Simón Reyes dejó inédita una vasta documentación testimonial

El exejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) murió el jueves por la mañana. Deja una importante herencia documental; Filemón Escóbar destaca su papel en la Marcha por la Vida.

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Despedida. Velorio de Simón Reyes en Santa Cruz. No católico, sobre su ataúd destaca la bandera comunista.



La Razón / La Paz, Santa Cruz

El ex secretario ejecutivo de la COB y dirigente del Partido Comunista de Bolivia (PCB) Simón Reyes Rivera falleció ayer. Uno de los legados poco conocidos que dejó al morir es una importante documentación testimonial y libros en preparación.

“Estaba en preparación un trabajo sobre la nacionalización de las minas que creo que tenía que publicarlo ahora (…) pero además ha dejado una serie de casetes que están en manos del Partido (Comunista) sobre muchos otros acontecimientos”, reveló a La Razón el dirigente del PCB y hoy embajador de Bolivia en México, Marcos Domich. “Particularmente es interesante su opinión, porque ha sido testigo histórico del surgimiento y la génesis de la guerrilla de Ñancahuazú (de Ernesto Guevara)”, destacó.

Por su parte, la hija del dirigente comunista, Ana María Reyes, indicó que en los últimos años él estaba abocado a escribir una obra relacionada con la historia del movimiento sindical en Bolivia; en este material, contaba todo lo que le tocó vivir como dirigente obrero.  “Por ahora no sabemos qué va a suceder con ese material, ya el tiempo lo dirá; por el momento no podemos adelantarnos”, expresó.

Aparte del material inédito, Domich destacó algunos testimonios ya impresos poco conocidos, como el texto La palabra de los comunistas en el parlamento, que contiene sus intervenciones en la Cámara de Diputados. “También hay un folleto interesantísimo, (que titula) La marcha por la vida, en el que hay una explicación completa de lo que fue ese acontecimiento”.

Reyes falleció a pocas semanas de cumplir 80 años. Una infección pulmonar acabó con su vida; había estado 14 días internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la clínica Incor de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde residía.

Su hija Ana María recordó que su padre, pese a su avanzada edad, seguía involucrado con los movimientos laborales. “Constantemente estaba en contacto con los dirigentes del sector laboral, quienes lo buscaban para que (él) les oriente en temas relacionados con la lucha de los trabajadores bolivianos”.

Ana Montaño de Reyes, esposa del dirigente cobista, relató que hace seis años la familia se trasladó de la La Paz a Santa Cruz por problemas de salud de Simón Reyes. “Él nunca ha dejado de aportar a la clase sindical; pese a su enfermedad, continuaba dándole apoyo a los dirigentes de los trabajadores”.

Condolencias. El presidente Evo Morales, en Santa Cruz, expresó su dolor personal por la muerte de Reyes. “Dolor para mí la pérdida de un dirigente político y sindical histórico”, dijo. El Jefe del Estado, según el reporte de la agencia estatal ABI, recordó haber conversado recientemente con Reyes, quien le manifestó —dijo— su respeto por el proceso de cambio que tiene lugar en el país desde 2006.

“Me expresó su profundo respeto por el proceso de cambio; por eso el Partido Comunista es nuestro aliado”, sostuvo el Mandatario, quien además destacó la lucha que el viejo dirigente libró contra las dictaduras militares de 1964 y 1982. La Cámara de Senadores también llevó adelante un acto de homenaje al ex secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB).

“Este acto pretende hacerle un homenaje póstumo a Simón Reyes (…) Nos deja ahora la responsabilidad de crear un nuevo Estado”, señaló la presidenta del Senado, Gabriela Montaño, quien mencionó, según ANF, que el acto surgió a iniciativa del Primer Mandatario. Para el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, Reyes fue “una persona muy prudente, con una gran capacidad para negociar”.

Recuerdos de un dirigente

79 años

Simón Reyes Rivera nació en la ciudad de Tarija el 5 de enero de 1933.

Dirigente

Siendo muy joven (19 años), presidió el directorio fundacional del Partido Comunista de Bolivia, entre 1950 y 1951.

Minero

Estuvo al frente de la Federación de Mineros en la histórica Marcha por la Vida, en agosto de 1986.

COB

Fue secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) entre 1987 y 1988; sucediendo a Juan Lechín O.

Cambio

En reciente entrevista mostró su desacuerdo con el predominio cooperativista en la minería.

El exdirigente y la Marcha por la Vida

La Marcha por la Vida y la Dignidad, realizada en agosto de 1986 contra el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, es uno de los acontecimientos obreros con el que directamente tuvo que ver Simón Reyes. Él y Filemón Escóbar eran los dirigentes máximos de la Federación de Mineros, entidad que dirigió la Marcha. Con alrededor de 5.000 mineros, cercados en Calamarca por fuerzas militares, la decisión de radicalizar la movilización o ceder ante el freno estatal, fue una de las responsabilidades mayores que tuvieron que asumir Reyes y Escóbar, destaca este último:

“Los dos hemos acaudillado la Marcha por la Vida; y nos opusimos los dos a romper el cerco de Calamarca, con un argumento dramático: rompemos el cerco y tenemos mil muertos”; pero tener este costo  y “no ser dueños del Palacio de Gobierno es una derrota; la gente entendió eso y retornaron a las minas”.

Para Escóbar, Reyes fue “un luchador social, en primer lugar, y un luchador contra las dictaduras militares (…) la democracia que ahora goza el país es gracias a la lucha de Simón”. A las nuevas generaciones, dice Escóbar, él les diría que “sean honestos consigo mismos, Reyes nunca engañó a la clase obrera, no jugaba a la maniobra política”.

En la COB fue una alternativa a Lechín

Como dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Simón Reyes fue una alternativa al líder histórico Juan Lechín Oquendo. Reyes se diferenciaba de Lechín por su orientación ideológica, afirmó el miembro del Partido Comunista, Marcos Domich.

“Simón Reyes era un marxista y se formó en las filas del Partido Comunista, en tanto que Juan Lechín Oquendo era nacionalista y se formó en las filas del Movimiento Nacionalista Revolucionario”, destacó el dirigente.

Luego de que Lechín estuviera al frente de la COB desde la fundación misma de la Central Obrera (abril de 1952), hasta 1987, fue Simón Reyes quien precisamente le sucedió en el cargo. Para Domich, con Reyes se inició la fase socialista de la COB, a diferencia de la “nacionalista” bajo Lechín.

“(1987) fue un momento histórico para el movimiento obrero porque la clase obrera y todas las organizaciones que forman parte de la COB, (ahora) estaban bajo una orientación socialista, superando la etapa nacionalista revolucionaria; planteándose que en el país era posible la liberación nacional y la construcción del socialismo”, destacó Domich. Luego de Reyes vinieron Óscar Salas y Édgar Ramírez.

El Defensor destaca su  aporte a la democracia

El defensor Rolando Villena y todo el personal de la Defensoría del Pueblo rindieron ayer su homenaje a la memoria del “dirigente, líder social y amigo Simón Reyes”, ex secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB) y uno de los pilares de la recuperación de la democracia en Bolivia.

“Simón Reyes pertenece a la generación de hombres y mujeres que hicieron de los ideales de justicia y libertad, verdaderos principios de lucha y de acción, entregando sus vidas por la utopía de construir una sociedad libre y justa donde haya más igualdad, menos pobreza y mayor participación”, destaca un comunicado del Defensor del Pueblo.

“En esa generación, Simón fue uno de los más valiosos líderes y de las personas más comprometidas con los derechos de la clase trabajadora del país, y en su lucha debió sufrir la violencia, la persecución y el exilio, sin que su espíritu se doblegara ni sus ideales se menoscabaran”, sostiene.

“Los cambios logrados en democracia tienen marcas del pensamiento, consecuencia y  lucha de Reyes. Nuestro homenaje en el día de su partida es el compromiso de continuar abriendo la senda de la liberación”, finaliza el Defensor.

‘Si me piden qué destacar de él, diría su consecuencia’

Édgar Ramírez – ‘Huracán’, como le dicen al también exlíder de la COB (1996-1997), fue uno de los compañeros de lucha y de oficio de Reyes en las minas. Apenado por su fallecimiento, el epitafio que escoge es: “Vamos a ser consecuentes como lo fuiste en tu vida”.

image Archivos. Ramírez muestra los documentos de Reyes minero.

La Razón / La Paz

— Qué pena que tengamos que vernos para hablar de Simón Reyes…

— Ha sido un compañero de los más consecuentes. Si me preguntan qué hay que rescatar más de Simón, diría su consecuencia. ¿Algo más? Nada más su consecuencia. Fue uno de los dirigentes que enalteció al movimiento sindical boliviano. Yo encuentro solamente a tres compañeros del nivel de Simón; no hay un cuarto: Juan Lechín Oquendo, Víctor López Arias y Federico Escóbar Zapata.

— ¿Y Huracán Ramírez?

— No puedo ser comparado con los hombres que están por encima de la dimensión humana.

— ¿Cómo comenzó Simón Reyes a trabajar en las minas?

— Simón marchó a Potosí entre  1954 y 1955. Era lo que se llamaba “funcionario del Partido Comunista”. Como dice su contrato, su ocupación fue zapatero y, desde luego, el trabajar en Comibol era todo un privilegio. Decidió trabajar porque creyó ser mejor carrero que zapatero.

En muy poco tiempo descolló como líder sindical. Entre estos papeles (su file en la Empresa Minera Unificada de Potosí) está la primera comisión que recibió en 1959. Y esa carta es una autorización de viaje a La Paz, en su calidad de secretario general del Sindicato Central de Metalúrgicos (de Unificada). También fue delegado en el Congreso de Telamayu, en el que fue elegido secretario de Relaciones de la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia.Simón llegó demasiado lejos. Para conocer la dimensión del hombre, es suficiente ver las fotografías del III Congreso del Partido Comunista de Cuba, con Fidel Castro y Rodney Arismendi…

— ¿Puede atribuírsele las luchas contra el Decreto 21060 y la Marcha por la Vida?

— Lamentablemente, no.

— De todos modos, estuvo…

— Ha estado y ésa es la mancha de vida sindical. El convenio que firmó (con el Gobierno) aceptó el destino de 13 mil trabajadores, pero él estuvo en una situación que ameritaba decisiones, y las tomó, equivocado o no. Después del congreso de Oruro, que tuvo resultados malos debido a la actuación de Filemón Escóbar, se planteó un ampliado al que los sindicatos llegaron con la consigna de la marcha.