Un quiste de 15 kilos puso en peligro la vida de dos personas. La cirugía fue un éxito. “La mujer prácticamente estaba desahuciada, los diferentes centros hospitalarios a los que recurrió no le dieron la esperanza de conservar su vida ni la de su bebé. Pero ella y su esposo no cedieron hasta hallar al equipo médico que la operó y salvó su vida y la de su hijo”. El médico Ariel Tapia relató de esta forma los percances que esta familia vivió antes de llegar al Hospital Juan XXIII. Un tumor gigante y mortal. Tapia, médico cirujano y subdirector médico de este nosocomio, mencionó que la señora, con 36 semanas de gestación, llegó con la presencia de múltiples quistes alojados todos juntos en la cavidad abdominal, con el peligro de que éstos se rompieran en cualquier momento, “la ruptura de estos quistes pueden ocasionar la muerte”.
Dijo que para la intervención quirúrgica, se recetó a la paciente tres semanas de absoluto reposo, y se determinó, con los especialistas del hospital, los procedimientos de la operación. “En la cirugía participaron tres equipos de especialistas, uno a cargo del ginecólogo José del Barco, que se encargó de la cesárea; el segundo, el de neonatología, que atendió al bebé, a cargo del doctor Villafán, y el tercer equipo de cirujanos, a cargo de mi persona, que se ocupó de extirpar el tumor de 15 kilos de su organismo”, explicó el médico. Tapia informó que la operación, realizada el jueves 15, fue todo un éxito, “la bebé nació con un peso de 2.950 kilos, sin complicaciones, la evolución de la paciente fue favorable, por lo que fue dada de alta el martes”. El especialista explicó que los quistes son causados por un parásito que afecta al ganado ovino, vacuno y que también convive con los perros. “Se puede decir que el ser humano es un huésped accidental, este parásito, una vez que ingresa al organismo, lo que hace es crear un quiste para vivir y reproducirse”.
El especialista destacó que lo sobresaliente de la historia fue el rol que jugó el padre, porque recibió malas informaciones, “en algunos lugares le dijeron que su esposa e hija iban a morir, en otros le sugirieron practicar un aborto para salvar la vida de su esposa, o viceversa. Él estaba desesperado, pero logramos salvar ambas vidas”. 3 horas duró la intervención que logró salvar la vida de una madre y su hija. “Estos casos son los que realmente te llenan de satisfacción como profesional médico. Le pudimos regalar al padre la vida de su esposa e hija, luego de que le pronosticaran que las perdería”.
Fuente: Jhon Arandia, Todo A Pulmón, Cadena A..
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