Dictadura, la Madre oculta el cuerpo de Ibsen

Investigación. A 41 años del golpe de Banzer, una pesquisa fiscal señala a un predio urbano de Santa Cruz como el sepulcro de José Luis Ibsen, uno de los 76 desaparecidos de esa época.

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Dictador. El general Hugo Banzer da un discurso desde el balcón Palacio Quemado, luego de ser posesionado como jefe de Estado tras el golpe de 1971

Ruy G. D’Alencar Delgado, EL DEBER

Trémulo, inquieto. Se oye tenso al hablar, agita las manos excesivamente. El hombre está a punto de decir algo importante: “A José Luis Ibsen lo mató Ernesto Morant, uno de los agentes represores de Banzer (1973). Enterraron su cuerpo en una propiedad ubicada en Santa Cruz, al final de la avenida Piraí y quinto anillo”, revela Tito Ibsen Castro, hijo de uno de los 76 desaparecidos de esa dictadura. Tito luce una expresión de desahogo, como si al fin pudiese respirar luego de 39 años de buscar a su padre asesinado. Hay una luz al final del túnel.

Acaba de desvelar el contenido de una declaración jurada, considerada clave dentro de la investigación que sigue la Fiscalía para identificar a los responsables de los delitos de lesa humanidad, cometidos durante el gobierno de facto de Hugo Banzer Suárez y sus colaboradores (1971-1978). La noticia golpea la memoria de este país que aún no se reconcilia con su pasado. Tito ha llegado a Santa Cruz desde La Paz acompañando a los fiscales Fernando Cabrera y Jon Garnica para inspeccionar el lugar. Es mitad de julio. EL DEBER sigue el caso desde esos días hasta ahora, cuando se cumplen 41 años del golpe militar (19, 20 y 21 de agosto de 1971) que introdujo la Operación Cóndor al país.

La versión citada es la declaración del coronel de Policía Elías Moreno, comisario de la cárcel de El Pari durante ese gobierno de bota militar. Años después, al ser enjuiciado, Moreno se brindó como testigo y declaró de esta manera, poco antes de morir (2008). Algo que consta en uno de los 28 cuerpos que tiene el archivo del caso, cuenta Tito.  Este testimonio orienta la pesquisa de la Fiscalía.

La noticia insinúa que hay un desaparecido que puede aparecer. El lugar señalado como sepulcro clandestino de Ibsen es un predio de miles de metros cuadrados, enclavado al suroeste de la ciudad, en una zona que en la Santa Cruz de antaño era conocida como ‘La Madre’, dicen los vecinos (Radial 19, Curichi La Madre, Radial 17 y ½, barrio Ambrosio Villarroel y Km 12 a La Guardia). Antes, había información ambigua sobre el paradero de estos restos. Hoy existe más precisión.

José Luis Ibsen Peña (48) ‘desapareció’ de la cárcel de El Pari en febrero de 1973, al año siguiente del asesinato y desaparición de su hijo mayor Rainer Ibsen Cárdenas, en junio de 1972. Ambos fueron detenidos en Santa Cruz. A Rainer (26) lo capturaron en octubre de 1971 y en junio de 1972 fue asesinado en La Paz. El padre comenzó a buscar los restos del joven, hecho que le costó su trabajo de abogado de YPFB y la vida misma.

Al ‘desaparecer’ a José Luis, la dictadura le robó el esposo a Martha Castro y privó a Rebeca (11), Tito (7) y Raquel (3 meses) de tener un padre y una vida normal. Los chicos crecieron rodeados de miedo, paranoia y dolor, igual que las familias de los 76 desaparecidos y 85 asesinados por este régimen.

De acuerdo con Tito, el caso Ibsen fue abierto por su hermana mayor Rebeca en 2000. Desde entonces ha pasado por más de 100 juzgados, de los que 37 jueces se excusaron. El caso de Rainer se tomó por separado al de su padre. Los cargos son secuestro, vejaciones y torturas, desaparición forzada y asesinato. Las acusaciones apuntan al que fue el entorno político de Banzer.

En 2008, los restos de Rainer fueron recuperados por la familia Ibsen. En 2009, los Ibsen llevaron sus demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), junto con las causas de los desaparecidos Carlos Trujillo y Hugo Ticona. En 2010, la corte falló a favor de las víctimas de los militares y en contra del Estado.

El fiscal Cabrera explica que el juicio está en su etapa conclusiva, que con estos pasos el Estado cumple el fallo de la CIDH, dictado en septiembre de 2010 en favor de los Ibsen. Cabrera cree que hay evidencia para acusar a los colaboradores del exdictador y se tiene una idea de donde buscar los restos de José Luis. En la última semana de julio, los fiscales Cabrera y Garnica, junto con Rebeca, Tito y Raquel Ibsen van a visitar este predio de La Madre. Tito, que hoy es el apoderado de los Ibsen, aún no se confía. Raquel llora el recuerdo de un padre al que nunca conoció.

Justo Sarmiento, que fue agente civil bajo el mando de Moreno y que cumple un arresto domiciliario en Santa Cruz, ratifica la versión de que Ibsen fue asesinado por Morant y que sus restos se ocultaron en algún lugar de La Madre, cerca del Piraí.

Sarmiento, de casi 78 años, se declara inocente. Asegura que él fue un ‘peón’ de la dictadura y apunta a quienes, según él, eran los que dirigían el aparato represor de Banzer: general Mario Adett Zamora, ministro del Interior; Antonio Elío, subsecretario del Ministerio del Interior; Percy Gonzáles, jefe de Inteligencia; Ernesto Morant, jefe de la Dirección de Investigación Departamental (DID);  Oscar Menacho, subjefe de la DID y Elías Moreno, jefe de El Pari. Estos mismos nombres se manejan en la investigatición. Fiscales, la familia Ibsen y Sarmiento coinciden en que estas personas son las llamadas a ubicar el lugar exacto donde se enterró a Ibsen.

Gonzáles admite que trabajó para la dictadura en el Ministerio de Salud, pero no ocupó cargos de Inteligencia, dice. Sostiene que no sabe de desapariciones y que ya fue absuelto por un juez.

Adett Zamora, en una entrevista con EL DEBER, negó haber ordenado las desapariciones de los Ibsen, pero admitió su participación en la Operación Cóndor. Moreno, Morant y Menacho están muertos y Elío está prófugo. Tampoco se pudo conocer la versión de Yolanda Prada viuda de Banzer, pese a que se intentó hablar con ella.

El paso que sigue es la audiencia conclusiva del juicio que debe realizarse en un par de meses. Los fiscales citarán a quienes se les encuentre responsabilidades. Ahora Tito está más relajado. Ya volvió a La Paz. Dice que ya está pensando en buscar un equipo de antropología forense para ubicar y desenterrar a su padre.

«Un cuarteto controlaba todo»

Justo Sarmiento Alanes / ExSecretario de la cárcel de El Pari

-¿Cuál fue su papel en la dictadura de Banzer?

Era secretario de la Comisaría de El Pari, luego llegué a comisario jefe. Teníamos varias funciones. Hacíamos Inteligencia para evitar que haya reuniones.

-¿Por qué detuvieron a Rainer y a José Luis Ibsen?

Desconozco eso. Son datos de otro nivel. Los que saben de eso son Percy Gonzáles, Antonio Elío, Ernesto Morant y Óscar Menacho. Ese era el cuarteto que sabía de las actividades políticas. El Gral. Adett Zamora nombra a Juan Antonio Elío como subsecretario del Ministerio del Interior para que controle la convulsión política

-¿Qué responsabilidad tuvo en el caso Ibsen?

Yo demostré que nada tuve que ver. Que busquen a Percy Gonzáles, a quiénes han participado en el control político.

Las deudas del Estado

El presidente de la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd), Alberto Aparicio, recuerda que el golpe de Banzer dejó 76 desaparecidos y 85 asesinados, además de cientos de exiliados y torturados.

Para Aparicio lo relevante es que la mayoría de estos casos no ha recibido resarcimiento del Estado boliviano. “El caso de Carlos Trujillo, el de Hugo Ticona y el de los Ibsen son algunos de los procesos que han avanzado, el resto nada. Hay más de 30 procesos en trámite contra el Estado y siete juicios de familiares de víctimas fueron rechazados por la justicia en tiempos de Evo Morales.

De acuerdo con funcionarios del Ministerio de Justicia, el problema para el resarcimiento pasa por la justicia y por la aplicación de la Ley 2640, aprobada en 2004. Esta ley  establece pagos que dependen en un 80% de fondos de cooperación externa y un 20% con recursos del TGE.

Prestos a cooperar

Silvana Turner

Equipo Argentino de Antropología Forense

En primer lugar, quiero aclarar que no hemos recibido todavía ninguna solicitud directa de la familia Ibsen ni del Estado boliviano para apoyar la búsqueda de los restos de José Luis Ibsen. Sin embargo, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) está presto a apoyar a las víctimas de las dictaduras para encontrar a sus familiares desparecidos.

El EAAF tiene un largo antecedente de cooperación con los países de América Latina en esta materia. Nosotros ya trabajamos en Bolivia y conocemos el caso Ibsen. Antes apoyamos al IDIF de Bolivia en el proceso de identificación de los restos de Rainer Ibsen. Sobre como abordar la investigación, primero debemos documentarnos, conocer testimonios, estudiar el predio señalado, ver si hubo alteraciones al entorno del terreno. En antropología forense no hay fórmulas que se apliquen a todas las investigaciones, así que ahora es prematuro hablar de búsqueda con georradar. Debemos hacer un diagnóstico.

   La dictadura banzerista   

– El golpe. En su condición de coronel de Ejército, Banzer tomó el poder el 21 de agosto de 1971, tras derrocar al genral Juan José Torres, con el respaldo del jefe del MNR, Víctor Paz Estenssoro, y de la Falange Socialista, de Mario Gutiérrez.

– Plan Cóndor. De acuerdo con el general Mario Adett Zamora, exministro del Interior de Banzer, este fue uno de los primeros en vincularse al Plan Cóndor, un sistema de control político militar de todos los estados latinoamericanos, guiados por el Gobierno de los EEUU.

– Masacres. En 1974, la dictadura lanzó  un paquete de medidas económicas. Los campesinos iniciaron un bloqueo de caminos; el régimen respondió con una masacre en Epizana y Tolata, con el saldo de 80 muertos.

– Caída. Una huelga de mujeres mineras, entre ellas Domitila Chungara, presionó a la dictadura. Banzer fue obligado a dejar el poder en 1978.