6 días sin rastro; presumen que desaparecidos se pelearon con extranjeros

Supuestos. Otra versión sugiere que uno de ellos secuestró a sus compañeros. Los 5 desaparecidos habían coincidido en un boliche de La Paz, no eran amigos.

Hace 6 días desaparecieron sin dejar rastro; hay angustia en sus familias

“Estoy confundida, destrozada y atemorizada, son cinco días (con ayer) que mi hijo está desaparecido. Ya no sé qué pensar, les pido que oren para que aparezcan,” dice Carmen, madre de Álvaro Molina Cardozo (25), quien desapareció junto a cuatro amigos el día de su cumpleaños.

La Razón / Teófila Guarachi / La Paz



Los familiares de Marcelo Rollano Soraide (23), Luisa Rojas Morales (33), Danilo Choquevillca Conde (27), Álvaro Molina Cardozo (25) y Víctor Quispe Alanoca (25) buscan desesperados a sus parientes, quienes desparecieron la madrugada del 31, luego de festejar en un local del centro de la ciudad  de La Paz al cumpleañero.

“Fuimos a Coroico, Mallasa, Viacha, Achocalla, a la carretera a Laja y a  Copacabana, pero no hay rastros de ellos, no sabemos dónde están. Ayúdennos a buscarlos”, pide Jesús Claure, primo de Marcelo Rollano Soraide, quien conducía el vehículo la madrugada del sábado, después de que el grupo salió del local Doña Chela I, de la calle Batallón Colorados.

Rollano egresó de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica y hace tres meses ingresó a la empresa Administradora de Servicios Portuarios Bolivia (ASPB) para hacer una pasantía. Según sus familiares, su pasión son las carreras de vehículos, por lo que una de las hipótesis es que viajaron  a ver la competencia del Dakar (Chile), opción que fue descartada después de realizar la búsqueda.

Las cinco personas que desaparecieron festejaron el cumpleaños de Álvaro Molina Cardozo hasta las 03.00 del sábado 31 de diciembre. Carmen Cardozo madre del agasajado afirmó que su hijo se comprometió a regresar antes de las 02.00. “Es un hijo ejemplar, no acostumbra irse de farra, no tiene pareja y es ingeniero industrial. El sabía que en Año Nuevo no iba a salir porque ya tenía permiso el día de sus cumpleaños”.

Carmen, visiblemente preocupada, se niega a continuar hablando con los periodistas. “No quiero salir en ningún medio, estoy confundida y destrozada. Él salió a festejar su cumpleaños, lo llamé a las 06.00 del sábado y el celular estaba apagado”, agrega.

Los cinco desaparecidos trabajaban en la empresa de Servicios Aeroportuarios y Víctor Quispe Alanoca, el propietario del Murano, 2250-HAD, color beige, que tiene un costo aproximado de $us 25 mil, es buscado por su esposa Jelen Aranda, quien recuerda que a las 20.00 del viernes, él se comunicó para preguntarle cómo se encontraba su hija de 10 meses.

“Me dijo que no tenía ganas de beber, que sólo asistiría a una cena, nunca más supe de él”, relata llorando, mientras carga en sus brazos a la niña.  “Mi hijo estaba botado en la maletera, seguro que lo han drogado, él no estaba conduciendo el auto”,  denuncia a su vez Victoria, madre de Víctor Quispe Alanoca.

Luisa Rojas Morales, la única mujer entre los desaparecidos, trabajaba como consultora en ASPB y, según sus familiares, ella y su esposo tenía pensado recibir el Año Nuevo en Coroico. Danilo Choquevillca Conde era desde hace dos años archivista de la firma y la noche del 30 de diciembre no se comunicó con su madre. Wilma Ticona, quien departió con ellos, y a quien dejaron en una parada de trufis en la Otero de la Vega (San Pedro) a las 03.15 para que se fuera a su casa en El Alto, dijo que sus amigos tenían la intención de viajar a Coroico.

Teléfonos de los familiares

Josué Rollano (hermano) al 2230510, 71963100, 78883591 y 72550452

Joel Quisbert Peralta (esposo) al 2701497,  77730723 ó 71950911.

Patricia Conde de Choquevillca (madre) al 2421442 ó 70697963.

Carmen Cardozo (madre) al 2423933, al 71209125 ó al 77222056.

Jelen Aranda (esposa) al 245723, 76253829 ó 67064445

También se puede llamar a la FELCC, al 2287063.

La Policía extiende la búsqueda a la frontera

El comandante departamental de la Policía, coronel Alberto Aracena, informó ayer que se intensificaron los rastrillajes en el área rural y fronteriza del país, con el objetivo de encontrar a las cinco personas que desaparecieron  el 31 de diciembre.  “Hemos desplegado a todas nuestras unidades para investigar sobre el paradero de las cinco personas, solicitamos informes de las diferentes trancas y salidas internacionales del país”, dijo.

El teniente Jorge Ramírez, de Bomberos, declaró que  ayer efectivos de esa unidad iniciaron el rastrillaje a pie por la carretera antigua a Coroico, donde se presume que se habrían accidentado. “Ayer (martes) verificamos la carretera nueva y no encontramos ningún vehículo siniestrado”, manifestó. La Unidad de Trata y Tráfico de Personas, que investiga el hecho, confirmó que los informes de las llamadas telefónicas revelan que el último contacto que tuvo Marcelo Rollano fue a través de un mensaje de texto que envió cerca de las 05.00 desde Llojeta.

Los investigadores esperan que las empresas telefónicas les entreguen la información georeferencial de los cinco amigos, cuándo enviaron  mensajes de texto o hicieron llamadas.  La Dirección de Prevención y Robo de Vehículos (Diprove) inició a su vez una investigación por presunto robo de vehículo, informó el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, coronel Roberto Campos.

Presumen que desaparecidos se pelearon con extranjeros

Otra versión sugiere que uno de ellos secuestró a sus compañeros.

Supuestos. Álvaro Molina se comunicó a las 6:00 del sábado con su hermano a México, a quien le contó este incidente. La Policía desplegó un segundo operativo.

imageLos familiares de los desaparecidos esperan en la FELCC. APG

Página Siete / La Paz

A las 6:00 del sábado, Álvaro Molina, uno de los cinco desaparecidos, se comunicó con su hermano, quien vive en México, y en su conversación le dijo que se encontraba en el Montículo (Sopocachi) y que “unos colombianos” les estaban molestando. Ésta es una segunda hipótesis que surge sobre lo que pasó con los jóvenes a seis días de su desaparición.

El ministro de Gobierno, Wilfredo Chávez, señaló que es un tema delicado que está en manos de la Policía, que se esfuerza en encontrarlos.

La mamá de Álvaro llegó ayer a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y contó que la última comunicación que tuvo su hijo fue con su hermano para contarle que unos colombianos les estaban molestando cerca del Montículo. “Le contó eso y después colgaron, y desde ese rato ya no aparecen”, afirmó ayer Carmen Cardozo.

Este dato nuevo surge al margen de la primera hipótesis sobre un presunto accidente que sufrieron los cinco jóvenes al intentar viajar a Coroico, la madrugada del 31 de diciembre del 2010.

Luego de celebrar el cumpleaños de Álvaro, seis amigos se fueron en un vehículo Murano de color beige, con placa 2250-HAD, a San Pedro, donde dejaron a Wilma Ticona. Los cinco restantes continuaron en el coche y desde entonces están desaparecidos. Según informó Cardozo, el miércoles el hermano de Álvaro se comunicó por teléfono con la Policía para contarle en detalle la conversación que sostuvo. “El director de la FELCC (coronel Roberto Campos) me dijo que desde hoy (ayer) se acelerará la investigación”, señaló la mujer.

Sin embargo, las familias continúan impotentes al no saber nada de sus seres queridos desde el sábado. “Que aparezca por favor, tenemos una hija de diez meses. No puedo estar así, sin saber nada de él”, dijo Jelen Aranda, esposa de Víctor Quispe.

Luis Choquevillca, el padre de Danilo, otro de los desaparecidos, informó que se conoce que Luisa Rojas, también del grupo, envió una mensaje de texto a una amiga a las 5:00 del sábado, en el cual le invitaba a ir a los Yungas. “Le decía que van a ir a Coroico y que si la amiga no quería ir con ellos”, contó.

Los familiares de los jóvenes desaparecidos se reunieron ayer en el patio de la FELCC para organizarse y buscar a sus seres queridos.

Tras buscarlos en las vías a Viacha, Copacabana, los Yungas, una y otra vez desde el viernes, ayer acordaron seguir con la búsqueda y delegaron a un miembro de cada familia para que se reúna con los demás e informen sobre lo averiguado al final del día.

“Vamos a seguir buscándolos nosotros, la Policía que nos ayude con sus investigadores y que sigan todas las posibilidades, que no sólo se aboquen a Coroico”, pidió la mamá de Álvaro, con la voz entrecortada.

Los 5 desaparecidos habían coincidido en un boliche de La Paz, no eran amigos

image La Paz, (Oxígeno).- Las cinco personas que desaparecieron la madrugada del 31 de diciembre del 2011 en la ciudad de La Paz trabajaban en la misma oficina, sin embargo, no todos eran amigos. El encuentro de la noche del viernes fue casual en un local mientras celebraban el cumpleaños de dos de ellos.

Marcelo Rollano celebraba el cumpleaños de su amigo de Álvaro Molina y de una amiga de ambos, Luisa Rojas. Luisa cumplió años el jueves 29 de diciembre y Álvaro el viernes 30. Junto a ellos estaba Wilma Ticona. Los cuatro se reunieron en Doña Chela, un boliche juvenil ubicado en inmediaciones de la Plaza del Estudiante, en el centro paceño, contó a Oxígeno, Zenaida Soraite, tía de Rollano.

En el mismo local, pero por otro motivo y en otra mesa, estaban también, Víctor Quispe y Danilo Choquevillca. “Ellos dos conocían a las dos muchachas y se acercaron a saludar, eran sus jefas. Desde ese momento se quedaron en la misma mesa, pero no eran amigos ni de Álvaro ni de Marcelo, entre copas comenzaron a entablar conversación”, contó Soraite.

Todos ellos trabajan en la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia.

Cerca de las 3.00 de la mañana, todos salieron del lugar. En la puerta estaba estacionado un vehículo con placa de control 2250-HAD, color Beige, una vagoneta Nissan, tipo Murano. Pertenecía a Víctor Quispe, desde hace dos o tres años mensajero de la oficina.

“Ese auto lo ha comprado para hacer negocio, no era para su uso personal, y cómo era buen chico y no bebía le dejamos ir en auto a su oficina”, contó la señora Flora, suegra de Quispe.

Una vez fuera del boliche, Marcelo Rollano se dio cuenta que Víctor _con el que había compartido copas esa noche_ no estaba en condiciones de conducir, por lo que se ofreció a llevar el vehículo. El siguiente destino eran las inmediaciones de la Plaza San Pedro, lugar en el que dejaron a Wilma Ticona, específicamente, en la parada de los trufis que suben a Ciudad Satélite, por el lado de Pasankeri.

Esa fue la última vez que fuero vistos. Desde entonces y hasta el momento nadie sabe el paradero de los cinco muchachos.

“Dicen que la muchacha (Luisa) ha llamado a las 6.00 de la mañana a una amiga llamada Susy para invitarla a viajar a Coroico, pero ella le dijo que quería pasar Año Nuevo en su casa, Luisa le respondió que iba a ser un viaje de ida y vuelta, pero ya no se sabe nada más”, contó Soraite.

Álvaro y Marcelo, estudiaron en el colegio Don Bosco, ambos  eligieron la carrera de Ingeniería Industrial. Ingresaron a la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) y posteriormente se cambiaron a la Universidad Católica. Álvaro llegó a ser funcionario de la Administradora de Servicios Portuarios de Bolivia, mientras que Marcelo hacía  pasantías en aquella institución.

Marcelo es el menor de tres hermanos. Los dos mayores deambulan por los Yungas buscando a su “hermanito”, mientras que la madre de ellos retorna a Bolivia desde Italia. Los tres vivían con su tía. El padre de ellos murió.

“Yo puedo poner las manos el fuego por mi Marcelo y Álvaro, es un chico que conocemos años, y estoy segura que la mamá de él (Álvaro) hace lo mismo por mi sobrino. Eran bien amigos y chicos de casa, súper tiernos y responsables”, dijo la tía de Rollano.

Los otros dos amigos

Por el otro lado, están Danilo Choquevillca y Víctor Quispe. Ellos eran amigos de la oficina.

Patricia Conde, madre de Danilo, contó que su hijo es tranquilo, que no se enojaba. “Cuando salía a servirse era tranquilo, yo conocí a Víctor, porque mi hijo me hablaba de él, me decía que era buena persona y congenió bien con él en su trabajo”, recordó. Danilo tiene 28 años, es el segundo de cuatro hermanos y estudió en el colegio Príncipe de Paz.

Víctor es el dueño del vehículo, al parecer lo compró hace tres semanas. Su suegra afirma que toda la familia le prestó el dinero para adquirirlo, la idea era que lo revenda y gane algo más. Actualmente no hay rastros ni del vehículo ni de Víctor.

“Ni un año que está casado, mi hija no puede hablar, sólo está dopada, y su bebé, una niñita de nueve meses, está amartelada, no quiere comer y llora todo el día.  Mi hija está destrozada”, contó Flora, la suegra de Quispe.

Por el momento, tanto la Policía como Bomberos se están movilizando para encontrar a los desaparecidos. Hoy, la Unidad de Bomberos volvió al camino a Los Yungas, para realizar entrevistas con los pobladores, para ver si alguien vio o escuchó algo.

Frases de los parientes

“Estamos sufriendo mucho, no podemos dormir, ni comer nada. Su hermano mayor se la pasa buscándolo, llora mucho pidiendo encontrar a su hermanito, su mano derecha”, Zenaida Soraite, tía de Marcelo Rollano.

“Lo único que quiero es encontrar a mi hijo, a mi Danilo, mi hijo es tranquilo, no reniega de nada, era una persona completamente normal y responsable”, Patricia Conde, madre de Danilo Choquevillca.

“Mi hija está muy mal, no quiere comer no quiere nada, sólo está durmiendo, como dopada, y la bebé está muy amartelada de su papá”, Flora, suegra de Víctor Quispe.