Jimmy Ortiz Saucedo
Este tiene que ser el nuevo eslogan para Bolivia. La quinua necesita expandirse, la polémica hoja santificada debe reducirse.
Tenemos que producir quinua para el mundo, y el mundo nos agradecerá los beneficios de sus cualidades nutritivas. No puede decirse lo misma de la coca, y peor aún de su derivado estrella, el mundo agradecerá que no la exportemos.
El gobierno debiera crear una política para fomentar la producción de quinua a gran escala, en la parte occidental del País. Las 92.000 hectáreas que se siembran, según el Director de Planificación del Ministerio Desarrollo Rural y Tierras, Germán Gallardo (hoybolivia.com 24-02-13), son insuficientes para la demanda.
Una primera meta, sería sembrar 300.000 hectáreas/año, en la próxima década. Esto permitiría crear polos de desarrollo agrícola primero y agroindustrial después, en las deprimidas zonas andinas. La agricultura, con su fuerte efecto multiplicador sobre los sectores secundario y terciario de la economía, hará una diferencia cualitativa el desarrollo integral de estas poblaciones rurales.
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Esta política tiene que comenzar dando al productor seguridad a jurídica sobre la tierra. Éste es un tema básico. El Poder Legislativo debiera crear una ley contra los avasallamientos de tierras, que tanta inseguridad jurídica generan, endureciendo las penas respecto a la legislación actual. El manejo político de la tierra, herencia del MNR, tiene que terminar.
Se tiene que fortalecer las universidades y los institutos medios agropecuarios, así mismo promover la capacitación de nuestros técnicos en el exterior. Mejorar las estaciones experimentales y dar asistencia técnica al productor. Fomentar la biotecnología moderna; desechando los dogmas sin sustento científico. Permitir importar insumos, maquinarias y tecnología de punta con arancel cero. Crear y fortalecer la infraestructura rural como: electrificación, baterías de silos, construcción y arreglo de caminos vecinales, carreteras principales y otros.
Crear un Banco Agropecuario y ofrecer créditos de fomento. Crear el seguro agropecuario. Hacer mercados mayoristas para transparentar los precios y facilitar la comercialización en un mercado perfecto. Frenar el contrabando y fomentar las exportaciones. Prohibir las exportaciones, nunca favoreció la producción.
Otorgar subvenciones selectivas. Cuidar el medio ambiente; tanto en la producción ambientalmente sustentable, como respetando las áreas protegidas proveedoras de servicios ambientales.
Es necesario también que nuestras representaciones diplomáticas en el exterior, cumplan la misión añadida de ser herramientas del mercadeo de nuestros productos, buscando nuevos mercados y promoviendo las exportaciones. Como lo hacen todos los países.
Para formular esta política el Gobierno Nacional sabe perfectamente bien lo que tiene que hacer y es, hacer exactamente lo contrario que hacen con el productor cruceño, esa es la receta perfecta.