Como si el gobierno no hubiera dado ya abundantes muestras de estar abriendo el paraguas antes de que lluevan las declaraciones del general René Sanabria, el presidente Evo Morales agregó el domingo el cherry sobre la torta, al confesar su temor de que Estados Unidos esté preparando un “montaje” para implicarlo en el narcotráfico.
Evidentemente, si el régimen no tuviera relación alguna con los negocios del narco-general y hubiera sido sorprendido en su buena fe por ese ex funcionario, la reacción lógica habría sido cooperar con las agencias antinarcóticos que participaron en la detención de Sanabria, para compartir información y terminar de desbaratar la red delictiva que encabezaba el ahora recluso en Miami.
Sin embargo, el gobierno cocalero sólo ha atinado a una reacción defensiva que alimenta sospechas sobre la profundidad de la penetración del narcotráfico en las esferas estatales.
Los trascendidos apuntan a una nómina de 33 implicados en la narco-red, varios de los cuales, al decir de un parlamentario, pertenecerían al partido de gobierno…
Evo y las mujeres
“Nilda Copa va de copa en copa”, fue la elegante broma con la cual el primer mandatario abrió la III Cumbre Social de la Mujer Boliviana, realizada en Cochabamba. El evento es parte del esfuerzo del oficialismo para reposicionarse en el electorado femenino, donde el apoyo al presidente Morales aparece seriamente erosionado según las encuestas.
“Las mujeres no podrían dar vida sin el hombre”, fue otra de las frases célebres pronunciadas por el gobernante, que al menos no volvió a perpetrar sus rimas sobre “mujeres calientes, Evo presidente”.
Marxismo frigorífico
La tensión desatada por la carretera del TIPNIS va de mal en peor y una de las aristas más complicadas para el régimen es explicarle a sus aliados de izquierda en Europa cómo es eso de priorizar el “desarrollismo” cocalero sobre los indígenas y la ecología.
Así que el vicepresidente García Linera echó mano a su particular interpretación del marxismo y concluyó que detrás de las protestas de los chimanes, yuracarés y moxeños estaría nada menos que la “oligarquía cruceña”, encarnada esta vez en una serie de siniestros frigoríficos opuestos a la vinculación caminera.
No dijo, por supuesto, ni una palabra sobre la emergente narco-burguesía del Chapare, que está rediseñando el Estado boliviano a su imagen y semejanza…