Intereses económicos de sectores de la oligarquía cruceña, según el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia Álvaro García Linera, están detrás de las voces opositoras a la construcción de la carretera Cochabamba- Beni por el TIPNIS.
La autoridad declaró en Cochabamba que los que se oponen a la construcción del tramo están vinculados con las oligarquías cruceñas. “Son las que están financiando e impulsando el que no se quiera construir esta carretera, no hablo de los pueblos indígenas, hablo de las voces contrarias que dan algunos supuestos técnicos”. Explicó que la carretera articulará de manera directa la producción económica del Beni con los valles y el altiplano.
“Hoy toda la producción beniana sale obligatoriamente por Santa Cruz y en Santa Cruz, son los dueños de los mataderos los que definen el precio de la carne para todo el país. Si la producción beniana tiene otra salida vía Cochabamba se va a romper ese monopolio, entonces, ¿quiénes son los más interesados para que no exista esa carretera, desde punto de vista económico? unas cuantas familias que controlan el faenado de la carne en el país”, aseveró el Vicepresidente.
En la lectura de los diarios cochabambinos, el vicepresidente confirmó que dentro del mismo TIPNIS existen comunidades indígenas que defienden y piden la construcción de esta carretera porque se han dado cuenta que el proyecto unirá su actividad social, productiva y laboral.
“Lamento que hayan personas que dicen ser ingenieros, arquitectos, técnicos y que tienen una actitud dañina hacia el departamento, esta carretera es clave para la integración, para la Amazonia es la puerta de entrada a los valles y al altiplano y para ellos es la la puerta de ingreso a la Amazonia, la función geoestratégica de esta carretera es tanto o más decisiva que la carretera construida a Santa Cruz hace 50 años”, advirtió.
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El vicepresidente dijo que harán las consultas necesarias a los pueblos indígenas, que cumplirán los pasos legales y les explicarán los beneficios. Además, garantizó que los parques no se convertirán en espacios de cultivo de hoja de coca.
Opinión – Cochabamba