Paul Antonio Coca Los mandatarios de Bolivia y Venezuela, Evo Morales y Nicolás Maduro, respectivamente, tienen más cosas en común de las que pensamos. La idea no es efectuar una burda comparación, sino mostrar claros ejemplos de las relaciones entre los presidentes de dos países interrelacionados en el aspecto económico, político y social.Es común que cuando existen conflictos graves en Bolivia, el presidente Morales encuentra excusas “perfectas” para poder ausentarse del país y luego retornar al mismo cuando las aguas se han calmado. Lo paradójico del último conflicto social generado por la Central Obrera Boliviana, es que Morales se fue a Estados Unidos, país con el cual se estrella constantemente. Maduro, recientemente posesionado, emprende el mismo camino que Morales ya que durante la escasez de leche, papel higiénico y otros insumos de primera necesidad, el mandatario venezolano se encontraba en Bolivia. Algunos dirán que es casualidad por el manejo de las agendas presidenciales, otros afirmamos que no existen las casualidades.“La oposición es culpable de todo” afirman, por separado, ambos mandatarios. O lo es Henrique Capriles o los líderes de Unidad Nacional (Samuel Doria Medina) o del Movimiento Sin Miedo (Juan Del Granado). Ellos son los “responsables” de toda la crisis que pueda existir en Venezuela o Bolivia. Las interrogantes son: ¿Quién es el que gobierna?, ¿Acaso el gobernante no es responsable por las consecuencias de imponer medidas gubernamentales? Tanto Evo como Maduro, ven conspiración y afanes golpistas ante cualquier protesta ciudadana o muestra de disenso.A nivel económico, los acuerdos entre la entonces gestión de Hugo Chávez con Evo Morales han sido continuados por Maduro, en donde Bolivia es un país que debe bastante dinero a Venezuela, y aunque el actual Gobierno de Morales niegue dicho aspecto, es innegable que el Programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple”, es financiado con recursos venezolanos y que tarde o temprano llegarán a cobrar.Sobre el mandato de ambos presidentes, cuando chavistas y masistas eran opositores, siempre se ampararon en la legitimidad por encima de la legalidad, justificando todas las acciones de hecho en contra de los gobernantes neoliberales. No obstante, el presidente Maduro tiene un mandato legal pero ilegítimo ya que son más las dudas que las certezas sobre los resultados que dieron lugar a su mandato y sumado a que la mitad de Venezuela (o más de ella) pidieron revisar los resultados, petición democrática que fue negada. Quien gana bien en las urnas, no tiene miedo de confirmar la victoria en los recuentos.En el caso de Evo Morales, no se cuestiona en ningún momento los resultados de 2005 o de 2009, sino el hecho que de manera contraria a la propia Constitución Política se hizo habilitar para una tercera postulación que es inconstitucional a todas luces, con un Tribunal Constitucional claramente parcializado y con un Órgano Legislativo servil al actual gobierno. Aun así triunfe Morales en 2014, su mandato es inconstitucional.Bolivia y Venezuela tienen una interesante interrelación en lo que a mandatarios se refiere, y un comportamiento más que común y similar, pero también es evidente que Maduro apoyará la candidatura de Morales en 2014, así como Evo lo hizo en 2013 con la de Maduro.El Día – Santa Cruz