El machismo en el proceso de cambio

Gonzalo Villegas Vacaflorfoto-evo-machista-300x224El machismo es un conjunto de actitudes y costumbres que sostienen que el hombre es infinitamente superior a la mujer, y se genera por un medio constructivista, ya que este tipo de conducta se aprende, no es de tipo biológico.El machismo se ha dado desde la prehistoria, como una lucha del hombre por sobresalir en el rol familiar, y se da en cualquiera de las clases sociales, esto engloba prácticas sociales y creencias con las que el hombre justifica la discriminación hacia la mujer, los cuales se heredan de generación en generación y que hoy en día traspasan los contextos culturales. Otra faceta del machismo y mucho más sutil y dañino es el conocido como “invisible”, algo que no tiene que ver con la violencia física, tiene que ver con detalles que tal vez parezcan anodinos, pero que conllevan un juego de poder importante; detalles pequeños que acarrean consecuencias grandes.Comportamientos preocupantes que no deben pasar por alto, son los protagonizados por el presidente Evo Morales. En los primeros meses del 2009 Morales promulgó un Decreto Supremo de “Paternidad Responsable”, sin embargo, no es legítimo hablar de la misma, si se prescinde en la teoría o en la práctica de la responsabilidad educativa que conlleva la procreación. Tal responsabilidad es un derecho en la misma medida en que es también un deber. Por ello mismo hay ya en su fundamento natural una objetiva exigencia de recabar y poner todas las condiciones que hacen posible cumplirlos con la más plena sinceridad en la intención. Pues Morales tiene dos hijos una con la señora Francisca Alvarado, y otro con la señora Marisol Peredo, las mismas que experimentaron peripecias para que Evo reconozca a sus vástagos y más aún para que pague las pensiones a las que está obligado como padre.Evo, reconoció a Francisca Liz y asumió las responsabilidades que conlleva la paternidad no sin antes confrontar la amenaza de ser licenciado de la Cámara de Diputados y obligado a someterse a una prueba de paternidad (prueba de ADN). El 30 de octubre de 2001, la resolución camaral estaba lista y Morales presentó en esa fecha el documento de reconocimiento.El 2004 Marisol Peredo con una sentencia constitucional emitida el 23 de junio de ese año obligaba a Evo Morales a pasar a su hijo Álvaro una pensión mensual de 2.500 bolivianos y fue la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados que procedió a la retención (de su dieta de parlamentario) del monto adeudado.Los altos dirigentes de los movimientos sociales y nuevos “izquierdistas” en acorde al proceso de cambio, han dado un vuelco total al concepto tradicional de familia y sostenimiento de la misma además de vulnerar las normas aymaras y la cosmovisión andina que excluyen el divorcio de sus costumbres.Estas demostraciones reafirman los obstáculos para la plena participación de la mujer en la democracia boliviana y se origina en su debilitada posición social, en una visión tradicionalista de los roles de género, en los prejuicios y estereotipos culturales que se tejen en torno a ellos, y en la discriminación abierta. Un factor importante es que el uso abusivo del Poder obliga al hombre, a mostrar el macho que lleva dentro a través de diferentes ritos, en algunos casos en la educación tanto familiar como escolar, dependiendo del contexto en que este se desarrolle.Estos hechos demuestran que un decreto, una cuota de poder, una apuesta o la cosmovisión andina no son la solución. ¿Cómo hacer entonces para cumplir con la demanda de elegir a responsables y dirigentes, por su capacidad y no por su género? ¿Cómo promover la participación de mujeres en todos los niveles de dirección? para poder enfrentar los prejuicios sexistas tanto dentro como fuera de la política.Para no seguir marginando las necesidades de mujeres en el discurso político hay que posibilitar y fomentar su participación en todos los niveles sociales y políticos. ¿Quiénes – si no ellas mismas – pueden representar de la mejor manera sus demandas y presentar soluciones? Está claro que el reto se encuentra en ver que hay aspectos de la historia en donde las mujeres no se pueden hacer presentes si no tenemos los conceptos apropiados para explicar su ausencia, porque ¿cómo explicar la experiencia política de las mujeres, si seguimos manteniendo un concepto tradicional sobre el poder y la política, que en su epistemología las excluye? Por ello considero necesario poner el énfasis en la dimensión política del género en la historia, si se trata de esclarecer, por ejemplo, experiencias femeninas relacionadas con la modernización, el Estado, la ciudadanía y los movimientos sociales y aclarar que esas experiencias forman parte de la renovación de la historia, concretamente en sus aspectos políticos. Dicho de otro modo, una historia política renovada pasa por incorporar a ella las mujeres en su calidad de protagonistas reales.