La guillotina judicial

MAS GUILLOTINAjpg Finalmente, el Reglamento de preselección de candidatos para las elecciones judiciales de octubre se aprobó sin mayores cambios, manteniendo el esquema básico que le permitirá al oficialismo designar las ternas a su antojo y preservando también el amplio margen de discrecionalidad para que el Tribunal Supremo Electoral restrinja el derecho a la información sobre los postulantes.

Los últimos jacobinos alistan (¿afilan?) su guillotina judicial, ya que los magistrados que surjan de los comicios estarán igual o más sometidos al Órgano Ejecutivo que los actuales, con la diferencia que contarán con un manto de fraudulenta legitimidad que les permitirá presentar eventuales fallos persecutorios como emanados de la “justicia del pueblo”.

El Reglamento aprobado no incluye un verdadero concurso de méritos ni un sorteo final entre los más calificados para la conformación de las ternas, por lo que será el Movimiento Al Socialismo con sus dos tercios de votos en la Asamblea Legislativa Plurinacional el que designará a los candidatos. Está claro, entonces, que el electorado se limitará a decidir entre azul, azul y azul.



Por supuesto, desde el partido de gobierno se dirá que no se permitirá la participación de militantes de organizaciones políticas, pero la única limitación real en ese sentido será un cruce de información con los libros de registros de los partidos y agrupaciones ciudadanas, pobre y muy insuficiente filtro si tenemos en cuenta que buena parte de los ministros y viceministros del régimen -para dar un ejemplo- no están afiliados al MAS, pero no por ello dejan de estar alineados con las instructivas del proyecto evista.

Quizás por ello es que se insiste tanto en negarle a la prensa la libre información sobre los candidatos: será el Tribunal Electoral el encargado de divulgar los datos de los postulantes y los medios verán coartada su capacidad para indagar sobre los vínculos de los futuros jueces con el oficialismo o sus organizaciones parasindicales.

Al menos, la aprobación del Reglamento de preselección se hizo con el rechazo y protesta de la oposición, ya que la rebelión de numerosos parlamentarios impidió el pacto que varios jefes de bancada estaban a punto de perpetrar y que se habría constituido en un nuevo caso de oposición funcional.

Esto, con la única excepción del MSM, que acompañó el 90% de los artículos del Reglamento, abonando aún más las dudas que existen sobre la profundidad de la ruptura entre ese partido y el MAS.

Un Reglamento con “acuerdo” entre oficialismo y oposición habría reforzado la ficción de elección popular que se alista para octubre. Ahora, en cambio, la jugada está a la vista…

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