La prestigiosa revista brasileña Veja acaba de revelar presuntos vínculos entre el “hombre fuerte” del gobierno de Evo Morales, el ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana, y el narcotraficante Maximiliano Dorado.
La contundente investigación periodística señala que, de acuerdo a un informe de inteligencia de la policía boliviana, el 18 de noviembre de 2010 Quintana (por entonces director de la agencia estatal de fronteras ADEMAF) y Jessica Jordan (directora regional de desarrollo en El Beni) acudieron al domicilio de “Max” Dorado en Santa Cruz de la Sierra, a donde “entraron con las manos vacías y salieron 20 minutos después con dos maletines”.
Según lo divulgado por Veja, el informe de inteligencia explica que la agencia dirigida por Quintana controlaba las fronteras con el estado brasileño de Rondonia, donde Dorado poseía una decena de haciendas en las que sus secuaces recogían paquetes de cocaína lanzados desde avionetas bolivianas.
Actualmente, el narcotraficante cumple pena de prisión en el penal de máxima seguridad de Catandivas, en Paraná, tras ser capturado en territorio boliviano por efectivos de la fuerza antinarcóticos del Brasil.
“Han surgido evidencias de que la complicidad del gobierno boliviano con el narcotráfico va más allá de una simple defensa de los intereses de los cocaleros”, dice Veja, en una frase lapidaria.
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La publicación también indica que a Quintana “se le atribuye la sugerencia, acatada por Morales, de expulsar del país a los agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA)”.
¿Comienza a entreverse la clave del amplio poder de un funcionario que no posee bases políticas propias?
Además, el artículo comenta el supuesto lazo que existió entre el fallecido Raúl García, padre del vicepresidente, con cárteles colombianos, a los que habría ayudado flexibilizando los controles en la Aduana del Aeropuerto de Viru Viru, en Santa Cruz.
“Narcotraficantes colombianos que aseguran haberle dado un apartamento en Santa Cruz al padre del vicepresidente a cambio de protección para que despeguen determinados aviones, dicen tener pruebas de esto”, afirma la nota.
Pero Veja también apunta más alto en la cadena jerárquica, agregando que el informe fue realizado por agentes “sorprendidos ante la incapacidad del presidente de percibir la podredumbre de su entorno”.
¿Estamos ante la punta del iceberg y los secretos del Narco-Estado comienzan a salir a la luz pública?
¿Veremos a varias autoridades del actual gobierno ponerse un traje naranja, como ya le tocó al general Sanabria en Miami?