“Oportunidades vitales”

Susana Seleme Antelo

seleme Son aquellas descritas por Ralf Dahrendorf en su libro del mismo nombre, como pauta para comprender el desarrollo y el progreso de las sociedades humanas.

La sociedad boliviana actual será mejor comprendida si asume la necesaria unidad política como ‘oportunidad vital’ para recuperar la democracia conculcada por los impulsos totalitarios y “para siempre” del presidente Evo Morales y los suyos.



No se trata solo de la unidad de la oposición política a su Gobierno, dispersa, desestructurada y sin capacidad de reacción ante los embates del autoritarismo, sino también de la sociedad civil, la organizada y la de pensamiento crítico que deambulan sin meta.

No es la unidad por la unidad solo para ganar al Gobierno unas elecciones aún lejanas, en 2014. Es la oportunidad vital para que la débil oposición política y también la sociedad civil tengan la posibilidad de ejercer y reconocer la sabia lógica de la política: la de los acuerdos, la negociación y los pactos tan vilipendiados, gracias a los cuales, sin embargo, pronto hará 30 años de recuperación democrática de las dictaduras militares.

Oportunidad vital para recuperarla hoy de los impostores que se subieron al carro de la historia con manto de demócratas, para luego mostrar lo que son: confusa rémora jacobino-estalinista-nacional-populista, revanchista-étnica e implacable depredadora de los pueblos indígenas y de la naturaleza.

Oportunidad vital para lograr la unidad política sin pensar solo en ‘primarias’, duplas o candidatos, sino para ofrecer al país la opción de construir ciudadanía democrática más allá del voto.

Oportunidad vital para dar fin a la degradación de la convivencia en democracia sometida a la judicialización de la política, violación de derechos humanos y civiles, embates a la libertad de prensa y al pensamiento contestatario, incompetencia en la gestión gubernamental e improvisación de la política económica.

Oportunidad vital para hacer un elogio a la democracia sin más adjetivos que la defensa de los derechos del hombre, de la libertad y de la igualdad sin extravíos ideológicos ni de izquierda ni de derecha.

Oportunidad vital para mirar y reconocer la totalidad del país, respetando sus diversidades múltiples, sus orígenes y sus históricas demandas de autonomía o federalismo, que no son separatistas.

Oportunidad vital para construir juntos una alternativa de gobierno seria, coherente y de largo plazo, que rescate al país del marasmo demagogo, anómico y casi suicida de hoy.

Oportunidad vital para la reconstrucción del sistema político y de los partidos, revalorizar su papel como correas de transmisión entre el Estado, el Gobierno y la sociedad, y para poner coto a los movimientos sociales cocalero-informales.

Oportunidad vital para ofrecer al país partidos con ideología, estructura orgánica, programa, democracia interna y liderazgos, no minipartidos o agrupaciones ciudadanas meramente electoreras, en las que el ciudadano carece de representatividad y participación políticas.

Oportunidad vital para tener partidos que aspiran al poder, pero no como comparsas para provecho propio, repartir prebendas y corromper conciencias, sino para dar más oportunidades vitales a más bolivianos.

Oportunidad vital para presentar a Bolivia una visión distinta de país, unido pero diverso, y para hacer frente al proyecto de poder dominante y “para siempre” del oficialismo.