Discurso del presidente del Comité pro Santa Cruz, Herland Vaca Díez

Autoridades Hoy, aquí, en nuestra plaza de armas, quiero interpretar el sentir profundo de todos los cruceños. Definitivamente, no estamos acostumbrados a vivir con miedo. Definitivamente, no comulgamos con el abuso. Definitivamente, no aceptamos la prepotencia.

Ayer mismo, el poder central, atentó una vez más contra la democracia y la libertad. Ayer fuimos testigos de la cobardía y del ultraje del gobierno. Ayer fuimos vejados y reprimirnos por órdenes del poder central.

Desde que asumió este gobierno, Santa Cruz y el oriente han sido el foco de todas sus arremetidas. Se nos ha acusado de oligarcas, de terroristas, de separatistas. Se ha desconocido la voluntad democrática de nuestro pueblo expresada en cabildos y referendos. Se ha borrado de un plumazo nuestros estatutos autonómicos, respaldados por más del 80% de los cruceños. Desde que asumió este gobierno, los cruceños hemos sido denigrados, perseguidos y encarcelados. En represalia por pensar distinto, se nos ha privado de nuestros recursos económicos y de la potestad de decidir sobre nuestro futuro. Estamos frente a un gobierno de déspotas que ha decidido acabar con la democracia y con Santa Cruz.



Contrario a este despotismo del gobierno, Santa Cruz, siempre ha aportado al país, no solo con recursos económicos, sino con ideas, con políticas de gran impacto nacional, que han sido aprovechadas por todos los departamentos de Bolivia. Recordemos el 11% de regalías petroleras, la elección de alcaldes por voto popular, la ley de participación popular, las elecciones de prefectos y el proceso autonómico. Todas estas conquistas democráticas, que hoy constituyen un patrimonio nacional, surgieron y se proyectaron desde Santa Cruz, en beneficio de toda Bolivia.

Santa Cruz ha sido y seguirá siendo un pueblo demócrata. Un pueblo que ha sabido enseñar el camino de la libertad, ha ganado todas sus batallas con la fuerza de la verdad, sin levantar fusiles y siempre tolerante, aún con sus más encarnecidos difamadores.

Hemos insistido en que se depongan las actitudes antidemocráticas, que rija el imperio de la ley, que las autoridades de gobierno, del Ministerio Público y del Poder Judicial actúen con transparencia e imparcialidad. Lamentablemente, todos nuestros esfuerzos no han sido reconocidos, no han querido respetar nuestra voluntad.

Hoy, ante evidencias incontrastables, nos vemos obligados a denunciar ante el pueblo boliviano y la comunidad internacional, que las libertades ciudadanas no existen en Bolivia, que el gobierno intenta aniquilar a la oposición a través de la judicialización de la política, violentando su propia constitución. Este gobierno ha monopolizado el poder, al mejor estilo de los regímenes dictatoriales.

Cómplices de esta conducta autoritaria, jueces y fiscales, sin pudor alguno, actúan sometiendo la ley a la consigna política, en contra de quienes no piensen como el gobierno y más concretamente, en contra de Santa Cruz.

Ha llegado el momento de aplicar a los que detentan el poder abusivo y autoritario, lo que en su momento los cruceños aplicamos a los asesinos del profesor Noel Kempff Mercado: la condena social, arma noble del pueblo para reparar la injusticia.

Convoco al pueblo cruceño, al pueblo boliviano, a iniciar una cruzada de unidad en contra del abuso, de la prepotencia, de la ilegalidad y del autoritarismo. Una cruzada democrática, en pro de los derechos ciudadanos, de la libertad, del derecho de vivir en paz, independiente del color de nuestra piel o de nuestras creencias. Una cruzada en pro de la igualdad de oportunidades, del empleo y de la calidad de vida. Una vez más, Santa Cruz y Bolivia necesitan de la unidad, del carácter, la voluntad y de la fuerza de los cruceños.

Cruceños, si no somos nosotros, ¡quién!

Si no es ahora, ¡cuándo!

Muchas gracias.