Premio Nobel de la Guerra

Álvaro Riveros Tejada

riveros_thumb Llevado por un odio visceral hacia el ex presidente Alberto Fujimori, padre de Keiko, por el solo hecho de haber sido derrotado por éste en las elecciones presidenciales del año 1990, el flamante premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ha congregado un grupo de escritores peruanos con el objeto de promover una campaña favorable al candidato Ollanta Humala.

Haciendo caso omiso de la recomendación de su mujer, que él mismo nos la contó durante la ceremonia de recepción de la presea en Oslo: "Mario, para lo único que tú sirves es para escribir", este buen novelista ha vuelto a incurrir con pertinacia en su obstinado afán de figurar en política, un arte y una ciencia que no entiende ni domina.



Dicha actitud, al margen de reflejar una descontrolada efusión de hormonas y jugos gástricos, revela un comportamiento muy propio del cholo peruano, bastante afín al alto peruano, que puede llegar al extremo de castrarse, para vengarse de su mujer. Un hombre que transfiere sus lealtades con la facilidad de una veleta y así como cambió su nacionalidad por la española, pudo en su juventud endiosar a Fidel Castro con el mismo fervor con que años más tarde lo hizo con Margaret Thatcher, la dama de hierro británica símbolo de la derecha más recalcitrante.

No hace mucho nos hizo conocer su aversión por el mico-mandante caribeño Chávez y la amenaza que éste representa para el sistema democrático de la región. Hoy, en colusión con sus adláteres brinda público apoyo al gestor de los bloqueos y desmanes que se vienen cometiendo en Puno y las comarcas aledañas, incluyendo a poblaciones del Desaguadero, so pretexto de cuidar la salud de la Pachamama e incitando a sus huestes de etno-revoltosos a provocar a la policía y a las FF.AA. para conseguir los muertos y heridos necesarios que logren ganar por la fuerza, aquello que no pudieron obtener en las urnas. Es más, esta estrategia comprende también la consabida denuncia antelada de fraude, para desconocer los resultados en caso de que Keiko Fujimori gane.

Al igual que en Bolivia, en el Perú se pretende librar la última batalla del etnocentrismo en pos de anexar esa república al trasnochado proyecto chavista del socialismo del siglo XXI, utilizando los contingentes aimaras que pueblan nuestras fronteras. Precisamente esa zona, caracterizada por ser una enorme mancha de pobreza, postración y abandono, donde los grandes activistas del contrabando, del narcotráfico y del comercio ilegal han establecido su estado mayor.

Las opciones de Alan García son claras. Le restan 7 días para las elecciones y 60 para dejar el gobierno. Acogiéndose a la carta democrática de la OEA debe denunciar esta conspiración, antes de sofocarla. En lo que a Pantaleón se refiere, es necesario que acepte que no tiene línea política definida y haciendo un profundo examen de conciencia elija entre el premio Nobel de Literatura o el premio Nobel de la Guerra.