Juicio al narcogeneral Sanabria

Mauricio Aira

Cuatro días nos separan del 23 cuando el general de policías de la lista (pasivo o disponible) René Sanabria afrontará el juicio oral por el delito de introducir cocaína en territorio de los EEUU, delito que el Fiscal del Distrito de Florida Wilfredo A. Ferrer ha tipificado como violación titulo 21, secciones 963 y 952(a) en contra de René Sanabria Oropesa, Milton Sánchez Pantoja, Marcelo Foronda Azero y Jorge Sánchez Pantoja por conspiración e importación de cocaína y cuya detención formal ha tenido lugar el 2 de marzo, sin la presencia de dos de los nombrados.

En el comunicado de prensa de la Fiscalía de Florida se señala que el delito se ha producido al importar e introducir cocaína desde Bolivia a los Estados Unidos de acuerdo a información de las autoridades de la Aduana y de Protección civil consistente en cientos de kilogramos al Estado de Florida y otros más de los EEUU, los imputados Sanabria y Foronda fueron arrestados el 24 de febrero y su primera comparecencia tuvo lugar el día 25. La noticia difundida desde Norteamérica provocó un tsunami virtual en la Administración del Presidente Evo Morales, sacudida por los detalles de la detención que se fueron conociendo de a poco. Que Sanabria había estado en Chile en 2010 reunido con narcotraficantes (agentes encubiertos de la DEA) y recibido un pago anticipado de miles de dólares a cuenta del envío de 144 kilogramos vía un contenedor que se cargaría en Arica y desembarcaría en Panamá.



Transcurrido el tiempo llegó la cocaína al puerto chileno a bordo de un camión que cargaba un contenedor con minerales de zinc, la cocaína estaba camuflada con las bolsas metaleras y pasó el control de adunas tanto de Bolivia como de Chile. Cuando el narcótico llegó a Panamá paso obligado hacia EEUU donde debería ser descargada y entregada a los destinatarios que habían pagado por adelantado a Sanabria y uno de los hermanos Sánchez Pantoja ambos miembros igualmente de la Policía Boliviana en el puerto de Arica. Sanabria y Foronda esperaban allí en Panamá fueron aprehendidos y la cocaína decomisada.

La reacción oficial demoró un par de días y se puede resumir: a) Sanabria ha caído en una trampa tendida por agentes chilenos sin dar parte a Bolivia., b) Detención de varios oficiales que trabajaban en la oficina de inteligencia dirigida por Sanabria y que pertenecía al Ministerio de Gobierno., c) Amago de detención de la esposa de Sanabria quién habría quemado documentos del general extraídos de una visita a su oficina. Hasta el día de hoy la mujer no ha sido hallada y menos identificados los documentos a los que prendió fuego., d) La policía no informó bajo qué cargos había detenido a los oficiales por lo que no se sabe si fue para evitar su detención por agentes de la DEA en el exterior y por tanto un mayor escándalo o para evitar que dieran a conocer detalles de la actividad de su jefe el narcogeneral relacionados con el narcotráfico.

Las críticas en contra del accionar de la Policía fueron creciendo de tono hasta que el comandante General Nina se vio obligado a renunciar y Evo Morales nombró a su sustituto coronel Ciro Farfán al que otorgó 100 días de plazo hasta limpiar la policía de corruptos. A la fecha se han cumplido 80 y sólo restan 20 por lo que se estima que pudieran suceder dos cosas. 1. Que se presente un informe confesando la imposibilidad de deshacerse de los corruptos y que se necesita un plazo mayor para ello o 2. Que Farfán renuncie y se nombre otro oficial al que Evo encomendará similar tarea, pero sin fijar un plazo perentorio en clara señal de impotencia, como anticipó el ex vice ministro de Gobierno Torrico para quién la corrupción “está metida en la Policía que no bastarán 100 meses, ni 10 años sino 90 para limpiar la cadena de corrupción institucionalizada que existe”. Por otro lado el General Comandante Farfán figura como principal sospechoso de haber “clonado” un vehículo de lujo sin placas que apareció aparcado muy cerca de su domicilio y que el funcionario negó pertenecerle.

Las reacciones del tsunami no han terminado, el Gobierno proclive a cerrar un ojo en materia de persecución al narcotráfico se ha esmerado en mostrar su cara fea a los narcotraficantes y ha estado bombardeando con noticias de haber desbarato la producción de cocaína en sendas factorías cuyas fotografías publica y los ladrillos de pasta base o de la misma cocaína y anuncia la detención de sus operadores, aún cuando los periodistas reciben la misma respuesta “no damos el nombre de los detenidos para no interferir las investigaciones” cuando es bien sabido que el cuerpo del delito está ahí, pero no los delincuentes que parecen gozar de excelente salud. Tampoco asume medidas severas para reducir las plantaciones de coca, aunque proclama que los datos de NNUU, de los EEUU y de otros organismos están errados que la Administración ha cumplido su programa en demasía, pero que “evitará la existencia de coca en parques y reservas”.

Existe entonces una calma chicha a la espera de las revelaciones que hará Sanabria que se ha declarado inocente. De haberse declarado culpable habría podido forcejear por su libertad, al cerrarse las puertas podría delatar a sus cómplices y proclamar su inocencia, podrá también culpar a los agentes encubiertos de Chile y la DEA “me tendieron una trampa, pero juro que soy inocente” lo cierto es que está muy cerca de una condena de por vida, mientras tanto en Bolivia sus hijas han continuado percibiendo el sueldo de general del Policía conocido como “El Justiciero” de conducta muy rígida con sus camaradas, de cuya suerte muchos se alegraron y desde el Gobierno tampoco faltaron las excusas porque el narcogeneral le ocasionó, le ocasiona y le provocará muchos dolores de cabeza al atribulado jefe originario Evo Morales.