En Bolivia, libra de coca cuesta hasta 10 veces más que una de azúcar debido al narcotráfico

La libra de coca cuesta hasta 10 veces más que la de azúcar y supera en 8 al precio del arroz o del fideo. Cocaleros admiten que el precio de la hoja ha subido por la demanda generada por el narcotráfico.

Libra de coca cuesta hasta 10 veces más que una de azúcar

Dirigentes reconocen que el precio sube debido al narcotráfico.

imageCOMERCIO. La hoja se vende entre 20 y 30 bolivianos en los dos mercados de Villa Fátima. El director del CELIN dice que hay otros factores que aumentaron los precios.



Página Siete, Marcelo Tedesqui V. / La Paz

La libra de coca cuesta hasta diez veces más que la de azúcar y supera en ocho al precio del arroz o del fideo. Un dirigente de los productores y otro de los minoristas reconocen que el precio de la hoja ha subido debido a la demanda generada por el narcotráfico.

Página Siete confirmó que en los dos mercados de la coca de La Paz, ambos en Villa Fátima, el precio de la libra fluctúa entre 20 y 30 bolivianos. En noviembre del año pasado se llegó a vender hasta en 40 bolivianos.

En cambio la libra de azúcar en los puestos de venta de la calle Gallardo, en la zona del Gran Poder de La Paz, llega a tres bolivianos. El arroz y el fideo se comercian en 3,50 bolivianos en este populoso sitio donde se expenden alimentos de primera necesidad. Ahí también se pueden encontrar estos alimentos incluso hasta en dos bolivianos.

El presidente de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) de Yungas, Ernesto Cordero, asegura que la hoja que comercian sus afiliados y que se distribuye desde su organización está controlada y que “bajo ningún punto de vista” se desvía a lo ilegal. Sin embargo, admitió que “los narcotraficantes compran la coca ilegal, generan más demanda, el precio sube un poco y por eso cuesta más que el azúcar o el fideo”.

El máximo dirigente de los comerciantes detallistas de la coca, y del mercado paralelo que acopia y distribuye la hoja de Caranavi y Apolo, Emilio Choque, tiene un criterio similar.

“El narcotráfico influye en la demanda y consecuentemente en la subida de su precio y en que sea más cara que otros productos”, dice el dirigente.

El director de Centro Latinoamericano de Investigación Científica (CELIN), Franklin Alcaraz, considera que ahora la demanda de la coca es muy alta, pero opina que “lo difícil es precisar si ésta se debe solamente al narcotráfico. Hay otros factores”.

El aumento de la demanda, explicó, hace que los precios se incrementen. “Pero el narcotráfico es una actividad encubierta, ilegal. Entonces, es difícil establecer que se deba solamente a eso, pero tiene mucho que ver”.

Los precios, dice Alcaraz, han ido en constante aumento desde “hace mucho tiempo”.

“Eso ocurre, en primera instancia, porque la demanda del producto ha crecido”, explicó el director del CELIN.

Alcaraz hace una aclaración. A diferencia del precio de la coca, el del azúcar “está regulado. Es decir, el Gobierno puede prohibir su exportación. Eso se debe tomar en cuenta”. “La coca debe ser uno de los productos sujeto mucho más a la oferta y a la demanda. No es regulado por nadie, porque obviamente tiene su lado ilícito, encubierto. Además, no paga ningún impuesto, por lo que es de libre comercialización”.

Consumo

Hay que tomar en cuenta que el consumo de coca es menos frecuente que el del azúcar, arroz o fideo. Por ejemplo, una familia de tres personas gasta una libra de azúcar diariamente, comentó uno de sus miembros consultados en el centro de abasto. Una comerciante del lugar que vive con cinco personas dijo que consumen hasta dos.

En cambio, una libra de coca puede durar meses en una familia que la usa sólo para mates, coincidieron cuatro entrevistados por este medio.

Una proyección del Instituto Nacional de Estadística, dada a conocer en 2011, reveló que entre 30 y 35 % de la población de Bolivia pijchea la hoja. En ese grupo hay grandes consumidores.

El operador de una línea de radiotaxis explicó que los choferes que acullican se compran hasta media libra por noche de trabajo.

Familiares de un albañil y de una ama de casa aseguran que llegan a utilizar una libra en uno o dos días.

Trabajo yungueño

Producción. Unos 20 mil productores en Yungas, afiliados a Adepcoca y otros 1.000 de Caranavi y Apolo, producen la hoja y la llevan a los dos mercados paralelos.

Cosecha. Según el presidente de Adepcoca, Ernesto Cordero, por cada taque de 50 libras, cada productor recibe alrededor de Bs 1.000, pero invierten al menos 700 en el procesamiento de la hoja.

Intermediarios. Los productores no pueden vender su producto directamente, lo entregan a ese precio (alrededor de mil bolivianos, Bs 20 por libra o menos) a los comerciantes detallistas que se encargan de llevarlo y comercializarlo en los nueve departamentos del país.

Cocanis. Hay 10.230 comerciantes al detalle. De éstos, 4.800 son miembros de la Asociación Departamental, es decir, son productores y también vendedores.

La venta. Los comerciantes están autorizados a vender hasta 10 tambores de coca por mes, es decir, 500 libras de coca. Mientras que los detallistas de Adepcoca pueden vender hasta 300 libras de coca por mes.

Ganancias. Si comercian toda su producción a 25 bolivianos la libra, los que venden 10 tambores pueden llegar a cobrar hasta Bs 12.500.

Hay una pugna entre mercados

La Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) y la Federación de Comerciantes Detallistas, que controla el mercado paralelo de Caranavi y Apolo, se encuentran enfrentadas.

Adepcoca exige que desaparezcan los detallistas y que los productores puedan vender directamente su producto. Los detallistas se oponen rotundamente porque dicen que los productores no tienen tiempo para producir y luego vender.

Esta semana, el presidente de Adepcoca, Ernesto Cordero, “invitó” a los periodistas “a que investiguen a dónde va la coca que sale del mercado paralelo”, que también funciona en la zona de Villa Fátima.

Ante esto, el principal dirigente de los detallistas y del mercado aludido, Emilio Choque, respondió: “Lo que se tiene que tomar en cuenta que del mercado de Adepcoca sale la coca prensada, conocida como chanchitos, que va directamente para el narcotráfico”, aseveró.

El precio de la hoja se multiplicó por 15 en 19 años

Un cálculo basado en datos del INE. PRODUCCIÓN. Además de la demanda, parámetros como la accesibilidad le suben el precio.

imagePágina Siete / La Paz

 Datos del Instituto Nacional de Estadística confirman que el valor de la coca se multiplicó por 15, entre 1990 y el 2009.

Las cifras no revelan precios específicos. Sin embargo, con datos del INE se puede establecer un índice que fija una base de un punto en 1990. Hasta el 2009 el registro alcanzó 14,9, lo que quiere decir que el precio de la hoja (pagado al productor) se incrementó en casi 15 veces en esos 19 años (ver gráfica).

Por lo tanto, si la coca costaba dos bolivianos en 1989, su precio se habría incrementado a 30 bolivianos al 2009.

Entre 1989 y 1999, no superó los dos puntos; luego tuvo un crecimiento de al menos nueve hasta el 2004: luego bajó a menos de diez hasta el 2007, y de ahí volvió a crecer sin pausa hasta 2009, año en el que bordeó el 15.

No hay datos precisos sobre los incrementos en los precios de la coca en los últimos años.

“No los tenemos porque hoy sencillamente es más difícil encontrarlos”, explicó el presidente del Centro Latinoamericano Investigación (CELIN), Franklin Alcaraz. Especificó que antes los gobiernos publicaban información de las hectáreas netas. “La actual administración publica las erradicadas, pero ya no las netas, lo que complica el cálculo”, especificó.

La Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca) informó oficialmente que no tiene cifras actualizadas sobre los incrementos en los precios de la hoja de coca.

El líder de los comerciantes detallistas de la coca, Emilio Choque, comentó que la hoja “de coca está en precios altísimos. En los años 80 eran bajos, pero se han disparado y tienden a subir. El año pasado hemos llegado a 45 bolivianos la libra en la época de invierno, es decir, de baja producción”.

La coca no se produce en los mismos niveles ni regiones. En algunos sectores de Yungas rinde más que en otros. Actualmente, la zona de La Asunta tiene mayor capacidad de producción que otras en las que la “tierra está cansada”, explicó un productor de Adepcoca. Agregó que eso desata pugnas entre ellos.

Alcaraz explica que además de la demanda, la accesibilidad es el segundo elemento que eleva el precio. “En el oriente y las fronteras del país los precios suben cuando hay bloqueos, inundaciones y otros factores importantes”.

Al respecto, el dirigente de los vendedores minoristas comentó el caso de una comerciante de la hoja que la semana pasada viajó desde La Paz a Pando. “Hasta el momento no ha llegado. Todos los costos que le han implicado en su traslado obviamente incidirá en que su coca subirá de precio. No cuesta lo mismo la coca en La Paz que en los lugares más difíciles de llegar”.

Agrega que el producto que se envía a las zonas fronterizas es seleccionado “con calidad de exportación. Definitivamente, ésa es la que pasa las fronteras”.

El aspecto normativo

Ley 1008 La norma vigente establece que el límite máximo de plantación de coca no debe exceder las 12.000 hectáreas en el territorio en las denominadas zonas tradicionales para este cultivo: Yungas de La Paz y Yungas de Vandiola, en Cochabamba.

Dos leyes El Gobierno anunció para fines de este año el tratamiento de dos normas que reemplazarán a la 1008. Por un lado, la Ley de Sustancias Controladas y por otro la Ley del Régimen de la Coca. La principal discusión de esta última es en qué regiones el cultivo será legal.

Los precios varían de un lugar a otro

Analista Roberto Laserna, Sociólogo y Economista

El precio de la coca refleja el estado de la oferta y la demanda. Y, en este caso, el aumento significativo del precio puede significar que hay restricciones en la oferta y un crecimiento muy grande en la demanda.

Hay una competencia muy grande entre los distintos usos que se le da a la coca. El tradicional, el acullicu; el industrial, que es insignificante y el otro es la gran utilización ilegal de la transformación de coca en cocaína.

Hay que tomar en cuenta que el traficante tiene un margen de ganancia muy grande y está en condiciones de pagar prácticamente cualquier precio por la coca, porque puede multiplicar fácilmente el valor con la extracción de cocaína y su venta en los mercados ilegales.

Eso deja al consumidor tradicional siempre en desventaja, que en muchos casos los consumidores más pobres tienen que resignarse con la del Chapare, que es la más barata.

La coca y la cocaína no tienen mercados abiertos, competitivos, ni precios promedio que tengan vigencia en todo el territorio. Incluso de zonas productoras, como el Chapare, hay un mercado con un precio. Y, en otro mercado más allá, en el que se encuentra la hoja a otro costo.

En esto influyen factores, como la presencia de policías, la afluencia de compradores, etc. Es un mercado con altísimo nivel de incertidumbre para el productor de la hoja.

Hay cierto éxito en la erradicación, eso presiona al productor. Las restricciones en la oferta suben el precio.