reconoce ningún fuero.

Página Siete.- Sobre el caso Núñez del Prado, da la impresión de que la Defensoría recibió presiones desde el Gobierno para nombrarlo.

Ese tema lo hemos dado por cerrado. Ahora, en algunos medios se ha dejado entender que la Defensoría habría sido parte de todo ese embrollo relacionado con el video y no tenemos nada que ver. El tema de fondo es: ¿en manos de quién está la seguridad del Estado?

Yo he pedido que este asunto se aclare, incluso he asistido ante el fiscal para dar mi voz. Los han recusado no sé cuantas veces a los fiscales y parece ser que va a quedar en nada. Es una suerte de manoseo que es lamentable.

Yo no quisiera pensar que esto sea el resultado de que cuando asumimos una línea independiente es como pasarnos una fractura –no digo que sea así– y decirnos: “con esto te moderas”.

Página Siete.- Dada la calidad y puesto que ocupaba Núñez, ¿no era obligación suya conocer mejor a sus colaboradores para evitar que se diera un golpe de imagen a la Defensoría?

Sí, yo me hago una autocrítica en este tema. Lo he asumido y procesado. Es una situación muy delicada. Y este tipo de errores no los vamos a volver a cometer.

Estamos construyendo una nueva institución y en esto tenemos mucha presión, que es favorable para que la Defensoría sea lo que el pueblo está esperando que sea. Pero también hay otras presiones que a lo mejor quisieran que la Defensoría sea neutral, que no pase nada, que todo sea una taza de leche y eso no ocurrirá.

Página Siete / La Paz