Los derechos de la madre tierra y los derechos humanos

Daniel A. Pasquier RiveroLa Cámara de Diputados ha aprobado la Ley de Trato Preferente sobre el proyecto de Ley para personas con discapacidad 0170/2012-2013 con algunas modificaciones de Senadores. Se sanciona el bono de 1.000 Bs para cada persona con capacidad diferente (PCD) hasta el 2020. ¿Cómo dijo el Vice? Quedan atrás las solicitudes de un bono único de 5.000 Bs, la polémica diferenciando a los menos graves de los graves y muy graves , el bono único de 3.000 Bs ofrecido a las PCD por el MAS durante la campaña electoral, el sacrificio “inútil” de una “marcha” por más de 1.000 kilómetros de personas que en su mayoría no pueden marchar porque no pueden físicamente caminar, el muerto en la carretera por el sometimiento a duras condiciones climáticas y las limitaciones fisiológicas de los marchistas, el “encontrón” con los policías en su intento de entrar a manifestarse en la Plaza Murillo y, todavía, la vigilia mientras se discutía el proyecto de ley. No es poco, y todo, por 1.000 Bs/año, equivalentes a 143 USD. ¿Realidad o ficción? Hay que estar en el Estado Plurinacional para verlo y creerlo. Evo Morales ha sido consecuente, notorio, siempre cuando se trata de limitar libertades o respetar derechos a las personas. En la XV Cumbre del Cambio Climático lo anunció con claridad (Copenhague, Dinamarca, 17 de diciembre del 2009), parece que después de profundas reflexiones, “Hemos llegado a la conclusión, queridos presidentes, delegaciones que están presentes acá, que en este milenio es más importante defender los derechos de la madre tierra que los derechos humanos”. Estas declaraciones no pasaron desapercibidas entre personas para las cuales las palabras significan algo; tampoco entre los que tienen a flor de piel el sufrimiento, la postergación, la exclusión de millones de personas del ejercicio de sus derechos fundamentales. Por supuesto, sobrepasaba la comprensión para aquellos que, otra del mismo gobierno, consideran que no es lo mismo tratar sobre el sexo entre piedras que sobre el ejercicio pleno de la sexualidad entre seres humanos. Quizás por esa razón las explicaciones oficiales no sean creíbles. El ministro de Gobierno ha negado que la Policía “haya reprimido a los discapacitados”, al contrario, “Existió provocaciones a la policía. Tenemos tres policías heridos. Resguardaron la Plaza Murillo. No usaron gases lacrimógenos”. Están las fotos; los electroshock existieron. Aquí no sirve la comparación entre David y Goliat, porque a pesar de las diferencias David no era una PCD. El tema es que no se debió llegar nunca a esa instancia. ¿Cuántos días han pasado desde la oferta electoral, o desde que se anunció la marcha? Los operadores del gobierno siguen demostrando su preferencia por el enfrentamiento y el consecuente sometimiento a palos; después de seis años no se puede alegar desconocimiento o impericia. Tan lamentable es la violencia contra los policías como contra las PCD, aunque a los primeros les pagan para dar palo y los otros reciben palo por lo que reclaman. No es lo mismo. Y la responsabilidad, tampoco; el tiempo y la justicia se encargarán de demostrarlo. La Plaza Murillo simboliza el centro del poder, pero no es el poder. Cualquier ciudadano de este país y los visitantes de otros deberían tener garantizada la entrada a ella, sin dificultad, sin problema, más aún, sin violencia. El mensaje a los bolivianos es distinto, muy distinto, si desde allí salen imágenes de palomitas comiendo alpiste de las manos de los transeúntes o se proyecta por los medios la batalla diaria que libra el gobierno en la última trinchera en su guerra contra todos. Parece que el mayor tesoro, no escondido sino manifiesto, es la soberbia escondida detrás de esos vetustos ventanales del Palacio Quemado. Soberbia y miedo, al parecer. Porque inmediatamente a los últimos sucesos se anunciaba la compra de un lote adyacente al palacio para la construcción de un helipuerto, la puerta de salida. Habrá todavía que preparar al personal de seguridad a resistir hasta lo último, para dar tiempo a que los que se retiran arríen la bandera nacional, whipala y tricolor; también habrá que considerar la posibilidad de que por falta de tiempo haya que decidir por cuál de las dos, y dar la instrucción pertinente para caso de emergencia extrema. Los recursos existen, al menos eso dice el Ministro de Economía y Finanzas Públicas. Se trata de darles a los 160 o 200 millones de bolivianos (MBs) el destino más adecuado. El bono de 1.000 a 40.000 PCD no agotarían esos recursos: serían 40 MBs. Con el resto, buscar soluciones de fondo. Primero, intentar la rehabilitación, hasta donde se pueda técnicamente, que es mucho. Plan a diseñar con el Ministerio de Salud y las instituciones involucradas. Después, capacitación laboral, porque la falta de un miembro o de varios no es limitante para capacidades restantes, principalmente las intelectuales. Hay infinidad de experiencias positivas. Ahora, sino no está el dinero retirado de la contribución a los partidos políticos, eso es otro cantar; entonces, el de Economía, la Contraloría, el Ministerio de Transparencia, quizás aplicando la Ley Marcelo Quiroga, a ponerse detrás de las huellas de los milloncitos. No hay crimen perfecto, dicen. Está claro que los Derechos Humanos no interesan. El Vice hace noticia en CNN, desde Méjico, sobre Yucumo “Hubo una represión que no fue enviada por autoridades del Gobierno” y, poco después, sin apuntar soluciones a las PCD ataca a su representante, el diputado Estívariz, como el “chómpiras” de Branco Marinkovic. Curiosa coincidencia, nada menos que con el Gobernador de Santa Cruz, que se refiriere al ex presidente del CPSC en términos lamentables, cuando la lealtad es el primer requisito en tiempos de convocatoria a la unión de los cruceños, para retomar el rumbo: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. En fin, reclamamos, por delante los DDHH y después, a quedar bien con la Pachamama.