Jimmy Ortiz SaucedoNoticia: Los concejales suplentes suspenden a sus titulares (El Deber 18-07-12).- Siete concejales de la capital quedaron suspendidos ayer de sus funciones en una sesión en la que fueron habilitados los suplentes de los cinco ediles impedidos de acudir al organismo deliberante y en la que reasumió la presidencia Desirée Bravo, que había sido suspendida el 19 de marzo. Comentario: La tierra que lleva el nombre de La Cruz de Cristo vive tiempos difíciles. Somos un pueblo que ha vivido muchas vicisitudes en nuestros 451 años de existencia. Somos una Nación con una larga lista de tribulaciones, de heroísmos, de esfuerzo sin fin, de vida y de muerte, de valientes y también de traidores. Este último es un arquetipo del que no se pudo librar ni el mismísimo Maestro de Nazaret.Imagino la inmensa tristeza y el desconcierto de la Santa Cruz primigenia, con la muerte de su ideólogo y fundador Ñuflo de Chaves. Cuan desorientada se debió sentir la ciudadanía. La muerte de su Alma Mater no era una cosa menor. Muchos pensaron que éste era el fin.Pero la ciudad siguió adelante, tenía un destino glorioso que cumplir. Las Fuerzas Espirituales de sus protectores, le infundieron el coraje y la sabiduría para seguir adelante, a pesar de los negros nubarrones.Me imagino la tristeza de Santa Cruz en tiempo de la Republiqueta, con la batalla del Pari en sus propias goteras. Como sufrirían las madres, esposas e hijos al ver a sus hombres luchando por la libertad. Como resonaría en sus almas los ecos de la batalla más sangrienta de la guerra por la independencia americana. Como sería de doloroso ver el ejército enemigo entrar en su ciudad amada.Pero la ciudad siguió adelante, tenía un destino glorioso que cumplir. Las Fuerzas Espirituales de sus protectores, le infundieron el coraje y la sabiduría para seguir adelante, a pesar de los negros nubarrones.Me imagino la tristeza de la Santa Cruz de los años cincuenta, con la invasión del los salvajes ucureñas, acompañados por “nuestro glorioso ejército nacional”, enviados por el centralismo alto peruano para asesinar y vejar nuestra tierra. Igual que después de la batalla del Pari, huestes extrañas hollaron nuestro sagrado suelo, sembrando la muerte y el terror.Pero la ciudad siguió adelante, tenía un destino glorioso que cumplir. Las Fuerzas Espirituales de sus protectores, le infundieron el coraje y la sabiduría para seguir adelante, a pesar de los negros nubarrones.Me imagino la tristeza de la Santa Cruz del año 2012, viendo profanada su democracia. Viendo mancillada la voluntad popular. Viendo en peligro las autoridades que el propio pueblo eligió directamente en las urnas. Viendo a fiscales del centralismo alto peruano, violando la voluntad popular. Viendo a interventores puestos a dedo, con más poder que la voluntad popular.Me imagino la tristeza de ver a sus autoridades tranzando con el enemigo que perdió en las urnas, en un acto de brutal cobardía y falta de consecuencia política con su pueblo. Fueron autoridades solo para los momentos fáciles, en los momentos difíciles les falto valentía. Nos recordaremos de ellos como nos recordamos del tristemente célebre Prefecto Haroldo Zambrana Cronenbold, de 1959. Pero la ciudad siguió adelante, tenía un destino glorioso que cumplir. Las Fuerzas Espirituales de sus protectores, le infundieron el coraje y la sabiduría para seguir adelante, a pesar de los negros nubarrones.Luchar y lucha, esa es la vida. Seguiremos luchando palmo a palmo, los poquíiiiisimos espacios que quedan de democracia. Seamos pocos, seamos muchos, no nos rendiremos. Mientras una vela siga encendida, el fuego sagrado seguirá con nosotros. Seguiremos porfiando en busca de la democracia, aquella de hombres libres, donde se respeten los Derechos Humanos y se pueda disentir en armonía, para construir entre todos la Patria que soñaron en Membiray, Antonio Suárez, el Cacique Birinday, Eustaquio Moldes, Cañoto y el cura Salvatierra, la Patria que no ha podido llegar hasta el presente. Y no tengan duda, que saldrá el sol nuevamente en esta tierra bendita, como lo fue siempre. La Santa Cruz es invencible.