El Estado Chuto

evoap_0 Definitivamente, la Bolivia del proyecto evo-linerista es una auténtica usina de innovaciones politológicas colindantes con el surrealismo. Si tiempo atrás hablábamos del “Estado Bufón” como el desarrollo de una categoría histriónico-local del Estado Fallido de Fukuyama, a raíz de los últimos acontecimientos podríamos hablar de una particular involución criolla del concepto de Estado Forajido: el “Estado Chuto”.

A raíz de la declaración emanada desde la presidencia, en el sentido de “meterle nomás” en contra de leyes y disposiciones constitucionales, el Estado de Derecho ha sido sometido al relativismo salvaje, según el cual toda regla es sujeta a la interpretación arbitraria del gobernante.

Ha nacido así el Estado Chuto, que legaliza lo que le dé la gana al poder. De esa manera, en bizarra procesión aparecen la intención de “blanquear” los cultivos ilícitos de coca-para-cocaína (anteproyectos de modificación a la ley 1008), la ley para regularizar los autos “chutos” y las justificaciones a los injustificables abusos de la justicia comunitaria…



Presidente desinvitado

Una de las manifestaciones específicas de esta pintoresca categoría política es la inevitable fricción con países amigos, como consecuencia del acercamiento con otros Estados Chutos del planeta: desde la teocracia islámico-nuclear de Irán hasta el lumpen-cesarismo venezolano.

Es así como llegamos a la tan previsible como vergonzosa “desinvitación” al presidente Evo Morales a Buenos Aires, fruto de la visita del ministro de defensa y prófugo principal de Interpol a Bolivia, como padrino de la “Escuela Militar de la ALBA”.

Gabinete en crisis

El tsunami político desatado por la presencia del líder de la Guardia Revolucionaria iraní se traduce en la posición especialmente endeble de la ministra de defensa Chacón, quien probablemente debería compartir sus responsabilidades con el cósmico canciller Choquehuanca.

Y en medio del desbarajuste, cae el ministro de trabajo Rojas y se resquebraja la imagen de la ministra de transparencia, Nardi Suxo. Quizás no haya crisis de gabinete, pero hay un gabinete en crisis…

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