Bolivia perdería la cooperación con otros países si EEUU congela relación bilateral


Mantener una oficina consular equivaldría a romper las relaciones diplomáticas y Bolivia saldría del grupo de países que tiene un tratamiento cooperativo y estrecho con la primera potencia del mundo.

imageLa administración de Barack Obama le habría dado la espalda al restablecimiento de relaciones políticas con el gobierno de Evo Morales.

El excanciller Javier Murillo de la Rocha manifestó ayer que si Estados Unidos decide congelar las relaciones bilaterales los próximos cinco años, Bolivia pueda quedar en una situación desmejorada en su relacionamiento con otros países con los cuales Washington ha profundizado sus relaciones de cooperación bilateral.



Murillo, diplomático de carretera con amplia trayectoria en relaciones exteriores, explicó a EL DIARIO que llegar al congelamiento significa ubicar las relaciones al nivel muy bajo, lo cual limita el diálogo político, la cooperación global e implica “una muy mala noticia para Bolivia”.

“No hay que olvidar nunca que EEUU es la primera potencia del mundo política, económica, militar, tecnológica, tiene un mercado más dinámico y es la fuente de financiamiento más grande y de transferencia de tecnología más importante que hay en el mundo, por tanto es una mala noticia ya no estar dentro los países que tiene un tratamiento cooperativo y estrecho con la primera potencia del mundo. Esa es una de las consecuencias si se llega a materializar el congelamiento”, manifestó.

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El fin de semana, fuentes vinculadas al más alto nivel de la Embajada y del Departamento de Estado de EEUU, hicieron conocer la determinación del gobierno de Barak Obama con relación a Bolivia, con la cesación de vinculaciones políticas hasta cinco años.

Murillo recordó que en estos cinco o seis años, la Cancillería del Estado ha roto en el manejo de la política exterior el principio de la universalidad que en las relaciones bilaterales significa que los países deben mantener y profundizar relaciones de cooperación con todos los países del mundo sin excepción, con la única limitación que no se deben inmiscuir en asuntos internos de cada país.

Explicó que el principio de universalidad, sobre todo en momentos de globalización, aconseja que todos los países en desarrollo no cierren puertas a ninguna posibilidad externa que coadyuven a su desarrollo. Este principio por alineamientos ideológicos se ha ido abandonando paulatinamente a partir del 2006, comentó.

¿Hay un balance sobre el costo beneficio de esa política?, preguntó. Bolivia puede optar por cambiar sus líneas de aproximación con todos los países del mundo, es un derecho soberano; pero lo que hay que ver, es en qué medida abandonar el principio de universalidad, sirve mejor a los intereses permanentes del país.

Indicó que en el mundo ni siquiera las potencias autosuficientes asumen una vida independiente, porque países grandes y pequeños necesitan coadyuvar su desarrollo con factores que va más allá de sus fronteras.

En el caso nacional, los grandes factores no están dentro, sino fuera de Bolivia por eso se apoya la integración. Las grandes inversiones están fuera del país, la tecnología de punta se desarrolla en grandes centros avanzados, tratando de desarrollar procesos tecnológicos. Entonces las oportunidades de desarrollo están fuera de las fronteras y alejarse de ese ámbito aumentará la dependencia y vulnerabilidad como país pequeño, advirtió.

En torno al posible congelamiento de las relaciones, explicó que esta figura se daría si Estados Unidos decide poner un Primer Secretario de muy bajo rango al que le daría el cargo de Jefe de Misión y fungiría como Encargado de Negocios interino. “Eso significa obviamente que se ha enfriado y bajado al mínimo nivel las relaciones diplomáticas, sin romper relaciones porque existe un Encargado de Negocios, un Jefe de Misión”, aclaró.

Luego explicó que si Estados Unidos designa a un Encargado de Negocios y solamente mantiene la oficina consular, vale decir, un Cónsul General, equivaldría a romper relaciones diplomáticas en una situación similar a la de Chile, donde no hay Embajada sino consulados generales.

El Diario, La Paz


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