Alfredo Müller confiesa que en la serie de 30 pinturas que muestra desde hoy, se rinde ante la belleza del cuerpo humano y la expresa en la serie de óleos con desnudos Fruta prohibida.“Reverencio la belleza de Gisely Hernández, la modelo cruceña de quien siempre admiré su gracia y finura de gacela, la pinté estilizada. Y Gabriela Prudencio, con su experiencia de conejita Play Boy Nueva York, sabe manejar su cuerpo y darle al arte sensualidad. Aplaudo su capacidad expresiva”, afirma Müller de las estampas que eligió para pintarlas en vivo porque las considera “las dos caras de Eva”. De Antonio Sandoval, su modelo varón, se refiere como “un bello Adonis”.El pintor, muchas veces controversial, convoca a los espectadores a que, lejos de ruborizarse o escandalizarse por un desnudo, recuerden que “el ser humano es la obra perfecta de la creación. Apreciarlo merece veneración. No se queden en la primera impresión, vayan más allá porque el desnudo va cambiando según las épocas”.El desnudo es una constante en la producción de Müller, ante ese hecho, el artista confirma lo que se convertirá en una novedad de su futura producción: “Llegó la hora. Mi búsqueda de la silueta llegó a su fin. Ahora quiero volver a levantar banderas de minorías”, anunció.Frases -Antecedente. “El cuerpo humano tiene un lenguaje que descifra y comunica toda una época y la mentalidad que hubo en ella”-Objetivo. “A través de mis desnudos busco que se lea la primera década del siglo XXI y cómo Santa Cruz se desinhibe”-Planes. “Hay reivindicaciones urgentes, desde la gay. No puedo quedar inmune y apático ante lo que revienta alrededor”El Deber – Santa Cruz