El HTC One está llamado a ser uno de los smartphones importantes de este 2013. Sus argumentos son muy convincentes: más publicidad en los medios, diseño magnífico y una arriesgada jugada con la cámara de fotos que demuestra que es el momento de apostar al todo o nada.
¿Y qué tal ha sido el resultado? Pues lo podrás comprobar por ti mismo con nuestro análisis completo del HTC One. Pasen, miren y lean. Os presento a uno de los mejores smartphones fabricados nunca.
HTC One, la culminación de un buen plan
Que HTC le haya otorgado a su nuevo y más importante terminal hasta la fecha el nombre de One “a secas” no es algo fruto de la casualidad. La familia Galaxy ha hecho mucho daño al resto de marcas y todas buscan ese nombre de referencia que sea perfectamente reconocible por el mercado de consumo. Triunfar o no depende ya de ello.
Samsung ha conseguido que el consumidor espere su siguiente Galaxy S y se anime a pensar en comprarlo incluso antes de que salga a la venta. Esa es la gran baza de Apple y Samsung lo ha replicado a la perfección bajo Android con un éxito total.
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HTC busca lo mismo, y para conseguirlo tiene que abarcar varias líneas de trabajo que han culminado en el HCT One. Ya es una familia (el S y el X fueron grandes terminales el año pasado en sus segmentos) y seguirán así.
El HTC One mejora en aspectos que van más allá de la potencia. Cámara y diseño son los nuevos baluartes en la batalla por la hegemonía fuera del ecosistema iOS, y el HTC One resulta atrevido en ambos apartados.
Además, la compañía se ha dado cuenta de que no basta con tener el mejor terminal, hay que aparentarlo y “ser el deseado”. Su HTC One X fue mejor terminal de forma global que el Galaxy S3 y sin embargo no logró superarlo en ningún momento, ni de lejos. Todos quieren ser el próximo Galaxy y el HTC One es la culminación de un plan para conseguirlo o al menos intentarlo.
HTC One, análisis en vídeo
Como no podía ser menos con un terminal tan espectacular, arrancamos nuestro análisis a fondo delHTC One con su correspondiente paseo en vídeo:
Diseño
Uno de los primeros objetivos que debe tener un terminal para triunfar es resultar atractivo. Si al verlo uno ya lo desea, es que vas por buen camino. Eso nos pasaba con el HTC One nada más conocerlo, y ahora que ya lo hemos podido probar, os confirmo que es así. Totalmente. Sin ninguna duda.
El HTC One se alza desde este momento con el primer lugar en términos de diseño de un smartphone. No es solo ya el acabado o el tacto. Es que tiene personalidad, algo que HTC no había conseguido hasta ahora y que con la igualdad de rendimiento bajo Android, puede acabar por decidir una compra.
El HTC One no es un terminal compacto. No voy a engañaros. Sus dimensiones marcan oficialmente una altura de 137.4 mm, anchura de 68.2 mm y un grosor de 9.3 mm. El peso queda establecido en los 143 gramos.
Pero dejando a un lado las frías cifras, HTC ha hecho un trabajo magnífico con el diseño del One. En mano cae genial, nos da la sensación de poco peso y es cómodo de manejar gracias a su curvatura.
Además, el acabado en aluminio con toques de policarbonato y el recubrimiento Gorilla Glass 2 hace que uno maneje con aplomo y seguridad el HTC One, no temiendo por una caída accidental o un pequeño golpe. Uno siente que su smartphone será capaz de aguantarlo.
En cómo ha pensado en ese acabado HTC hay que detenerse. Tanto la parte trasera como la frontal que no está ocupada por la pantalla es de aluminio adonizado, rematado en el borde por policarbonato, que se incrusta en unas finas líneas a lo largo de la parte trasera.
La carcasa es de una sola pieza, algo que no debería ya sorprender, pero HTC ha puesto más que mimo en la unión del aluminio y el policarbonato con el cristal de la pantalla. Para rematar, ha perforado de forma exquisita los altavoces en la parte superior e inferior de la pantalla.
Mi único pero al acabado de este HTC One tiene que ver con el borde de policarbonato, que rompe un poco la continuidad del metal. En esa zona, el cristal hubiera rematado un diseño de 10.
A nivel de conexiones, nos encontramos con la salida de auriculares en la parte superior derecha, el compartimento para la tarjeta microSIM (para el que necesitamos accesorio puntiagudo), el puerto microUSB (MHL y HDMI) en la parte inferior (junto con un micrófono) y nada más. No busques ranura para tarjetas de memoria porque no existe. Y mucho menos bajo la carcasa trasera, porque no es tal y no se puede acceder.
Algo que no me ha gustado nada es que el botón de encendido y bloqueo de la pantalla se haya colocado en la parte superior izquierda de la carcasa. Esto hace más difícil acceder a él con una sola mano, o al menos hay que cambiar un poco la manera habitual de hacerlo. Los zurdos lo tiene todavía más complicado.
En estas diagonales y altura de los smartphones, es necesario que este control tan básico baje hasta más o menos la mitad de su parte derecha (para diestros), como ya hacen por ejemplo el Lumia 920 o el Xperia Z. Aunque una vez que conoces y eres consciente de dónde se encuentra es fácil acostumbrarse, pero mucho mejor hubiera estado en el lateral derecho.
El botón de inicio también hace las veces de emisor IR
HTC puede argumentar que lo han colocado ahí para aprovechar ese botón como sensor de infrarrojos. Pero me parece que la jugada no les ha beneficiado, y mejor hubiera sido dejar en esa parte el sensor IR de forma individual y hacer más práctico el botón de bloqueo/desbloqueo de la pantalla.
Otra característica curiosa de los controles del HTC One es que desaparece uno de los tres controles de Android para dar cabida al logo de HTC, que ya que estaba ahí bien podría haberse aprovechado para la función de Home, por ejemplo.
Otro control que nos ha gustado es el de volumen. Cuesta verlo porque no sobresale nada del diseño, está a ras del borde, pero sin embargo es cómodo de manejar y resulta efectivo. Y lo que no me ha convencido es que, teniendo espacio en ese lateral, se haya obviado el botón físico para usar la cámara de fotos.
Ya abajo y arriba están los altavoces, que además de mejorar el rendimiento en el apartado de audio, le dan personalidad al HTC One. Flanqueando al superior están los sensores y la cámara secundaria, mientras que el LED de notificaciones se ha ocultado en los altavoces.
La principal queda en la parte trasera, junto al flash LED. El logo metálico de la marca y el de Beats Audio en la parte inferior son junto con las líneas de plástico lo único que rompe la simplicidad del aluminio de la parte trasera, además de un micrófono para la cancelación de ruido.
Pantalla
Espléndida. Aquí podría parar en la descripción de la pantalla del HTC One, pero no sería justo. Seguro que queréis conocer más detalles.
Empezamos con su tamaño, de 4.7 pulgadas y la resolución de moda: 1080p. Si se hacen cálculos, tocan a 468 puntos por pulgada, una barbaridad que creo que no se va a poder apreciar.
Como os conté cuando probé la pantalla del Xperia Z, las densidad de píxeles me parece que se ha desmadrado, y apenas habrá usos en que notemos la diferencia entre 350 y los más de 450 ppp de densidad que se consigue con esta pantalla. Eso no quita que haya que decir que sin duda es la más nítida que hemos tenido frente a los ojos, pero no marca diferencias en ese apartado.
La buena noticia es que HTC no se queda solo en eso. Como ya dejó patente con el One X, la compañía ha demostrado una maestría absoluta a la hora de trabajar con pantallas LCD, y esta nueva generación S-LCD3 es el complemento perfecto para un densidad tan alta.
El brillo, la reproducción del color (todavía queda ligeramente por detrás de la tecnología AMOLED para el contraste), la naturalidad de los mismos y los ángulos de visión son maravillosos. Incluso en exteriores.
Así, combinándolo con los altavoces frontales, uno tiene la enorme tentación de usar este HTC One como reproductor de medios y consola de juegos todo el tiempo.
Rendimiento y batería
Si hasta hace poco el procesador o memoria RAM de estos smartphones cobraban un protagonismo especial en los análisis, todo eso ya está olvidado. Con el potente Qualcomm Snapdragon 600 (APQ8064T) de cuatro núcleos a 1.7 GHz, 2 GB de memoria RAM y GPU Adreno 320, no hay dudas de que el rendimiento es excelente. Y así ha sido en nuestras pruebas.
La interfaz se mueve con fluidez, los vídeos se reproducen a la perfección y si hay algún retardo, es responsabilidad de la aplicación, no del hardware.
En cifras, este HTC One se sitúa en la cúspide, con 12321 de media en Quadrant y 25207 en Antutu. Una bestia.
Como memoria interna cuenta con 32 GB (con el terminal recién sacado de la caja el usuario dispone de unos 26 GB), y a nivel de conexiones es un terminal HDPA cuatribanda conGPS/Glonass, infinidad de sensores, bluetooth 4.0, NFC, DLNA y WiFi n.
Y llegamos a uno de los apartados complicados de nuestra prueba: la batería. La capacidad que se anuncia es de 2.300 mAh, lo que sobre el papel y teniendo en cuenta la pantalla y procesador, nos hace pensar de entrada en un comportamiento que no se irá ni por abajo ni por arriba de la media de los últimos smartphones. Dicho y hecho.
Tras recibir la unidad de prueba, suele ser necesario cargar mucho más de trabajo al smartphone de lo que sería un uso más habitual para mi. Pero nos contuvimos y funcionamos los dos primeros días con el ritmo habitual que uso en el día a día. El resultado ha sido prácticamente idéntico al que he obtenido en mis anteriores pruebas del Xperia Z, iPhone 5 o incluso el Lumia 920. Se puede llegar al final del día pero sin abusar y dependiendo de cómo uses el terminal.
En busca de una cifra con la que aterrizar, repetimos la misma prueba que hemos hecho a otros smartphones del mercado que han pasado por nuestras manos: reproducción de vídeo de forma continua con brillo a la mitad y WiFi activado para tener notificaciones. La cifra resultante ha sido de 6 horas y 37 minutos, que aunque no sirve para comparar fielmente el consumo, nos deja una idea de por dónde se mueve este terminal.
El HTC One cuenta con un modo de ahorro de energía con no muchas opciones. Funciona, pero es vital que permita más personalización cuando activamos la opción de suspender la conexión de datos cuando apagamos la pantalla, pues elegir qué aplicaciones básicas como la del correo quiero que sigan funcionando me parece indispensable.
Cámara de fotos
Y llegamos a la que seguramente sea una de las razones de ser del HTC One. El diseño importa, es de sobresaliente mención especial, pero la cámara de fotos, que además ha publicitado mucho HTC,tiene que ser la clave de este teléfono.
Y aquí HTC ha decidido arriesgar. Como Nokia, se han centrado en algo más que resolución del sensor. De hecho, que el principal de este HTC One sea de 4 megapíxeles es una apuesta valiente a mi parecer. Basta ya de megapíxeles sin sentido práctico.
al y como explicamos cuando repasamos cómo es la cámara del HTCOne, el objetivo de HTC es ofrecer más luz a los píxeles de su sensor colocando menos de estos sobre la superficie del sensor, con lo que cada fotodiodo del sensor tiene más superficie y puede captar más luz. Si lo combinamos con el objetivo de apertura f2, la estabilización óptica y el nuevo chip dedicado ImageChip 2, el resultado suena apetecible.
Y lo es. Pero hay que cambiar la forma de pensar e imaginarse las fotos de este HTC One preferiblemente en el “entorno digital”. Si decidimos ampliar la imagen de forma exagerada podemos apreciar falta de nitidez por tener la mitad o incluso un tercio de los píxeles de otros smartphones. Al fin y al cabo, las imágenes que toma el HTC One son de 2688×1520 píxeles.
En nuestra prueba, de la que te ampliaremos mucho más próximamente, el HTC One ha demostrado ser muy rápido haciendo fotos. Sorprende mucho la velocidad del enfoque y también la del disparo.
En los resultados se aprecia una muy buena reproducción del color, así como el balance de blancos siempre correcto. Las fotos con buena luz tomadas con el HTC One son más fieles a la realidad, pero menos espectaculares por el poco tratamiento que parece que HTC le aplica. Además, podemos apreciar muchos detalles siempre que no ampliemos demasiado la imagen. Los cuatro megapíxeles nos parecen cortos en ese aspecto.
Así pues, con condiciones de luz favorables, el HTC One es capaz de enfrentarse a cualquier otro terminal puntero en fotografía sin temer nada.
Pero donde el HTC One se desenvuelve mejor es en el territorio oscuro. Esa combinación me parece ideal.
Y es que todas sus mejoras van buscando que cuando la luz escasea la imagen siga siendo de calidad, y lo consiguen. La estabilización, la luminosidad y que cada píxel recoja más luz da como resultado unas imágenes con poco ruido y detalle suficiente, superior a otras opciones del mercado actual en escenas complicadas y muy a la par que el Lumia 920. Ya dependerá de tus gustos y lo que afines el ojo para dar con la mejor cámara a oscuras.
A nivel de interfaz, me sigue gustando mucho cómo lo implementa HTC, con bastante opciones pero echando en falta que además del flash, algunas opciones sean accesibles directamente. Sí que lo están los filtros, bastante completos.
Fuente: http://www.xataka.com